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Psicología Del Desarrollo


Enviado por   •  7 de Mayo de 2015  •  8.639 Palabras (35 Páginas)  •  179 Visitas

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PROYECTO DE VIDA Y SALUD

Dra. Laura Domínguez

El problema del desarrollo humano, analizando desde la Psicología como ciencia, nos impone primeramente realizar una valoración de aquellos factores que determinan el desarrollo de la subjetividad en el hombre y de las características o regularidades típicas de este proceso.

Entre los factores que condicionan el surgimiento de lo subjetivo, de lo psíquico, como instancia reguladora del comportamiento humano, se encuentran lo biológico y lo social.

Lo biológico constituye el sustrato material del psiquismo humano. Sin la presencia de determinadas cualidades anátomo-fisiológicas del organismo y sin la existencia del cerebro humano, no puede surgir lo psicológico, ni el nivel superior de integración de los componentes de la subjetividad, que es la personalidad.

Lo social, por su parte, representa la fuente del desarrollo del psiquismo en el hombre, aunque es necesario aclarar que este factor no actúa de modo directo o lineal sobre el individuo, sino mediatizado en todo momento por sus condiciones internas, tanto biológicas como psicológicas.

El desarrollo de la personalidad sana consiste en un proceso que se produce de manera gradual y se encuentra atravesado por crisis que potencian su devenir. En estos períodos críticos, se producen cambios cualitativos que conducen al sujeto a una paulatina conquista de la capacidad de autodeterminación.

Autodeterminación, concepto clave para definir la personalidad sana y madura, significa esencialmente autorregulación; esto es, la capacidad del sujeto psicológico de regular su comportamiento de manera consciente e intencional, con relativa independencia de las influencias externas.

Para que ocurra la autorregulación de comportamiento, indicador por excelencia de la personalidad saludable, resulta imprescindible que se produzca en el sujeto la formación de mecanismos y contenidos psicológicos que le permitan, como tendencia de su actuación, organizar de manera, estable, consciente y voluntaria su comportamiento.

La personalidad, nivel superior de regulación psicológica constituye el principal sostén del proceso de autodeterminación.

Personalidad sana es sinónimo de personalidad madura, autorregulada, pero ¿ en qué momento del desarrollo humano se alcanza esta madurez y podemos decir que estamos en presencia de un sujeto autorregulado ?

En los primeros años de la vida cada ser humano se nos presenta como individuo, portador de una psiquis, pero desprovisto aún de personalidad y en consecuencia, incapaz de regular de forma consciente y estable su comportamiento.

El surgimiento de la personalidad podemos situarlo alrededor de los 3 años de edad, cuando aparece la autoconciencia y el niño se reconoce como un ser diferente e independiente de los demás.

Paulatinamente, el niño se apropia de valores sociales, normas de relación con los otros y modos de actuación de los adultos que le rodean, en un proceso altamente contradictorio de interacción con la realidad, en el que se van alcanzando distintos niveles cualitativos en el proceso de autorregulación.

En la edad escolar y aún en la adolescencia, a pesar de existir un conjunto de formaciones psicológicas, que poseen relativa estructuración y estabilidad, la regulación del comportamiento, en diversos ocasiones, se encuentra determinada externamente, ya que los móviles de actuación se sitúan, en buena medida, en la búsqueda de aprobación social o en la evitación de la desaprobación y el castigo, aún cuando ya se presentan contenidos personológicos e indicadores de su funcionamiento que son expresión de un determinado nivel de autorregulación.

Con el surgimiento de la concepción científica y moral del mundo en la edad juvenil, lo interno; es decir, la subjetividad en general y en particular la personalidad, como sistema psicológico interno, principal responsable de la regulación del comportamiento humano, pasa a ocupar un lugar relevante en la determinación de la conducta. Sin embargo, es importante indicar que este camino hacia el logro de nuevos niveles de autodeterminación, no es un resultado automático de desarrollo humano, ni se asocia mecánicamente a la edad cronológica, sino que depende de las condiciones de vida y educación en las que ha estado inmerso el individuo a lo largo de su desarrollo.

Es por eso que podemos encontrar jóvenes y también adultos donde la opinión social y las normas externas no personalizadas, se convierten en los reguladores más efectivos del comportamiento.

No obstante, lo antes apuntado, es en la edad juvenil donde se alcanzan las particularidades psicológicas que nos permiten considerar la existencia de la autorregulación, como mecanismo estable del funcionamiento de los contenidos de la personalidad, que continúa ampliándose y consolidándose en la adultez.

El desarrollo de la autorregulación, que consideramos constituye indicador por excelencia de la personalidad sana y madura se caracteriza por los siguientes aspectos: la relativa consonancia entre las necesidades sociales y personales del sujeto; la integración sistémica de los diferentes componentes de la subjetividad, del sí mismo real y del sí mismo ideal, así como por la primacía de los motivos conscientes sobre los inconscientes. Por último, el sujeto logra la elaboración de un proyecto de vida o sentido de la vida, estructurado sobre la base de sus principales esferas de significación motivacional y de aquellas estrategias, a corto, mediano y largo plazo, con el propósito de alcanzar estos objetivos y metas, que se sitúan en una dimensión temporal orientada al futuro.

Este camino de conquista de la autodeterminación, comienza desde edades tempranas, cristaliza en la juventud y se continúa desarrollando en la adultez, encontrándose atravesado por diferentes contradicciones, tanto del sujeto con el medio como del sujeto consigo mismo y que representan las fuerzas motrices del desarrollo humano.

Una de las referidas contradicciones, que enfrenta el individuo desde su nacimiento y que se convierte en causa de períodos críticos en el desarrollo de la personalidad, es la falta de correspondencia entre lo que el sujeto desea y puede realizar y lo que se le exige desde lo social. Cuando estas exigencias están por debajo de los recursos psicológicos del sujeto, demasiado cercanas a estos o muy por encima de los mismos, se puede afectar el adecuado desarrollo de la personalidad.

¿Es esta contradicción la clave para explicar cómo se produce el desarrollo humano e incluso de qué depende la salud psíquica del hombre?

En nuestra opinión

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