Reflexión de la Adultez

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INTRODUCCIÓN

La adultez se considera como periodo evolutivo más largo y característico de la vida de la persona, si bien posee diversas definiciones, todas ellas sujetas a relevantes variaciones culturales que conllevan connotaciones muy diferentes.

En nuestra cultura, por adulto/a se entiende a la persona que ha dejado de crecer y se encuentra situado entre la adolescencia y la vejez. En esta perspectiva, predomina el aspecto fisiológico y biológico. Asimismo, precisar a qué edad puede fijarse el final de este crecimiento orgánico es difícil, pues la evolución del organismo, como sabemos, es continua, por lo que sí que se puede distinguir un adulto de un joven y un anciano, pero no podemos saber en qué momento exacto comienza el individuo a llamarse adulto.

Desde el punto de vista psicológico se emplea como sinónimo de madurez de la personalidad como estado ideal. Podemos entender por persona madura como la persona responsable de la propia conducta que posee plenitud de juicio, serenidad y dominio de sí mismo y que actúa de forma autónoma y realista. Así pues, muchos psicólogos estiman la adultez como un estado, meta o aspiración de definición compleja, pero equivalente al de una personalidad madura, que, para Allport (1978) significa que la estructura del ser adulto está compuesta de una serie de rasgos, tales como: extensión del sentido de sí mismo, capacidad de establecer relaciones con otras personas, estabilidad emocional y aceptaciónn de sí mismo, realismo en la percepción y actuación, objetividad en el propio conocimiento y posesión de un proyecto de vida.

En el sentido social, por su parte, generalmente se considera persona adulta a la persona integrada y que ocupa un puesto en la sociedad, lo que lleva consigo determinadas responsabilidades y derechos. En este contexto, esta situación supone el hecho de haber superado un proceso que se desarrolla a lo largo de las diversas etapas anteriores de su vida, como son la infancia, la adolescencia y la juventud, dentro del ámbito familiar, escolar y el grupo de iguales.

DESARROLLO

De acuerdo a Papalia el periodo de adultez empieza después de los 20 años, en Estados Unidos un adulto se considera después de los 21 años, y en el caso de México un adulto se considera después de los 18.  Es un poco polémico el punto de partida para la etapa de la adultez, por esa razón tomaremos como referencia después de los 20 y hasta la vejez que empieza después de los 70 años.  A primera vista vemos que es el período más amplio dentro de las etapas del desarrollo humano, por lo que muchos investigadores la consideraban una una etapa de pocos cambios, en relación al tiempo de vida.  Aun así se ha dividido en cuatro etapas, la adultez emergente, temprana, media y tardía.   La distinción entre cada etapa es muy difícil distinguirla en años, porque la diversidad cultural y genética lo complican.

Antes de abordar cada una de las etapas, es importante ubicar la adultez en general, y revisar que pasó después de la adolescencia.  En principio el desarrollo fisiológico de todo el organismo ha llegado a su punto máximo, siendo el cerebro el último órgano en consolidarse.  Sin embargo en el plano psicológico aún puede haber un desfase, por esa razón se habla de una adultez emergente.  Y es lógico porque en algunas culturas las personas dejan de estudiar hasta los 29 años, limitando así el desarrollo de otros aspectos; en contraste en países subdesarrollados las personas se incorporan a la actividad económica después de los 17 años, muchas veces ya con familia en puerta, así que esta condición variará.  

La madurez de una persona es valorada por el descubrimiento de la identidad propia, más que independizarse económicamente de los padres, es una etapa en donde ya no importa estar de acuerdo o no con los padres, sino simplemente emprender una serie de decisiones que solo afectarán al individuo que las toma.  Ya no es indispensable la aceptación del grupo de amigos o los comentarios familiares, en este momento se tiene claro un rumbo, también llamado personalidad.  Empiezan a emerger los deseos de formar un proyecto, ya sea una profesión o una familia.  

Cognitivamente hablando, los neo piagetianos, identifican el empieza de una nueva etapa llamada pensamiento reflexivo, “Los pensadores reflexivos cuestionan de manera continua los hechos supuestos, sacan inferencia y establecen conexiones” (Papalia, 2009).  En este punto de la madurez intelectual, las decisiones ya no son tan contrastantes, al contrario, se empieza a ser flexible y prudente en las actitudes.  Esto se puede explicar ya que la amígdala cesa en su actividad después de los 20 años, siendo esta la glándula encargada de las emociones.  

Para tener más claro que conforma un adulto, vamos a enlistar diez características que lo distinguen.  A nuestro juicio son, (1) la búsqueda de la moral, (2) la conformación de género, (3) la construcción de modelos o ideologías para explicar el mundo (filosofía personal), (4) las habilidades cognitivas, (5) inteligencia emocional, (6) profesión, (7) posición socio económico, (8) familia, (9) imagen física, (10) personalidad.

La búsqueda de la moral

Está relacionado con la manera de actuar en sociedad, de acuerdo al entorno social donde el individuo se haya desarrollado, será su código de conducta, el cual le permitirá encajar en ciertos ambientes sociales.  Tiene mucho que ver con el concepto de ser liberal o conservador, y todo tipo de etiquetas que diferencian a los grupos.

Conformación del género

Hoy en día este punto se volvió relevante, ya que, en la adultez, muchas personas salen del closet, puesto que la personalidad está más definida.  Las preferencias sexuales son más claras, el asunto está en poderlas manifestar en sociedad cuando son homosexuales, bisexuales o cualquier otra desviación sexual.

Filosofía personal

Aquí entran las ideologías en todos los aspectos, así como la religión, los temas alienígenos, y las actividades espirituales, nos referimos al paradigma con el cual la persona entiende el mundo y su mecanismo de justicia.  Esta característica entra en contacto con la metafísica.  A diferencia de la moral, la filosofía personal no siempre genera grupos de interés, al menos no tiene el objetivo de encajar con las ideologías de otras personas.

Habilidades cognitivas

En esta característica están incluidas las habilidades intelectuales y la memoria.  Todo dependerá de la formación durante las etapas previas a la adultez.  Casa persona se distingue o se desempeñará en el ámbito laboral, intelectual o docente de acuerdo a las habilidades aprendidas para obtener conocimiento útil, con el mínimo de esfuerzo.  Muy independiente que las condiciones de salud puedan deteriorar el sistema neuronal, se ha visto que algunas neuronas suelen llevar la tarea que otras ya no pueden, es así que personas que pierden la vista, pueden escuchar mejor, o aprenden a reconocer patrones visuales con una visión más deteriorada.  Es aquí donde todo el bagaje cognitivo es fundamental para ir supliendo las deficiencias perceptivas que se pueden presentar en el camino.

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