Procesos mentales de socialización

INTRODUCCIÓN

Por medio de la realización de este trabajo nos introduciremos a temas de suma importancia para la educación preescolar, la relación que establecen con su familia para lograr un lazo social y afectivo con la sociedad, cabe mencionar que no todo es cuestión de la familia si no de las vivencias que ellos tengan a través de la comunidad donde viven o el medio que los rodea.

También veremos por qué muchas veces los niños logran tener un buen desarrollo afectivo y social. La familia le ayuda al niño a tener un buen desenvolvimiento en el circulo social donde se desarrolla, el jardín de niños es de suma importancia para que se logre un óptico desarrollo afectivo y social porque muchas veces ahí es donde los niños comienzan a demostrar sus emociones o a convivir con personas fuera de su entorno familiar, se trabaja en conjunto escuela, saciedad y familia para que el niño tenga un buen desarrollo social y afectivo.

Relación con los vínculos que establecen la familia y la sociedad y cómo repercute en el desarrollo afectivo y social.

La familia es la base fundamental de nuestra sociedad y en ella radican los derechos más nobles, fomentan valores y las virtudes, es la primera escuela en todas situaciones, depende de la relación familiar es como los niños van a desenvolverse en la sociedad van agarrando costumbres, hábitos y formas de pensar que en un futuro los formara como personas, aunque no todo depende de la familia sino del lugar donde se desarrollen los pequeños, las situaciones que muchas veces pasan cerca de ellos o por vivencias que van teniendo a través de experiencias que les toca vivir.

Las competencias sociales y afectivas que los niños desarrollan antes y durante su estancia en el preescolar.

Competencias que desarrolla el niño durante el preescolar.

Establecer relaciones interpersonales, Regular emociones, Identificar en los demás y en el mismo diferentes estados de ánimo, Interpretar, organizar, y expresar sus emociones. Formación del auto concepto, Adquieren mayor autonomía y Desarrollen actitudes pro sociales (empatía, solidaridad, cooperación, ayuda).

La socialización y afectividad es un proceso por el cual todas las personas pasamos, sin embargo no todos lo desarrollamos de la misma manera, ya que eso depende de la manera en la que vivimos, de los estilos de vida, del contexto, cargas genéticas y principalmente de la influencia familiar.

Zingler y Child (1973) caracterizan la socialización como el proceso total por el que un individuo desarrolla, mediante transacciones con otras personas, sus pautas especificas de conducta y experiencias socialmente relevantes.

La afectividad se forma por la interacción que tiene el individuo con su medio social. En los primeros años de vida del niño, su principal vínculo social lo representa la madre, con quién tiene sus primeras experiencias afectivas, por supuesto, esta vinculación se va diluyendo conforme el niño crece y desarrolla su yo, dando lugar en un principio al egocentrismo.

Los recién nacidos y los niños de corta edad se desarrollan con mayor rapidez, al nacer ya que estos tienen un sistema perceptivo sensorial bastante organizado y está especialmente programado para prestar atención a los estímulos sociales, al poco tiempo de nacer los niños son capaces de reconocer las emociones de los que les rodea Kagan menciona en su lectura de las emociones que los cuatro meses a los doce meses aparecen nuevas reacciones emotivas por la maduración de las funciones cognitivas, en especial de la memoria evocativa y la estimación de la relación del echo con el conocimiento. Todas las emociones que aparecen durante los seis primeros meses de vida son bastante indiferenciadas y a veces no se distinguen unas de las otras. La expresión de estas emociones en edad temprana por lo regular son “la sonrisa”, “la angustia” y “la tristeza” como lo menciona Kagan la lista de las emociones básicas.

Cuando el niño llega a preescolar viene con su proceso de socialización y afectividad ya avanzado, proceso que inicia desde el momento que nacemos al tener contacto con el mundo. La familia es la primera agencia socializadora, la cual le brinda al niño la pauta para la vida, lo que es bueno o malo de las conductas sociales, y controlan el ambiente social en el que vive el niño. También el niño adquiere de cada uno de los integrantes de su familia aprendizajes, valores y al tener una buena relación con estas personas de apego el niño desarrolla confianza y seguridad para poder desenvolverse socialmente. Félix López “Cuando el niño nace está muy indefenso; su supervivencia depende el grupo social donde vive, quien cubrirá sus necesidades básicas…. Estas necesidades básicas hacen que el niño este “motivado”, biológicamente y socialmente por incorporarse al grupo social”.

También menciona tres procesos de socialización los cuales son:

Procesos mentales de socialización: adquisición de conocimientos.

Procesos afectivos de socialización: formación de vínculos.

Procesos conductuales de socialización: conformación social de la conducta.

En el preescolar el niño inicia otros tipos de relaciones y empieza a desarrollar más competencias. Una de ella es las relaciones interpersonales que inicia cuando el niño interactúa con los demás, al momento de empezar a convivir y tener una relación de compañerismo, al momento de estar en el aula y realizar diversas actividades, estas relaciones se dan simplemente al tener contacto con sus iguales y otras personas, ya sea superficialmente, o la creación de una amistad.

Las emociones que los niños manifiestan ante diversas situaciones de la vida son muy importantes, ya que son el reflejo de lo que ellos son, por influencia familiar y también por la carga genética. En el preescolar los niños tienen que aprender a regular sus emociones, y esto lo logran o deben lograrlo con la ayuda de la maestra, ya que ella es quien les marcara la pauta, quien le dirá lo permitido y lo que no está permitido entonces en este momento del establecimiento de lo permitido o no, los niños se empiezan a crear conciencia y es cuando se dan cuenta que muchas veces ciertas actitudes que ellos tienen no están del todo correctas. Esto se logra con la intervención de la educadora, ya que ella les hace saber a los niños que no son absolutos y que al igual que ellos hay muchos más que necesitan atención, y creando en él conciencia,

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