Procesos Psicologicos en la familia

Procesos Psicológicos en la Familia

Soy de la firme creencia de que existe un momento para todo en este mundo y una de las cosas que considero más importante  es la familia, la misma es la Institución clave para el desarrollo de la humanidad y obtener la paz que todos necesitamos para vivir.

Debemos empezar por la unión de la pareja, que debe ser una unión de confianza, amor, poder ser uno mismo y juntos educar a los hijos en un ambiente de tranquilad y armonía.

Cuando los hijos llegan al matrimonio, empieza una nueva etapa familiar:

Es importante que la pareja tengan un tiempo privado para ser pareja y logren estar siempre unidos, la educación de los hijos depende en gran medida del ejemplo que los padres den a sus hijos.

Una pareja cuya base sea el amor y respeto mutuo generara la confianza  en la familia

Debemos evitar discutir frente a los hijos y procurar una política de prevención ante los peligros de la vida diaria, evitando  el castigo corporal a los hijos.

Comprender estos procesos es vital para el desarrollo de la sociedad y de esta forma un ser humano integral en valores que representa producción sana para el progreso humano.

La pareja no debe trabajar de forma individual en la formación de los hijos ya que esto crea confusión en la disciplina de los mismos.

En conclusión estos procesos psicológicos deben ayudar a comprender que tener una familia es el trabajo más hermoso y difícil que existe en el mundo, ya que en la buena o mala formación en valores del ser humano esta las bases de toda la sociedad.

La formación de la pareja marca el inicio de la familia, tal y como la conocemos actualmente; aquella que está integrada por los padres y los hijos.  Al respecto de la pareja y con el propósito de que la familia esté bien encauzada, es necesario que el hombre y la mujer asuman los nuevos roles que se esperan de ellos.  La llegada de los hijos al hogar puede producir distanciamiento entre la pareja por lo que es necesario y sano que ambos busquen un espacio para ellos, para ser pareja y no solamente padres.  Todo ello debe hacerse sin el prejuicio conocido de que quienes viven momentos a solas con su pareja, son malos padres.

Al nacer los hijos, surge la figura del hermano.  El orden de nacimiento no es muy significativo pero siempre se observa que entre los que ocupan el primer y último lugar se producen celos, uno porque quiere los privilegios del otro, y el otro porque quieren que sean tan permisivos con él como lo son con el hermano menor.  Se debe procurar que la rivalidad no desemboque en odio.

El apego de los hijos por los padres es natural, así como el apego que desarrollen por aquel que sin ser su padre, lo cuide. El apego y su correspondencia produce en el niño seguridad.  El apego deberá ser entendido por el padre como una necesidad propia del menor que se encuentra en entornos que le producen ansiedad.

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