Psicoanálisis de Niños
Enviado por inanfor • 7 de Octubre de 2014 • 22.014 Palabras (89 Páginas) • 338 Visitas
El trabajo con los padres en el Psicoanálisis de Niños
Desde los comienzos del psicoanálisis se ha contado con los padres para trabajar con los conflictos que presentan los niños.
Como prueba de ello es el lugar que S.Freud le da al padre de Juanito en el tratamiento de sus fobias. Es tal su importancia en ese primer análisis de un niño que leyendo el caso queda claro que este padre ocupa directamente el lugar del terapeuta y Freud el del supervisor. Muchas cosas han pasado desde entonces.
Se han cumplido más de 70 años del famoso Simposio sobre Psicoanálisis Infantil donde Anna Freud y Melanie Klein intentaron dirimir sus diferencias. A partir de allí, los seguidores de Anna Freud han colocado a los padres en el lugar de educadores de sus hijos a los que se deberá formar, instruir, aconsejar. Este sería un lugar para los padres en un tratamiento de niños.
Desde la posición kleiniana los padres reales pasaron a ocupar un segundo plano: el tratamiento analizará con el niño las imagos parentales internalizadas. Los padres que llevan al hijo a tratamiento son meros portadores. Desde esta posición teórica los padres pasan a ser una interferencia en el trabajo clínico con el paciente.
A.Aberastury, discípula de M.Klein y seguidora de sus ideas, dice “mi experiencia me ha permitido hacer una serie de modificaciones, se basan en una forma de conducir y utilizar las entrevistas con los padres, que hace posible reducir el psicoanálisis de niños a una relación bipersonal como con los adultos” (A.Aberastury, “Teoría y técnica del psicoanálisis de niños”, Paidós, 1969). Esta autora plantea lo necesario de entrevistas iniciales con los padres para recabar información. Estas entrevistas deben ser muy dirigidas porque “los padres tienen la tendencia a escapar del tema mediante confidencias sobre ellos mismos”, luego agrega “en mi técnica me mantengo siempre en el papel de terapeuta y sólo confío en mi labor con el niño, manteniendo aparte a los padres”. Siguiendo a Klein, deja a los padres fuera del tratamiento, sosteniendo que los cambios operados en el niño a lo largo de un análisis habrán de producir las transformaciones necesarias en la estructura familiar. De no ser así, deriva a los padres a un tratamiento personal o a grupos de orientación para padres, campo en el cual fue una verdadera pionera.
Para M.Klein y los seguidores de sus enseñanzas y de su técnica, mantener entrevistas periódicas con los padres promueve la aparición en los pacientes niños de fantasías paranoides hacia la figura del analista, a quien pueden sentir como aliado de los padres. Estas fantasías persecutorias serían un escollo para el análisis y la solución frente a ello es ver a los padres lo menos posible. Así como las fantasías persecutorias aparecen en los pacientes niños, también aparecen en algunos padres. Por ello, algunos post-kleinianos, a raíz de su práctica clínica han ido permitiendo y favoreciendo estas entrevistas con los padres, sobre todo si aparecen en los mismos este tipo de fantasías paranoides respecto a la figura del analista o del proceso analítico.
Así, no sorprende encontrar en textos como los de Betty Garma, (Betty Garma, “Niños en Análisis”, ed.Kargieman, buenos Aires, 1992), analista formada dentro de la escuela kleiniana, en los que asegura que hay que escuchar a este tipo de padres y si es necesario incluirlos en algunas sesiones con los hijos.
Se han cumplido más de 30 años de la publicación del libro de Maud Mannonni \"La primera entrevista con el psicoanalista\". Para esta autora la adaptación de la técnica a la situación particular que representa para el adulto el aproximarse a un niño no altera el campo sobre el cual opera el terapeuta. Ese campo es el del lenguaje incluso cuando un niño todavía no habla. El discurso que rige abarca a los padres, al niño y al analista. Se trata de un discurso colectivo constituido alrededor del síntoma que el niño presenta. El trabajo con los pacientes en situación de dependencia pasará entonces por lograr un efecto de descapturación, una especie de rescate a la búsqueda de un lugar propio y, por lo tanto, de un deseo propio.
Mucho antes, en la 34ª de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (S.Freud, “Nuevas Conferencias de introducción al psicoanálisis”, AE, tomo XXII), Freud dice: .
“No hemos tenido empacho alguno en aplicar la terapia analítica a estos niños que mostraban inequívocos síntomas neuróticos o bien estaban en camino de un desfavorable desarrollo del carácter. El temor de que pudiera causarse daño al niño mediante el análisis, expresado por los opositores de este último, resultó infundado. Nuestra ganancia en tales empresas fue la de poder comprobar en el objeto viviente lo que en el adulto habíamos dilucidado, por así decir, partiendo de documentos históricos. Pero también para los niños fue muy rica la ganancia. Se demostró que el niño es un objeto muy favorable para la terapia analítica; los éxitos son radicales y duraderos. Desde luego, es preciso modificar en gran medida la técnica de tratamiento elaborada para adultos. Psicológicamente, el niño es un objeto diverso del adulto, todavía no posee un superyó, no tolera mucho los métodos de la asociación libre, y la trasferencia desempeña otro papel, puesto que los progenitores reales siguen presentes. Las resistencias internas que combatimos en el adulto están sustituidas en el niño, las más de las veces, por dificultades externas. Cuando los padres se erigen en portadores de la resistencia, a menudo peligra la meta del análisis o este mismo, y por eso suele ser necesario aunar al análisis del niño algún influjo analítico sobre sus progenitores. Por otra parte, las inevitables divergencias de este tipo de análisis con relación al del adulto se aminoran por la circunstancia de que muchos de nuestros pacientes han conservado tantos rasgos infantiles de carácter que el analista, adaptándose también aquí a su objeto, no puede menos que servirse con ellos de ciertas técnicas del análisis de niños.
El trabajo con los padres.
Como se puede ver, Freud ya lo alertaba en 1933: las resistencias de los padres, pueden ser, y de hecho aún lo son, las principales causantes de los tratamientos de niños que se interrumpen de forma drástica o incluso, algunos tratamientos que ni siquiera pueden llegar a comenzar.
Caso Rita
Los padres de Rita piden una consulta urgente para tratarla, a principios del mes de mayo. Era tal la angustia de lospadres que deseaban hacer la consulta por teléfono. Están por expulsarla de la escuela, después de un curso donde \"ha hecho las mil y una\". Acaba de cometer la fechoría
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