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Psicologia


Enviado por   •  8 de Febrero de 2012  •  1.391 Palabras (6 Páginas)  •  365 Visitas

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ENFRENTANDO EL CAMBIO ORGANIZACIONAL A CIEGAS?

El hombre vive a diario numerosos retos, los cuales puede asumir de diversas maneras y si estos se producen en momentos de crisis, puede levantarse y obtener mejores resultados o desfallecer en el intento.

Una de las vías por las cuales el hombre opta más frecuentemente es el huir de los problemas (efectos de evitación), debido a que el temor a sentirse incapaz de resolver determinadas situaciones, le hace sentir inseguridad, llevándolo a no tomar las decisiones acertadas en el momento oportuno.

Cada instante que acontece es un nuevo descubrir, una nueva sensación, una nueva experiencia y sobretodo una nueva oportunidad, pero en muchas ocasiones el temor se convierte en el mayor obstáculo interno que impide que estas no se transformen en realidad. Porque, si bien es cierto, como lo afirma Séneca: " No nos falta valor para emprender ciertas cosas porque son difíciles, sino que son difíciles porque nos falta valor para emprenderlas"

El valor y el temor son fuerzas tan poderosas que van de la mano en todas las situaciones y experiencias humanas, ya que cuando el temor aparece se requiere del valor para contrarrestarlo e inevitablemente el pasar de una situación a la otra frente a las adversidades de la vida, genera momentos de cambio. Y es el cambio uno de los aspectos a los que más le teme el ser humano y al que se ve abocado a diario.

El cambio, como es descrito en los capítulos analizados en "¿Quien se ha llevado mi queso?" y en "Lo fundamental y lo más efectivo acerca del cambio", ocurre y está en continuo movimiento y se va anunciando de diferentes maneras para que podamos tomar precauciones y adaptarnos de la forma menos traumática para nuestras vidas. Lo que sucede también y más frecuentemente es que no ponemos atención a estas señales, poniéndonos en desventaja cuando el cambio es avasallador y no da espera a nuestro tiempo.

También es cierto, que el cambio no puede generarse de otra fuente que no sea el interior de cada individuo y depende de la actitud mental que el mismo sujeto desarrolle dadas las experiencias, vivencias, enseñanzas que obtenga de si mismo y su entorno. Las diversas circunstancias que vemos y a las que nos enfrentamos nos muestran que tenemos una tendencia innata hacia lo negativo, hacia la fatalidad.

Un ejemplo claro de esto en las empresas es que cuando nuestro jefe nos cita a una reunión, creeremos que será para algún regaño debido a una acción equivocada. Hablando de nuestra familia si nos llaman urgente de la casa pensamos que algo grave ocurrió y si miramos más cerca, si tenemos la oportunidad de expresar nuestras inquietudes y opiniones en público, aseguramos que otros se burlarán o que no tiene importancia y podríamos enumerar un sinnúmero de actitudes y pensamientos similares a éstos .

Ya que el cambio aparece sorprendentemente y no nos encontramos preparados para asumirlo, viene la pregunta: Como prepararnos y anticiparnos a éste?

Actualmente ocurren muchas situaciones que a la vista no tienen sentido para nosotros y de pronto la vida gira, dando un vuelco trascendental, a veces en las peores circunstancias o simplemente en un momento que nos augura algo increíblemente nuevo.

Esperamos que todo sea felicidad y por eso cuando vienen las sorpresas, no tan agradables para nosotros, nos cuesta trabajo adaptarnos, ya que no los aceptamos y nos resistimos tanto a esas realidades, que terminamos haciendo que persistan o peor aún las complicamos muchísimo más sin obtener nada bueno.

Si pretendemos alcanzar ese éxito tan anhelado en todas las esferas de nuestra vida debemos aceptar lo que suceda, aprender de ello, y dejarlo proceder, eso quiere decir adaptarnos al cambio con rapidez.

Muy a menudo, al tener una relación de pareja, al establecer lazos de amistad con otros, al compartir tantas experiencias con personas muy cercana; cuando éstas deciden alejarse, mirar otros horizontes o establecer otros proyectos que necesariamente demandan un cambio, nos desajustamos al no contar con esto por los vínculos establecidos o simplemente por costumbre.

Igualmente cuando culminamos nuestra carrera profesional, suele suceder que tenemos tantas expectativas de trabajo en ciertas áreas, devengando ciertos salarios, nos damos cuenta que la demanda se está dando en otros campos y no con la remuneración esperada.

Y a nivel de empresa no nos quedamos atrás, llegamos

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