Psicologia

En la segunda formulación del aparato psíquico aparece la división del mismo, en la cual podemos ver tres instancias: Ello, yo y superyó. Aquí debemos explicar las funciones del Yo en relación a las otras dos instancias, para lo cual nos parece necesario referirnos primero a cada una en particular y luego a su relación.

El término Ello designa lo impersonal. Es lo que constituye al aparato psíquico al momento del nacimiento. Se constituye a partir de lo hereditario, lo innato y lo reprimido. Es la parte inaccesible y oscura de nuestra personalidad. Se describe como antitético al yo.

El Yo es aquella parte del Ello que fue modificada por la proximidad y la influencia del mundo exterior, la realidad. Se constituye a partir de las primeras relaciones objetales con aquellas personas que cumplieron las funciones parentales al comienzo y luego otras figuras significativas. Su función perceptiva permite primero el registro del otro, con quien se establece en sus primeros momentos una relación libidinal primeramente física, que le permiten su integración y luego su diferenciación, lo que podemos considerar como una proyección de su organismo en su psiquismo.

El Superyó se constituye a partir de la prolongada dependencia del sujeto a la autoridad de los padres y fundamentalmente con la declinación del Complejo de Edipo; es la representación de todas las restricciones morales.

A todo ésto podemos decir que el Yo se ve influenciado por el Ello, puesto que quiere satisfacer sus demandas inmediatamente, y el Superyó es quien controla que éstas no se contradigan con los parámetros morales.

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