RESUMEN JEAN BERGERET ESTRUCTURA Y NORMALIDAD
Enviado por Ana Castro • 20 de Junio de 2016 • Ensayo • 1.633 Palabras (7 Páginas) • 3.531 Visitas
RESUMEN JEAN BERGERET ESTRUCTURA Y NORMALIDAD
La normalidad se enfoca en la mayoría de los casos en relación con los demás, con el ideal o la regla. La noción de normalidad se halla tan ligada a la vida como el nacimiento o la muerte, toda normalidad no puede sino coordinar las necesidades pulsionales con las defensas y las adaptaciones, los datos internos heredados y adquiridos con las realidades externas.
La persona verdaderamente sana no es simplemente la que se declara como tal, sino un sujeto que conserva en sí tantas fijaciones conflictuales como la mayoría de la gente, que no haya encontrado en su camino dificultades internas que superen su equipo afectivo, hereditario o adquirido y que se permita un juego flexible de sus necesidades pulsionales, de sus procesos primario y secundario. Por lo tanto, será necesario insistir en que las nociones de normalidad y estructura son independientes.
Una persona considerada normal puede entrar en cualquier momento de su vida en el ámbito de la patología mental y que un enfermo mental que recibe un tratamiento correcto conserva intactas sus oportunidades de retornar a una situación de normalidad.
Parece evidente que dentro de una línea estructural psicótica, existen tantos términos de transición entre psicosis y cierta forma de normalidad como los que existen dentro de una línea de estructura neurótica entre la neurosis y cierta forma de normalidad adaptada a la estructura de tipo neurótico.
Dentro de la dinámica normalidad-patología, M. Klein nos propone una posición persecutoria primitiva seguida de una posición depresiva. La primera posición procedería obligatoriamente de mecanismos económicos de tipo psicótico, y toda patología ulterior no podría sino tener en cuenta las fijaciones arcaicas en esas fases obligatorias para todos.
Anna Freud creyó poder definir la normalidad en el niño a partir de la manera en que se establecen poco a poco los aspectos tópicos y dinámicos de la personalidad, y de la forma en que se producen y se resuelven los conflictos pulsionales. En este terreno, S. Freud ha significado un viraje importante y podemos retener tres postulados: Toda la psicología del adulto tiene sus fuentes en las dificultades experimentales a nivel del desarrollo de la sexualidad infantil.
Son las pulsiones inhibidas, sexuales y agresivas, las que crean los síntomas.
El modo en que se vive el Edipo depende esencialmente de las condiciones del medio ambiente. En el final del Edipo, Freud llega a declarar que lo que distingue lo normal de lo patológico reside en la desaparición o no del complejo de Edipo. Antes de Freud los humanos se dividian en dos grandes categorías psíquicas: los normales y los enfermos mentales, el gran mérito de Freud consiste en haber demostrado que no existía ninguna solución de continuidad entre ciertos funcionamientos mentales considerados normales y el funcionamiento mental considerado neurótico. Freud pensó durante mucho tiempo que la división no se planteaba entre normales y enfermos mentales, sino entre neuróticos y normales, por una parte, y por la otra los psicóticos y prepsicóticos.
Parto del punto de vista de que es posible distinguir las estructuras auténticas, sólidas, fijas y definitivas y por otra, las organizaciones intermedias(estados límite). Asì pues, reservaríamos la noción de normalidad a un estado de adecuación funcional feliz solamente en el interior de una estructura fija, en tanto que la patología correspondería a una ruptura del equilibrio dentro de la misma línea.
Las personalidades pseudo normales no se hallan estructuradas en el sentido neurótico o psicótico, sino según diversos mecanismos que obligan a esos sujetos a jugar un rol de gente normal con tal de no descompensarse en la depresión.
Las verdaderas estructuras no originan personalidades pseudo normales, en estas categorías límites comprobamos una lucha incesante para mantener en un anaclitismo obsesivo la seguridad narcisista que cubra los permanentes riesgos depresivos.
Si adoptamos definir la normalidad como una adaptación considerable a los datos estructurales internos estables y exteriores móviles, nos vemos obligados a considerar como normales los comportamientos mas o menos originales de todas las estructuras neuróticas o psicóticas.
Lo que se plantea la lectura es toda la función normativa de la organización por el Edipo, la estructuración de la personalidad cuando se verifica el pasaje a la posición triangular con un objeto y un rival sexuales plenamente investidos, y las consecuencias estructurales irreversibles que ulteriormente derivan de ella.
La paradoja de nuetra posición sigue siendo la de aceptar una posibilidad de normalidad tanto en las estructuras neuróticas como en las psicóticas, pero al mismo tiempo declinar la solicitud de complicidad que nos proponen las frágiles organizaciones narcisistas intermedias para ser admitidas en el mismo marco de las normales posibles.
Mientras sigue siendo normal, el psicótico conserva posibilidades de recuperarse. Un individuo normal puede convertirse en anormal y descompensarse sin que su status anterior de normalidad se vea afectado por ello.
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