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Psicoanalisis


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2013  •  2.960 Palabras (12 Páginas)  •  237 Visitas

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Introducción

Los psicólogos definen la personalidad como el patrón único de pensamientos, sentimientos y conductas de un individuo que persisten a través del tiempo y de las situaciones.

Esta definición consta de dos partes importantes. Primero, la personalidad se refiere a un patrón único, es decir, los aspectos que distinguen al individuo de todos los demás. Segundo, el patrón persiste a través del tiempo y las situaciones; en otras palabras, la personalidad es relativamente estable y duradera.

Los psicólogos abordan el estudio de la personalidad en diversas formas. Algunos tratan de indicar las características más importantes de la personalidad. Otros procuran entender por qué difieren las personalidades. A este último grupo pertenecen algunos psicólogos que señalan a la familia como el factor decisivo en el desarrollo de la personalidad; otros, en cambio, conceden especial trascendencia a los factores ambientales externos a la familia; y hay quienes consideran que la personalidad es el resultado de cómo aprendemos a vernos a nosotros mismos y nuestras experiencias.

 Erik Erikson

Erik Erikson (1902-1994) estudió con Freud en Viena. Fue uno de los teóricos psicodinámicos que adopto una concepción social del desarrollo de la personalidad. Compartió muchas de las ideas de Freud sobre el desarrollo sexual y la influencia que las necesidades de la libido tienen en la personalidad. Pero concedía igual importancia a la calidad de las relaciones entre progenitor e hijo, porque la familia constituye el primer contacto del niño con la sociedad. Erikson pensaba que los padres pueden disciplinar a su hijo en tal forma que lo hagan sentirse amado u odiado. Lo importante es que el niño sienta que sus necesidades y deseos personales son compatibles con los de la sociedad representada por su familia. Sólo cuando se siente competente y útil ante sus ojos y ante los de la sociedad, adquirirá un sentido seguro de identidad. De este modo Erikson cambió el enfoque de la teoría freudiana de la personalidad hacia el desarrollo del yo.

Teoría de Erikson

Erik Erikson sostuvo que los niños se desarrollan en un orden predeterminado. En vez de centrarse en el desarrollo cognitivo, sin embargo, él estaba interesado en cómo los niños se socializan y cómo esto afecta a su sentido de identidad personal. La teoría de Erikson del desarrollo psicosocial está formada por ocho etapas distintas, cada una con dos resultados posibles.

Según la teoría, la terminación exitosa de cada etapa da lugar a una personalidad sana y a interacciones acertadas con los demás. El fracaso a la hora de completar con éxito una etapa puede dar lugar a una capacidad reducida para terminar las otras etapas y, por lo tanto, a una personalidad y un sentido de identidad personal menos sanos. Estas etapas, sin embargo, se pueden resolver con éxito en el futuro.

Elaboró una Teoría del desarrollo de la personalidad a la que denominó "Teoría psicosocial". En ella describe ocho etapas del ciclo vital o estadios psicosociales (crisis o conflictos en el desarrollo de la vida, a las cuales han de enfrentarse las personas).

Cada etapa ofrece su propia crisis del desarrollo, cuya resolución es decisiva para el ajuste en las etapas posteriores.

1.- Confianza frente a desconfianza.

En el primer año de su vida, el bebe se encuentra en el dilema de confiar o no en sus padres. Si generalmente atienden sus necesidades, aprende a confiar en el ambiente y en sí mismo. Nacen así la fe en lo predecible del ambiente y el optimismo ante el futuro. Los niños frustrados se vuelven suspicaces, temerosos y demasiado preocupados por la seguridad.

2.- Autonomía frente a vergüenza y duda.

Durante los tres primeros años de vida, a medida que avanza el desarrollo físico, el niño logra una autonomía creciente y empieza a explorar el ambiente. Aprende a caminar, a sostenerse de las cosas y a controlar las funciones excretorias. Si fracasa una y otra vez en sus intentos por dominar sus habilidades, empezará a dudar de sí mismo. Una respuesta a la duda en sí mismo es la práctica por observar compulsivamente rutinas fijas. En el otro extremo encontramos el rechazo hostil de todos los controles, tanto internos como externos. Si los padres y otros adultos menosprecian los esfuerzos del niño, este puede comenzar a sentir vergüenza y adquirir un sentido de inferioridad.

3.- Iniciativa frente a culpa.

Entre los tres y los seis años, el niño se toma cada vez más activo: emprende proyectos nuevos, manipula los objetos del entorno, hace planes y supera retos. El apoyo y el estímulo de los padres en estas iniciativas producen una sensación de gozo al realizarlas y al emprender nuevos retos. Pero si se le reprime por sus iniciativas, puede albergar y persistir en fuertes sentimientos de culpa, inutilidad y resentimiento.

4.- Laboriosidad frente a inferioridad.

Durante los siguientes seis a siete años, el niño se encuentra con una nueva serie de expectativas en el hogar y en la escuela. Debe aprender las habilidades necesarias para convertirse en adulto maduro: cuidado personal, trabajo productivo y vida social independiente. Si se le reprime en sus intentos por formar parte del mundo de los adultos, llegara a la conclusión de que es un inepto, mediocre ó inferior y perderá la fe en su capacidad para llegar a ser autosuficiente.

5.- Identidad frente a confusión de roles.

Con la pubertad termina la niñez y empiezan a vislumbrarse las responsabilidades del adulto. El problema central en esta etapa consiste en encontrar la identidad personal. En la teoría de Erikson, la identidad se obtiene integrando varios roles estudiante, hermano o hermana, amigos y otros en un patrón coherente que confiera al individuo un sentido de continuidad o identidad interior. Cuando no se alcanza la identidad, sobrevienen la confusión de roles y la desesperación.

6.- Adultez Temprana: Intimidad frente a aislamiento.

Durante la adultez temprana, hombres y mujeres deben resolver un nuevo y trascendente problema: la cuestión de la intimidad. Para amar a alguien, observa Erikson, es preciso resolver exitosamente las crisis anteriores y sentirnos seguros de nuestra identidad personal. Si se quiere establecer una relación intima, hay que ser un individuo confiado, autónomo y capaz de tomar la iniciativa, además de mostrar otros rasgos de la madurez. Cuando no se logra la intimidad, se experimenta una dolorosa sensación de soledad y de estar incompleto,

7.- Adultez: Generatividad frente a estancamiento.

Durante la adultez intermedia, más o menos entre los 25 y los 60, el reto consiste en seguir siendo productivos y creativos en todos los aspectos

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