REDES SOCIALES Y FOMO
Enviado por mnse299 • 30 de Septiembre de 2021 • Ensayo • 1.689 Palabras (7 Páginas) • 133 Visitas
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REDES SOCIALES Y FOMO
“En el pasado, eras lo que tenías. Ahora eres lo que compartes”
- Godfried Bogaard.
Las redes sociales hoy en día forman parte de nuestra vida y constituyen uno de los fenómenos más característicos del escenario social actual. Son una potente herramienta en cuestión de: información, comunicación, economía, educación, etc. Jóvenes y adultos utilizan el Internet para establecer relaciones sociales y para ocupar su tiempo de ocio.
Pero específicamente las redes sociales se han convertido en un nuevo entorno de socialización para los adolescentes y un espacio interactivo de construcción de identidad social en los que muchas veces los adultos no tienen control, pueden sentirse diferentes e incluso construirse una personalidad, en donde se muestran no como son, sino como les gustaría ser.
Pero bien sabemos que todo en demasía es malo, Álvaro Bilbao, neuropsicólogo y autor del libro El cerebro del niño explicado a los padres, se muestra contrario a la utilización de las redes sociales en exceso, entre otras cosas, porque crean adicción y alejan de la vida real. El abuso de redes sociales ha mostrado una asociación con depresión, síndrome de déficit de atención, insomnio, disminución de horas total de sueño y disminución del rendimiento académico.
Las oportunidades para ganar la aprobación explícita y respuestas de amigos y familia pueden crear un problema, el deseo de enterarse de las vidas ajenas y contar la propia a los demás no son una novedad, la diferencia está en que las nuevas tecnologías proporcionan los medios necesarios para hacerlo de forma inmediata, y con imágenes que ilustran lo que se quiere contar. Redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram permiten que cualquiera pueda comparar su vida con las de muchos otros en tiempo real.
El síndrome de FOMO es un trastorno que se define como la "aprensión generalizada que otros podrían tener experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente " (Przybylski et al. 2013, p. 1841). Se describe como un tipo de ansiedad, es como pensar que el pasto siempre es más verde otro lado. Este síndrome fue mencionado por primera vez en 1996 por el Dr. Dan Herman y definido en 2004 por Patrick James McGinnis de Universidad de Harvard y en 2013 el término se introdujo en el Diccionario de Oxford.
Si bien es cierto el miedo a perderse de algo ha existido mucho antes de que aparecieran las redes sociales, sobre todo en las clases sociales medio altas, donde la apariencia cuenta más, hoy en día el síndrome ha sido exagerado por las redes sociales, que hacen más fácil estar al tanto de las experiencias de las que uno se está perdiendo. Las experiencias FOMO son no restringido a una población joven pero Marc Smith, sociólogo de la firma Connected Action Consulting, afirma que “los jóvenes están más expuestos porque, a diferencia de los adultos, cultivan muchos deseos pero tienen menos recursos económicos para vivir aquellas experiencias que contribuyen a formar su identidad y así, en comparación, salen perdiendo”.
Las redes sociales pueden hacer tales recordatorios más frecuentes, lo que lleva a una mayor FOMO. Por ejemplo, “Instagram con las fotos puede causar un auténtico malestar debido a que no sólo te enteras, sino que ves lo que está haciendo el otro, cuando antes sólo tenías el teléfono fijo de casa”, explica Felipe Romero, psicólogo del consumo y consejero delegado de la consultoría de investigación de mercados The Cocktail Analisis.
Los que padecen el síndrome FOMO, incluso cuando están conectados, están tan obsesionados con ver la vida de los demás que no son capaces de disfrutar de la suya. De acuerdo con un estudio de la consultora Kleiner Perkins Caufield & Byer’s, el usuario medio mira su smartphone cerca de 150 veces al día, es decir, una vez cada seis minutos. Y la compañía tecnológica Mozy estima que un tercio de los usuarios de internet controla el correo electrónico antes de las siete y media de la mañana y según las mismas fuentes, el 24% declara compartir “todo o casi todo” en la red.
El ser humano es un animal social por naturaleza, la teoría de la autodeterminación afirma que la relación, es la necesidad de interacción y conexión con los demás, buscamos el deseo de pertenencia, y puede conseguirse mediante la relación con otros y para sentir esto tenemos que recibir un feedback del entorno. John Grohol, psicólogo especializado (Psychcentral.com), sostiene que “una de las reacciones más comunes es subir a la red la foto o un comentario de algo divertido que se haya hecho para compensar no estar presente en algún lugar o no ser parte de algún fenómeno social de moda. Esto hace que la persona se sienta mejor. Pero puede generar, a su vez, FOMO en otra persona que lea el comentario”.
FOMO está relacionado con una mayor depresión, ansiedad y síntomas físicos (Baker et al. 2016; Elhai et al. 2016), hay una falta de felicidad por las experiencias perdidas. Entre tantas comparaciones, la vida de uno parece mucho menos interesante que la de las personas que comparten su vida en redes sociales. Las personas que tienen miedo a perderse de algo suelen tener niveles más bajos de habilidad, autonomía e integridad, además de que puede presentar una modificación de la autenticidad. El sentimiento de control y autoestima resulta en un sentimiento de Bienestar y orgullo y la pérdida de estos o la delegación de control hacia alguien más, voluntariamente o no, hablando de personas conocidas o modelos de rol, puede generar inseguridad, vergüenza, miedo o duda.
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