RESUMEN DEL LIBRO: CORRIGEME SI ME EQUIVOCO
Enviado por Moniquita2167 • 2 de Octubre de 2012 • 2.462 Palabras (10 Páginas) • 5.462 Visitas
Maestro: José Luis Hugo González
Materia: Psicología social de la pareja
Alumna: Mónica del Carmen Figueroa Hortigüela
Fecha: 2 de julio de 2012
Resumen del libro: “Corrígeme si me equivoco”. Autor: Giorgio Nardone
Capítulo 1: El diálogo que fracasa
Para aprender a dialogar con nuestra pareja el primer paso será identificar los modos seguros de fracasar en nuestro intento:
Puntualizar:
Un rasgo que caracteriza a las personas inteligentes en sus relaciones es la tendencia a puntualizar las situaciones y las condiciones, las sensaciones y las emociones en relación con otras, para tener bajo control y programar la relación del mejor modo posible. El intercambio emotivo afectivo. Sometido al análisis racional, se reduce algo frío y distante, es decir, analizar y discutir a nivel racional algo que funciona sobre la base de sensaciones, las emociones y los sentimientos empobrece los vínculos que mantienen unidas a las personas. Esta estrategia se puede definir como “perversión de la racionalidad” y es un ingrediente fundamental del diálogo que fracasa.
Recriminar:
El recriminar, es decir, someter a la pareja a un proceso en el que se puntualizan las culpas, aunque pueda padecer una manera correcta y legítima de aclaración, tiende a producir en el acusado reacciones emotivas de rebeldía, como el rechazo y la rabia, anulando así la culpa y haciendo que nazca el deseo de escapar o de atacar. Cuando comunicamos no cuenta únicamente el significado de lo que decimos, ya que el cómo lo decimos amplifica, reduce o transforma el efecto. Razones y emociones no están siempre de acuerdo, más bien a menudo están en conflicto. La esfera de las relaciones afectivas es una dimensión dentro de la cual más que los contenidos de nuestras comunicaciones cuentan los mensajes emocionales, que se derivan de la manera de comunicar. No hay que infravalorar. Esta es una estrategia catastrófica para la relación.
Echar en cara:
Echar en cara es un acto comunicativo que induce a exacerbar en vez de reducir aquello que se quisiera corregir. El que echa en cara se coloca como víctima del otro y, desde esta posición de dolor, utiliza su propio sufrimiento para inducir a la pareja a que corrija los comportamientos que lo han generado. El resultado es que la pareja cambia de comportamiento y además se indispone, se enfada y a menudo llega a ser más opresivo. Lo que se establece entre el que echa en cara y el que sufre, es una forma de complementariedad patógena de comunicación que tiende a estructurarse como un auténtico guión interpersonal, dentro del cual el que es culpabilizado es llevado a reaccionar rechazando o atacando al otro que, al actuar como víctima, lo coloca en esta posición. La dinámica será la de un círculo vicioso que una vez activado, es realmente difícil salir. Está destinado al fracaso.
Sermonear:
La estructura de hacer el sermón es proponer aquello que es justo o injusto a nivel moral y, sobre esta base, examinar y criticar el comportamiento ajeno. El efecto de esta acción comunicativa es que provoca el deseo de transgredir las reglas morales puestas como fundamento del sermón mismo. Es interesante notar que a menudo dentro de un buen sermón podemos encontrar tanto la recriminación como la puntualización y el echar en cara como víctima.
¡Te lo dije!:
La fuerza de este tipo de frases reside en que consigue evocar de inmediato en la otra persona las sensaciones de provocación, irritación y descalificación. El efecto desastroso es directamente proporcional a la importancia en el plano afectivo de la persona que pronuncia estas palabras, ya que cuanto más implicados estemos emocionalmente, más insoportable será escucharlas (Yo ya lo sabía, no me quisiste hacer caso, ¿ves?....) si yo ya estoy enfadado conmigo mismo porque he cometido un error, el hecho de que el otro me haga notar que lo he cometido desde el momento en que no le hecho caso no me ayuda en absoluto, más bien hace que me enfurezca aún más conmigo mismo y con el otro.
“Lo hago sólo por ti”:
Se declara un sacrificio unidireccional por parte de uno de los dos miembros de la relación, lo que lo hace sentir inferior, y este mensaje que generalmente llega sin que se lo pidan, es muy irritante porque coloca en una condición emocional ambivalente: tendría que agradecérselo por la generosidad, pero estoy en dificultad en cuanto no ha sido deseado o solicitado por mí. Si yo no pretendo el reconocimiento de mi sacrificio, la otra persona se dará cuenta por sí sola y me estará doblemente agradecida.
“Deja, ya lo hago yo”:
Esconde una forma de descalificación de las capacidades de la otra persona. Son situaciones en que se sustituye al otro al realizar una tarea, haciendo que nuestra actuación parezca un acto de cortesía y atención en nuestra relación, pero en realidad el que padece la gentileza la vive como un acto de reprobación de sus propias capacidades. En un nivel más emocional significa: déjame hacerlo a mí porque tú no eres capaz.
Reprobar:
Con seguridad será un diálogo fallido si se utiliza el sublime arte de la reprobación. La reprobación como técnica evolucionada no es una crítica directa, no es una contestación, no es un poner en duda la capacidad del otro, sino que es una secuencia representada por una primera parte en la cual se felicita al otro y una segunda parte en la cual se afirma que, sin embargo, se podría haber hecho mejor, más o que aquello no es suficiente.
La estructura del diálogo fallido:
Se necesita la insistencia y la repetición constante de al menos uno de ellos; el verdadero artista del diálogo catastrófico es capaz de utilizar una buena parte de las técnicas descritas y pasar imperceptiblemente de una a otra.
La primera característica común a las formas de comunicación hasta aquí descritas es que se basan en las mejores intenciones. La intención que lleva a puntualizar, recriminar y así sucesivamente es querer mejorar las cosas dentro de la relación. El problema nace entonces, como consecuencia de las formas de comunicación que se llevan a cabo, que modelan el contenido de las declaraciones y el modo como son acogidas por el interlocutor. Quien pone en acción las modalidades de comunicación fallidas está firmemente convencido de sus propias razones, pero la forma connota y da sentido a los contenidos, porque es esta forma la que produce, más que los mismos significados, los efectos en el otro a nivel personal.
Una de las mayores dificultades que experimentan los seres humanos es ponerse en la perspectiva del otro ya que la misma cosa percibida desde puntos de vista diferentes cambia. Otra más, es tratar de proponerle al otro las propias opiniones
...