Resumen de Clínica de Niños
Enviado por agosbelen2001 • 5 de Junio de 2023 • Apuntes • 4.622 Palabras (19 Páginas) • 51 Visitas
FANTASMA.
Lacan, para explicarlo toma un cuadro, el cual representa la condición humana, y muestra como no hay una relación directa con la realidad, ya que a esta ultima la miramos a través del marco del fantasma, es decir que la relación con la realidad es mediatizada por el fantasma. El fantasma mediatiza la relación del hombre con el mundo y con el Otro.
Desde Freud, el fantasma es tomado como la fantasía. Desde Freud el fantasma es la realidad, y la realidad es el fantasma.
El origen del niño (nacimiento) no hay ser-ahí, esta como objeto del fantasma del Otro, se da una alienacion, y no es sujeto deseante. No hay escapatoria de esto. Desde el imaginario (del fantasma) parental va a depender la estructura subjetiva del niño. Esta relación se articula en términos propiamente lógicos que provienen de la función significante, de la palabra. A través del lenguaje se vehiculiza a que lugar viene el niño, la palabra vehiculiza el deseo. Es por la alienación (niño como objeto de deseo) y la sepacion (suj deseante), que se da la consitutcion subjetiva del sujeto. Se rompe con la dicotomia obj-suj. El obj es luego sujeto, el objeto es presujeto. El objeto es el inicio presujeto en su real, cuando es deseado por el A. Por otra parte, es causa del deseo del sujeto. Solamente habiendo sido objeto de deseo el A se adviene como sujeto deseante, sujeto barrado. La articulación lógica se llama si y solo si, como condición necesaria.
Para la constitución subjetiva del niño hace falta lo listo para proveer y lo listo para vestir. La realidad del niño es lo liso para vestir e investir. Es lo listo para llevar, el pret a poter, es decir, ropa común (lo viste y lo inviste) que la tienda del Otro diseño. Este pret a porter es montaje simbólico y lo imaginario es cuyo centro lleva al deseo del A, un deseo entrevisto. “El deseo es la escencia de la realidad”. Hay una continuidad entre e deseo y la realidad.
El análisis comienza con la construcción del fantasma, se lo construye para realizar su travesía, lo cual no supone una adaptación a la realidad. En la cura analítica se trasciende el plano de la identificación, y una vez que se atraviesa el fantasma en análisis se deja atrás el plano del fantasma.
El fantasma es un guion, una pequeña historia muy detallada. Hay una escena, un decorada, con personajes que obran, que hacen acciones. Esto le da una identidad al sujeto, un papel para desempeñar en la vida, hay una mescolanza de fantasmas.
Hay una gramática del fantasma, obedece a ciertas leyes de la construcción, que son leyes de la lengua, se puede construir en una frase, como la de pegan a un niño, frase en la cual se pone en juego el seo y el ser.
Hay una lógica del fantasma. El fantasma es un axioma, un punto de partida del sistema lógico matemático que permite explicar lo mas nimio y lo mas importante de la vida de un sujeto. Hay una monotonía del fantasma, una inercia. El axioma fantasmático del sujeto nos permite explicar la vida del sujeto, su vida sexual, lo que se va a dar en transferencia, y en esta ultima tenemos que enterarnos uqe tenemos un lugar frente al fantasma de los padres para poder corrernos de ese lugar y no actuar ese lugar asignado por el fantasma del Otro. Este lugar que tiene el analista en el fantasma es predeterminado previamente a la consulta. Y para saber que lugar tenemos debemos preguntarnos: ¿por qué el paciente consulta ahora y por qué conmigo?
TRANSFERENCIA.
Frizzera.
La transferencia, implica un desplazamiento desde un deseo inconsciente a un resto diurno, desde un pasado a un presente. El deseo, para poder burlar la censura, se apodera de formas nimias, despojadas de su carga. Según esta primera concepción la transferencia es el mecanismo de todas las formaciones del inconsciente.
La transferencia se convierte en motor y traba de la cura, el eje privilegiado para hacer consciente lo inconsciente y para la aparición de aquello que por ser traumático retorna. Retorno que en algunos casos lleva a elaborar (“Recuerdo, repetición y reelaboración”), mientras que en otros momentos porta el signo de lo compulsivo tratando de inscribir lo traumático y repitiendo el fracaso ante esa tarea. Si la transferencia en su sentido amplio es repetir, es transferir de un pasado a un presente y si ese amplio sentido se restringe luego a lo que ocurre con el analista (neurosis de transferencia), habremos de considerar los siguientes ejes:
a) Lo que los padres transfieren al hijo. Lo que el niño representa, actualiza en los padres: Un niño es aquel que desde su desvalimiento e indefensión queda ofrecido para ser investido por los adultos. Un hijo, entonces, será aquello que los padres depositan en él de sus anhelos y deseos desde su propia historia traumática. El pequeño será el que debe cumplir los sueños no realizados de sus progenitores y quién repetirá una historia que le antecede con el fin de elaborar o ligar lo traumático de ella, pero que llevando la marca del fracaso, será llevado a repetir lo mismo.
b) El desencadenante de la consulta como un ahora que presentifica un pasado: En toda llegada a un analista se ponen en juegola cuestión del “¿Por qué ahora?”, qué del momento actual ha resultado más inquietante o conmovedor, qué de la actualidad ha producido un corte de una rutina, aunque muchas veces no quede registrada como tal. La otra cuestión es qué teorías se ponen en juego como explicación acerca del por qué piensan que las cosas suceden de esa determinada forma. Es un camino que se irá recorriendo desde lo más superficial, que ofrecerá resistencias, pero que al mismo tiempo será el medio de hallar los hilos lógicos para entender por qué un niño ha sido puesto y se pone en determinado lugar.
c) Lo que los padres transfieren al analista: En la consulta por un niño se produce una verdadera encrucijada de transferencias. Los padres se dirigen al analista, lo interrogan, hablan y se resisten a ello. La transferencia es un “lugar” en el que las hebras se entremezclan, advertimos que las reacciones y los dichos de los padres intervienen en el síntoma del niño e incursionan en el tratamiento. De esta manera pasaremos al niño, a considerar cómo ese niño ocupará y repetirá el lugar que le ha sido asignado.
d) Lo que el niño transfiere sobre la persona del analista: Un momento importante en lo que se constituirá en la iniciación del tratamiento con un niño, será aquel en donde se desprende de los padres y acepta la presencia única del analista. Comienza a quedarse a solas con el analista, a dirigirle sus juegos, sus decires, sus síntomas. Es como si se diera un “pasaje” al principio; el analista es ese extraño que está allí observando y escuchando lo que él hace con sus padres. Luego ese “extraño” ocupa el lugar de quien se interesa por lo que le pasa de una manera particular. Así, el niño pasa a “soportar” la presencia del analista. Se puede pensar que el desprenderse a través de estos pasos, el entrar ya solo, constituye el momento de apertura del psicoanálisis del niño.
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