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Por qué hablar de la neurosis


Enviado por   •  7 de Mayo de 2013  •  Monografía  •  4.665 Palabras (19 Páginas)  •  298 Visitas

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¿POR QUÉ HABLAR DE LA NEUROSIS ?

El propósito de este escrito es tratar a la neurosis, conocida enfermedad emocional, como un fenómeno social de gran trascendencia, la cual no ha sido canalizada todavía por las instituciones que se encargan de los problemas de salud pública. En primer lugar, mi interés por hablar de la neurosis es recalcar que ésta no es solo una enfermedad exclusiva de un puñado de personas desafortunadas, sino que cada vez es mayor el número de personas afectadas por este padecimiento; por otro lado, los síntomas de la neurosis son tan sutiles que la mayoría de las veces no nos damos cuenta de que la padecemos.

También es cierto que cuando un individuo llega a la aceptación de que es neurótico - lo cual no es un camino fácil, como veremos después - se ve envuelto en una serie de conflictos para buscar ayuda y comenzar una terapia; el primero de estos conflictos es quizá el miedo a la estigmatización que la sociedad hace a las personas que recurren a psicólogos o algún otro tipo de ayuda. Algunas instituciones como Neuróticos Anónimos tienen en el anonimato uno de sus preceptos básicos por las razones antes expuestas. Hay otro tipo de instituciones que son privadas y costosas en donde también se mantiene en secreto la identidad de los pacientes.

Puede considerase a la neurosis como un primer aviso de que la persona sufre alteraciones en su conducta que pueden ser graves o, incluso, que pueden afectar a los demás ; es ahí donde la neurosis tiene que ser analizada como una enfermedad de carácter social, pues ya no se trata de un pequeño grupo de personas "afectadas", sino de una comunidad, una ciudad o un país entero sufriendo las consecuencias de tan devastadora enfermedad.

En la literatura psicológica - al igual que en la sociológica - nos encontramos con que hay tantas definiciones de enfermedad y de salud mental casi como autores. Vamos a comenzar analizando diferentes definiciones de enfermedad y salud mental, continuando con las causas, los mecanismos y las consecuencias de la neurosis, así como un breve relato de cómo han ido evolucionando los conceptos de enfermedad y salud mental.

"SOY UN ENFERMO NEUROTICO, EMOCIONAL Y MENTAL"

Cuando uno asiste a alguna reunión de algún grupo de Neuróticos Anónimos por primera vez, queda quizá la confusión de los términos que ahí se manejan. Por ejemplo, algunos dicen que son enfermos neuróticos, otros más, que son enfermos mentales, aunque la mayoría se confiesa un enfermo emocional. ¿Qué es pues la enfermedad emocional, mental y la neurosis? Vamos primero a definir a la salud y enfermedad mental.

Freud fue uno de los primeros en definir a la "conducta normal", término que podríamos considerar como salud mental, si se nos permite actualizar sus palabras; para él, la salud mental consistía en una participación consciente y activa del individuo en cuanto a que acepta la realidad que lo rodea, sin negarla como en el caso del neurótico además de que el individuo sano mentalmente es capaz de transformar su entorno objetivamente y no en su imaginación.

Por otro lado, podemos encontrar en las nuevas corrientes de la psicología diferentes criterios para definir lo que es enfermedad y salud mental; algunos de ellos son la inadecuación cultural, el malestar subjetivo, la deficiencia psicológica, el criterio estadístico y el criterio normativo, entre otros.

La inadecuación cultural retoma estudios antropológicos que demuestran que nuestro concepto de normalidad en otra persona depende de valores y tradiciones de la cultura en que estemos inmersos, es decir, los valores de la cultura X pueden ser malos para la cultura Y y viceversa ; es por eso que un individuo de la cultura X no podrá sentirse "adecuado" estando dentro de la cultura Y. Por lo tanto, la inadecuación cultural no puede tomarse como un criterio absoluto para definir a la salud o enfermedad mental.

El malestar subjetivo se utiliza para designar las emociones o experiencias internas que siente una persona, pero que los demás no pueden observar directamente. Podría considerarse como un criterio más cierto, pero algunas personas con desequilibrios mentales graves niegan sentir algún tipo de malestar emocional al cometer asesinatos, violaciones, etc. Por esto es que tampoco podemos considerarlo válido.

La deficiencia psicológica se refiere a las conductas que el individuo externa; un estudiante brillante que de pronto comienza a bajar sus calificaciones, un profesionista exitoso de repentinamente fracasa o una persona alegre que comienza a ser retraída y taciturna, son ejemplos de deficiencia psicológica, la cual no les permite desenvolverse en sus respectivos roles como ellos quisieran.

El criterio estadístico considera la relatividad de los conceptos de enfermedad y salud mental. Este criterio surge - al igual que el de inadecuación cultural - de los estudios en antropología cultural sobre los diferentes pueblos, costumbres y estilos de vida de la humanidad. Siguiendo la línea de pensamiento del criterio estadístico, la persona sana es la que se encuentra adaptada a la cultura de la sociedad en donde vive, a diferencia de aquella que no se adapta y se revela contra lo establecido. En este punto hay un debate acerca de lo que debe considerarse salud y enfermedad mental, pues algunos autores ponen en duda si la adaptación del grueso de la sociedad a la cultura que muchas veces les es impuesta no raya en la enajenación, pues hay personas que aceptan de buen grado las normas que existen en su comunidad, pero a pesar de eso, sufren inhibiciones, ansiedad y son infelices no obstante que su conducta externa corresponde a la cultura en la que viven.

El criterio normativo se refiere a analizar el comportamiento del individuo dentro de un conjunto de normas, llámense estas morales, éticas, religiosas o jurídicas. La salud o enfermedad mental dependerá de que el individuo se conduzca dentro de ellas o no, respectivamente. Es este el criterio más débil e inadecuado que existe pues las normas pertenecientes a una cultura determinada - morales, éticas, religiosas y jurídicas - están en constante cambio, no son estáticas.

Como hemos visto, quizá ninguno de los criterios anteriores pueda ser suficiente por sí mismo para dar una definición precisa. Barclay Martin nos da una definición que nos podría parecer más acertada: "En resumen, podemos afirmar que la mayoría de las formas de conducta anormal son inadecuadas desde un punto de vista cultural, que se acompañan de malestar subjetivo y reflejan una deficiencia psicológica, una disminución de la gama de respuestas que hace difícil enfrentarse a las exigencias y tensiones de la vida". Como observamos, Martin utiliza la conjunción de los tres primeros criterios analizados.

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