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Porque Juega El Niño


Enviado por   •  14 de Marzo de 2014  •  617 Palabras (3 Páginas)  •  354 Visitas

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¿PORQUÉ JUEGA EL NIÑO?

El juego funcional procede de una necesidad sensual y origina una satisfacción, es una actividad que tiende a dar un resultado concreto y placentero como toda actividad práctica. El juego verdadero es algo muy distinto. El juego es serio, posee muy a menudo reglas severas, comporta fatigas y a veces hasta conduce el agotamiento.

Para comprender la naturaleza del juego infantil, nos hace falta, precisar esa actitud lúdicra tan misteriosa y tan llena de encantos, el juego constituye así un mundo aparte, un mundo que ya no tiene más su lugar en el vasto mundo de los adultos: es un universo distinto. También el adulto busca a veces en el juego el olvido de sus penas y una grandeza ilusoria.

El mundo del juego es entonces una anticipación del mundo de las ocupaciones serias. En consecuencia se puede preservar al juego como un rodeo que conduce finalmente a la vida seria, como un proyecto de vida sería que la bosqueja de antemano. Por el juego, el niño conquista esa autonomía, esa personalidad y hasta esos esquemas prácticos que necesitaran en la vida adulta.

Aunque no tiene conciencia del adiestramiento que procura de hecho, el niño tiene la de representar el papel del adulto en su mundo lúdicro restringido. El niño puede jugar al adulto porque está en un mundo distinto al del adulto y porque en ese mundo el adulto ya no puede intervenir realmente.

Es una actitud de mala fe, en el sentido de que, mientras juego, me niego a ver lo que realmente veo; puede haber mala fe cuando se niega ver un hecho preciso o un aspecto particular de un problema dado: el niño se quiere engañar así mismo, rige toda la acción y orienta el alma.

El juego cuando llega a realizarse plenamente corta todos los lazos entre el dominio lúdicro y el universo. El jugador recorta el universo y puede dar un nuevo sentido a los objetos. La mayoría de las veces el jugador conserva el sentimiento del ambiente, sabe que juega y que enseguida tendrá que hacer otra cosa.

El juego no adquiere un sentido sino por limitación del campo cognoscitivo que proviene de la actitud de mala fe. Fuera de esa limitación pierde su sentido. La seriedad del juego tiene po0r lo tanto un sentido muy diferente de la seriedad que, en mi trabajo, hace que me olvide del resto del mundo. La seriedad del juego no se revela pues solamente en los juegos que recurren a una existencia real se le encuentra también en los juegos de ficción.

En el dominio de los juegos infantiles existe un dominio privilegiado en el que aparece el dominio de los juegos ascéticos. Detrás de esos juegos ascéticos, es necesario entrever el sentimiento humano de su dignidad y hasta el orgullo humano, el juego es ante todo una prueba por eso el niño busca un público y se gloria de todos sus aciertos.

Ascetismo, juegos de proeza, batallas nos llevan siempre a la misma conclusión; el niño busca en el juego una prueba

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