Psiquiatría y Persona – Velasco Suárez
Enviado por juanmcloughlin • 31 de Agosto de 2014 • 464 Palabras (2 Páginas) • 368 Visitas
Psiquiatría y Persona – Velasco Suárez
Notas sobre la persona como Unitas multiplex
I. La persona es una realidad viviente objetiva y subjetiva a la vez. Lo subjetivo, lo irreductible, la experiencia del misterio. Lo objetivo, inteligencia, visión, aspectos fundamentales de la realidad personal.
II. La persona es una unidad compleja y jerárquicamente estructurada. Se manifiestan tres niveles:
• espiritual, nivel superior con dos fuerzas: la inteligencia y la voluntad que gobiernan las estructuras y niveles de actividad subordinados;
• psico-sensible, emociones más imaginación
• corporal
El triple nivel de estructuras está atravesado por estructuras y dinamismos receptivos y cognitivos como así también por estructuras y dinamismos tendenciales y ejecutivos.
Los niveles influyen en el otro y cada uno está presente en el otro, respetando la armonía jerárquica que constituye el vínculo de su unidad y de su paz. (Ver esquema A)
III. Unión Hombre con Dios, re-ligación. Una pérdida de la unión con Dios trae consigo perdida de unión con uno mismo, de la unión con los demás y de la unión con la naturaleza.
IV. La enfermedad manifiesta debilidad y una pérdida de la integridad, de la fuerza que mantiene todo unido.
V. La triple estructura no solo se organiza de forma jerárquica de superior a inferior, sino también se puede manifestar de forma superficial-profunda y de altura-profundidad (esquema C). Lo más profundo del hombre es lo espiritual en él, conoce y dispone de su vida a través de las dos fuerzas espirituales de su persona: la inteligencia y la libre disposición de sí misma (voluntad). En el nivel periférico se ubican las emociones y la imaginación.
VI. El aprendizaje para el discernimiento de los diferentes niveles de estructuras y dinamismo tiene importancia para el autoconocimiento y autoposesión a la que es llamada la persona. Necesidad de movilizar la capacidad de autodistanciamiento frente a sus síntomas y situaciones que vive.
VII. El corazón como símbolo del centro y de la profundidad de la persona. La persona se une a Dios de quien recibe la vida. El corazón es el centro corpóreo-psíquico-espiritual de la persona. Brotan de él las intuiciones intelectuales, las opciones existenciales y los sentimientos más profundos del hombre.
Las crisis de pasaje y la patología
El hombre es una persona, no un qué sino un quién, sujeto íntimo, libre y responsable. Las enfermedades mentales pueden ser vistas desde como alteraciones del desarrollo de la personalidad, que se presentan como secuencia de etapas o fases separadas por crisis, que la preceden y anuncian.
El tránsito entre una y otra etapa de la vida exige adaptación a las nuevas exigencias y dar respuestas que afiancen su identidad y propósito de existencia.
Las crisis de pasaje son momentos
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