Psicología social. Fragmento de Carrie por Stephen King (1974)

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Fragmento de Carrie por Stephen King (1974)

     Carrietta N. White, nació en Chamberlain, Main, Estados Unidos, hija de Margaret White, una fanática religiosa que la educo en casa hasta que el Estado la obligo a inscribir a su hija en un instituto de educación formal; Carrie, estudio en la escuela secundaria Ewen, donde fue víctima de bromas pesadas, sarcásticas y crueles por parte de sus compañeros.

Carrie, era una chica tímida, inmadura, reservada y muy callada, no vestía ropa a la moda, ni iba a fiestas, no sabía nada del sexo opuesto. A los ojos de todos, ella tenía la apariencia de ser insignificante, un bicho raro, una “poca cosa” como solían llamarla, algo que le hacía sentir miedo y rabia todo el tiempo.

Carrie, era una muchacha robusta, con granos en el cuello, la espalda y las nalgas (King, S. 1979). Tenía 16 años pero no había experimentado su primer ciclo menstrual. [pic 7]

     Una mañana de lunes después de la clase de gimnasia de Miss. Desjardin, las chicas se duchaban, platicaban, se hacían bromas entre ellas y la miraban, siempre la miraban, ella estaba bajo el agua aturdida por su inseguridad, los recuerdos y las burlas. Escucho la voz de la Srta. Desjardin diciendo que se apresurara, cerro la llave de la ducha y cuando volvió la vista hacia sus pies había sangre, era tanta que pensó que moriría desangrada, ella no comprendía lo que sucedía en ese momento, estaba aterrada, y se quedó en ese lugar, inmóvil sin siquiera poder pedir ayuda y cuando Chris Hargensen, se dio cuenta de lo que ocurría comenzó a gritar ¡RE-GLA! Y poco a poco fueron sumándose otras voces ¡RE-GLA!, ¡QUE LO TAPE!, ¡LIMPIALO!, ¡ESTÁS SANGRANDO, MAMARRACHO ESTÚPIDO!, los insultos resonaban en sus oídos y sabía que eran para ella muda y desconcertada, seguía ahí parada, quieta, se atrevió a mirar otra vez y se dio cuenta que no era un sueño, lanzo un grito de ayuda que sonó con fuerza en el vestidor  y en ese momento sintió el golpe de un tampón que cayó al suelo y se coloreo de rojo, no pudo mantenerse de pie y tropezó mientras las chicas seguían arrojando toallas femeninas y tampones, insultándola, ella gritaba y lloraba estaba asustada y no comprendía porque nadie se atrevía a ayudar, ¿acaso la dejarían morir en ese lugar?, ¿serían tan crueles?. Susan, creyó que Carrie, sabía lo que sucedía pero después de ver como se arrastraba por el suelo pidiendo ayuda y llorando, creyendo que moriría, se dio cuenta que era su primera vez y dejo de arrojar los tampones; en ese momento Miss. Desjardin, entro al vestidor, se acercó a Carrie, y la chica no dejaba de llorar y gritar estaba en estado de shock y ella le proporcionó una bofetada enfrente de todas las chicas quienes solo se reían por lo ocurrido, Desjardin, las saco a todas del vestidor e intento que Carrie, se limpiara y se colocara una toalla pero Carrie, no comprendía nada acerca de la menstruación le dolía el abdomen y no pudo hacerlo, así que la señorita Desjardin, lo hizo por ella.

     La madre cerró la puerta tras ella. -Eres una mujer -dijo en voz baja. [pic 8][pic 9]

Margaret White era una mujer alta, fuerte y pensaba que la sangre era un castigo divino por causa de un pecado lujurioso ella decía: primero el vello, luego la sangre y luego… el asiento de un coche en un callejón oscuro.

Carrie, no pudo evitarlo y pregunto a su madre: ¿Por qué no me lo dijiste? ¡Estaba tan asustada! ¡Se rieron de mí y me arrojaron cosas! Y en ese momento la mano de su madre se alzó ágil y veloz, una mano dura, callosa, llena de músculos y la golpeó en la mandíbula dejándola en el piso llorando.

Margaret, pronunciaba una oración mientras empujaba a Carrie, hacia el altar ella no podía ponerse de pie y era arrastrada por el suelo y de vez en cuando recibía un golpe con el pie de su madre. -Y Eva fue débil y... dilo, mujer, ¡dilo! -No, mamá, por favor, ayúdame... El pie osciló. Carrie dio un grito. -Y Eva fue débil y soltó el pecado y el primer pecado fue el trato carnal. Levántate, mujer, vamos a rezar. Roguemos a Jesús por nuestras almas de mujeres, débiles, perversas y pecadoras. -Mamá... Los sollozos eran demasiado violentos y no había lugar para más.

Y el Señor castigó a Eva con una maldición y ésa fue la maldición de la sangre. Margaret, obligo a Carrie a arrodillarse ante el altar mientras ella ignoraba lo que Carrie le decía. La mujer se detuvo. Incluso pareció que la respiración se paralizaba en su garganta, y luego, la mano se cerró sobre el cuello de la muchacha, se cerró hasta que Carrie, vio unas horribles manchas rojas ante sus ojos y sintió que su mente se ponía borrosa y como distante. Comenzó a golpear a Carrie, en la espalda, el cuello, la cabeza. Carrie, fue lanzada de cabeza dentro del armario, se golpeó en la pared del fondo y cayó al suelo medio aturdida. La puerta se cerró de un portazo y la llave giró en la cerradura. Había quedado sola con el airado Dios de su madre. El momento se reducía a su agonía, su vergüenza, su terror, su odio, su pánico.

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