Relacion Padre E Hijo GRACIELA HERNANDEZ

Los cuentos de Roberto Bolaño y de Juan Rulfo me hicieron reflexionar acerca de la relación que se puede llegar a dar entre un padre y su hijo. En el cuento de “Últimos atardeceres en la Tierra” se nos muestra una relación de padre e hijo un poco distorsionada, pero a la vez bastante común; un padre desobligado, un tanto irresponsable, enérgico, aventado, fiestero; un hijo responsable, reflexivo, tranquilo, pasivo. Pienso que justo eso le da cierto equilibrio a dicha relación, ambos involucrados están conscientes de que son distintos, pero no dejan de hacer el esfuerzo de realizar cosas juntos, viajar, de tratar de llevar una relación; y pienso que justo ahí entra el interés por ambas partes y que ese equilibrio del que hablo se pone en juego.

Tenemos otra historia, la de “Mi padre”, de Juan Rulfo, la cual nos habla de un padre que estuvo y que ya no está, de ese recuerdo que queda, el cual hacemos sagrado, pues la mayoría de las veces, las personas solemos poner en un pedestal a la gente que ya no está aquí, quizás para recordarlo de esta manera y que ese recuerdo sea más placentero. Pienso que este cuento también muestra una añoranza al padre, a lo que fue, a lo que se creyó que era, en un mundo donde todo era malo, su padre era todo lo contrario, su padre era bueno.

Pienso que existen varios factores que determinan lo buena o mala que puede llegar a ser una relación entre el progenitor y el hijo, peor también pienso que se debe de llegar a un entendimiento entre ambos, no tratar de ser igual al otro, no tratar de complacer al otro, sólo buscar ese punto en el que ambos puedan estar bien, ese punto en donde exista una comunicación y un interés, ese punto en el que se sabe que, aunque no se diga abiertamente, el otro estará ahí para apoyarlo, que pase lo que pase, se cuenta con ese apoyo, esa palmada en la espalda, esa palabra, ese consejo, esa mirada, ese regaño, ese interés.

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