Psicoanálisis Clásico: Freud
Enviado por eduardoschz • 11 de Diciembre de 2013 • 2.537 Palabras (11 Páginas) • 330 Visitas
El Psicoanálisis clásico: Freud
Sigmund Freud
Nació en mayo de 1856 en Freiberg pequeña ciudad de lo que es hoy actualmente Checoslovaquia, pero que pertenecía a la sazón del Imperio austro-húngaro. Murió en 1939, en Londres, ciudad a la que se traslado debido a los avances del nazismo, ya que era de ascendencia judía.
Sus años de experiencia psicoanalítica los realizó en Viena, donde, sin embargo, sus teorías no habrían de tener muy buena acogida durante los primeros años de su trabajo, especialmente entre los círculos médicos; a pesar de ser el mismo graduado en medicina y especialista en neurología. El legado de sus investigaciones no se centra en la medicina como tal, sino que deben su reconocimiento histórico a la elaboración de un método que parte del inconsciente para tratar las enfermedades mentales: el psicoanálisis.
Freud abandonó pronto sus investigaciones neurológicas para dedicarse de pleno al estudio de los entonces llamados “enfermos nerviosos”, percatándose rápidamente de lo incorrecto de las terapias utilizadas para la rehabilitación de estos enfermos. Utilizó la hipnosis durante un cierto tiempo pero descartó esta técnica terapéutica tras comprobar que sus efectos sólo se mantenían mientras el enfermo permanecía bajo la sugestión hipnótica; una vez desaparecía está, volvían a reaparecer los mismos síntomas patológicos.
Su gran oportunidad le llegaría con una beca que le permitió ir a París para estudiar con Charcot, célebre especialista de enfermedades nerviosas que trabajaba en el hospital parisino de la Salpêtrière, donde había llevado a cabo, tras numerosas investigaciones, una observación sorprendente, y que habría de interesar mucho a Freud: en todos los historiales clínicos de las histerias siempre aparecía la sexualidad como problema. Años después, Freud publicó Estudios sobre la histeria, y, en numerosos trabajos posteriores la relación de la histeria con problemas sexuales quedó definitivamente establecida.
A principios del siglo (1900), publicó La interpretación de los sueños, extensísimo libro donde Freud desarrollaba una tesis fundamental: “los sueños no sólo son un producto psíquico desechable, como se creía hasta el momento, sino que representan un trabajo psíquico normal lleno de sentido”.
Los primeros años de trabajo fueron años de aislamiento, y durante ellos Freud llegó a una serie de conclusiones fruto de sus estudio e investigación: fundación e importancia de los sueños, división de la estructura psíquica en consciente e inconsciente, existencia de la sexualidad infantil, etcétera. Todas estas investigaciones promovieron el escándalo, y lo sumieron aún más en la soledad y el aislamiento.
Poco a poco, se fue abriendo camino y empezó a organizar en torno suyo a sus primeros seguidores, con los que formó, en 1902, el núcleo original y, posteriormente, se formaría la sociedad psicoanalítica de Viena. En 1908 se celebraba en Salzburgo (Austria), el primer congreso mundial de psicoanálisis. A partir de este momento, se fueron organizando en numerosas ciudades europeas sociedades de psicoanálisis.
Pero, junto a esta aceptación del psicoanálisis, se iniciaron también las primeras divergencias teóricas entre psicoanalistas. Así Alfred Adler y Carl G. Jung se apartaron de la ortodoxia freudiana; Adler separándose del concepto de inconsciente colectivo, en el que la sexualidad no desempeña el papel determinante en la formación de la personalidad, como en la obra de Freud.
En 1938 Freud hubo de emigrar a Londres ante la ocupación nazi de Viena; sus libros fueron quemados y destruidos y, poco después, fallecía víctima de un cáncer de mandíbula.
El Inconsciente
El término inconsciente es el más popular del psicoanálisis, hasta el punto que identifica al psicoanálisis mismo. Los psicoanalistas prefieren explicar el inconsciente como una dimensión de lo psíquico, radicalmente diferenciada de la conciencia aunque vinculada con ella, o también con las expresiones verbales del sujeto que se infiltran a través del discurso. La idea del inconsciente llega al psicoanálisis a través de dos caminos: la filosofía y la psicología de la época. En síntesis, se podría concebir lo inconsciente como una degradación de la conciencia. Esta idea se encuentra ilustrada en la ya famosa metáfora de la linterna: “un haz de luz con foco de luminosidad central y zona de progresiva oscuridad hacia los bordes de esa circunferencia de luz”. La zona central de la luz es la representación de la conciencia; la zona de progresiva degradación de la luz se identifica con lo inconsciente.
Freud parte de un hecho simple para ilustrar lo inconsciente: cualquier representación o elemento psíquico puede estar presente en nuestra conciencia y luego desaparecer. Y, sin embargo, puede volver a reaparecer a través del recuerdo, no como otra consecuencia de la representación sensorial. Esto equivalía, para Freud, a que dicha representación o elemento había estado latente (no explicitado a nivel consciente), y este hecho era una dimensión del inconsciente.
Un sujeto es sometido a un estado hipnótico durante el cual se le da una orden cualquiera: por ejemplo que beba agua. Acto seguido, se le despierta y es invitado a explicar lo que recuerda. En este momento, la persona realiza la orden recibida en estado hipnótico, es decir, beber agua. Interrogado sobre el motivo de esta acción, manifiesta que no lo sabe, aunque trata de justificarla de una manera obvia; porque tenía sed.
Sin embargo, la explicación de la acción descrita anteriormente no está en la sed, sino en la orden de beber agua (de la que el sujeto no tiene conciencia porque es incapaz de recordar). La conciencia sólo retiene beber agua; la orden y la figura del hipnotizador permanecen en el inconsciente.
Consciente, Preconsciente e Inconsciente
De la experiencia anteriormente relatada Freud extrajo diversas conclusiones:
La conciencia es sólo una parte de lo psíquico (parte visible), peor en ella no se pueden encontrar respuestas a muchos de nuestros actos
- hay representaciones que, en un momento dado, no son conscientes (no están en la conciencia), pero pueden devenir en conscientes. A este consciente Freud le dará el nombre de preconsciente.
- existe un novel inconsciente que nunca llega a la conciencia (la acción de ordenar en el ejemplo). El inconsciente sólo se abre paso a la conciencia a través de asociaciones, como por ejemplo los sueños, los actos fallidos (equivocaciones u olvidos en la realización de cualquier acción), los lapsus y los síntomas. A este tercer nivel Freud le da el nombre de inconsciente.
Según la teoría psicoanalítica, las representaciones
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