Resumen de " La psicología histórica"
Enviado por squall • 3 de Marzo de 2020 • Resumen • 2.381 Palabras (10 Páginas) • 189 Visitas
Zárate Hernández Christian de Jesús.
No de cuenta. 419059592
Psicología social de lo colectivo. Unidad 1
La psicología histórica: El espíritu.
La psicología social solía llamarse “psicología colectiva”; cuando abandonó el nombre también abandonó el concepto en el que consideraba a la sociedad como una entidad psíquica que pretendía estudiar el pensamiento de la sociedad. A lo largo de este primer capítulo se indaga sobre el significado de la psicología colectiva.
El tipo de objeto que parece corresponderle a la psicología colectiva es el de un pensamiento muy largo y muy lento, que tarda siglos en gestarse y cambiar; por ello desde la perspectiva de un solo momento dado, no se puede apreciar su movimiento o si quiera su existencia. Puede decirse que la psicología colectiva estudia el pensamiento de la tradición y la memoria, la propia continuidad del pensamiento.
La psicología puede considerarse una ciencia romántica. Respecto a ello cabe decir que el romanticismo es un pensamiento a contracorriente, que aparece como oposición a la ilustración. El pensamiento ilustrado fundamenta toda la realidad y conocimiento en la racionalidad científica. “Todo ha sido descubierto y no queda nada por conocer”, por ello en la ilustración no pueden existir la sociedad ni la historia. La psicología experimental, la social científica, las técnicas y los tests de inteligencia provienen de este pensamiento
En torno al romanticismo, puede identificarse que el psicoanálisis, la psicología de Bergson, la psicología de la Gestalt y la fenomenológica, con un pensamiento más intuitivo y holístico, provienen del romanticismo. La noción de la flor azul es el símbolo del romanticismo, “la mejor manera de cultivar una flor azul es no haciéndolo, o la mejor manera de no encontrar nada es buscar una flor azul”. En el romanticismo caben “perdedores” que conciben el fracaso como algo más noble que el éxito, pues este último tiene algo de imitativo y vulgar; en suma el romanticismo es un movimiento de perdedores pero no de resentidos, sino de identificados y solidarios con el resto de los perdedores. En el pensamiento cientificista de la ilustración, caben genios pero no gente común, ni creer, ni sentir. El hecho de que el romanticismo como mentalidad aparezca melancólico e indolente, no quiere decir que los individuos lo fueran: era la sociedad la que lo era. Este mundo romántico se construye de tres maneras: buscando el pasado, buscando la sociedad, y buscando la unidad, o dicho de otro modo, la flor azul es lo ido, lo raro y lo uno.
Lo ido
Para la Ilustración, el pasado era escoria; el romanticismo, por el contrario, encuentra en el pasado a sí mismo. Esta idea romántica de la preservación del pasado se aplica también a grupos y culturas, y así, se da un interés erudito por el fortalecimiento de idiomas considerados menores por las polis ilustradas (Bruun, 1959, pp. 61-62). El pensamiento romántico no intentaría, ilustradamente, averiguar o comprobar los datos del pasado, sino construirlo con el fin de habitarlo; se puede así entender la razón por la que la novela histórica haya causado furor dentro del pensamiento romántico. Este método romántico de la historia como novela es importante de notar, porque al parecer es la 19 narración literaria la que permite constituir a la historia como un pensamiento, como una mentalidad, y por consiguiente hace que la historia sea una realidad viva. El pensamiento romántico, en suma, encuentra en el pasado y en la historia algo adonde pertenecer, que es precisamente lo que se estaba buscando (Cassirer, s.f., p. 275; Millet, 1963, p. 238; Pichois, s.f., p. 96; Ibáñez gracia, 1989, p. 33).
La historia es en sí misma un pensamiento y una sensibilidad (Collingwood, 1946, p. 119), ambas entidades que son anónimas, y por lo tanto toda historia tiene que ser de los que no figuran, no tienen nombre ni mucho menos alcurnia, es decir, de los perdedores; así que una historia siempre lo es de sociedades. Y así, eso ido, remoto, ausente, lejano, que encuentra el pensamiento romántico y donde se siente en casa, es estrictamente la sociedad. Un pensamiento histórico tiene que ser colectivo; cuando el romanticismo descubre la historia, descubre la sociedad, que no es un objeto claro ni obvio, sino sutil y raro.
Lo raro.
El pensamiento romántico tiene una tendencia a preferir como reales aquellos objetos, acontecimientos, fenómenos que rebasen la vulgaridad de esa vida asegurada y predecible que parece proponer el pensamiento ilustrado, según el cual ya solo queda enriquecerse y divertirse.
Lo raro parece referirse a cualquier objeto que resulta impreciso, que no puede definirse bien ni clasificarse, como si fuera algo más que lo que muestra.. Se entiende entonces, por qué, para el pensamiento romántico, la verdad radique en la belleza y no en la funcionalidad, en lo sublime, que es como le llamaban, que es un objeto abstracto y extraño como pocos.
Este objeto romántico que es la sociedad, al ser tan raro, extraño y misterioso, parece que piensa con otros pensamientos que no son los nuestros, y que vive una vida que es la suya. La sociedad es los ido, es lo raro, y también es lo uno.
Lo uno.
Lo que está oponiendo el romanticismo es una forma, no nueva, de plantear el conocimiento, en donde, sobre todo, la realidad, el mundo, y su comprensión, no se distinguían lo uno de lo otro, en el entendido de que la realidad y la naturaleza solamente comienzan a existir de alguna forma a partir del pensamiento que las conoce y les adscribe tal forma. Si el pensamiento ilustrado utilizaba la metáfora de la máquina, aparato hecho de piezas muertas, el romanticismo utiliza la 24 metáfora del organismo, o sea, pasa de la física a la biología, y considera a la realidad como una entidad integrada orgánicamente, en donde las partes no tienen una función específica, sino que su razón de ser descansa en la presencia del todo. Y en efecto, finalmente, la unidad de todo con todo y sobre todo con el pensamiento que la conoce, es ciertamente la sociedad.
Herder.
Nacido en Königsberg, justo en mitad de la Ilustración, fue capaz no obstante de oponerse frontalmente a ella, sobre todo a la cientifización de la sociedad, que, según él, significaba la muerte por burocratización.
Johann Gottfried Herder (1744-1803), plantea, bastante temprano, lo que después obtendrá el nombre de psicología histórica: la psicología histórica es la que considera que la historia es la psicología. Herder fue discípulo de Kant en Königsberg y se amistó con Hamann muy naturalmente, no sólo porque ambos eran de profunda religiosidad, sino también por su antiilustracionismo, su interés por el lenguaje, y una nueva distinta forma de ver la historia. Hay quien lo considera el padre del romanticismo, pero, en todo caso, siempre aparece como el primero de la historiografía. Herder plantea es una disciplina que conozca el corazón del pueblo; argumentaba que por un lado, se conoce más a la persona sabiendo de la cultura a la que pertenece (S. Corcuera, 1997, p. 19), y por el otro, la historia que atienda a los actos individuales solamente encontrará un recuento de "ruinas sobre ruinas". "Tradición" es probablemente la palabra clave de la idea de historia para Herder.
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