Rol Del Psicólogo Clinico

Rol del psicólogo clínico

Cuando hablar del rol del psicólogo clínico se trata, es necesario recurrir a las bases que preceden al óptimo desenvolvimiento de la profesión y ciencia. Básicamente hacemos referencia a previa definición de la psicología como ciencia y como profesión, lo que tiene un alto impacto a nivel experimental y aplicado, siendo estos dos los campos en los que se puede evidenciar claramente el rol del psicólogo.

El hecho de que el psicólogo clínico se desarrolle en el campo experimental y/o aplicado, significa que los dos campos tienen funciones determinadas, especificando en el campo experimental la relevancia de la investigación clínica a profundidad y en el campo aplicado la parte práctica de la psicología clínica. Donde realmente la exigencia para cada una de las partes es el hecho de que “necesitan estar bien preparados con conocimientos básicos en psicología clínica” (Collings, 1998 p. 4), pues de otra manera seria imposible ejercer exitosamente en cualquiera de los dos roles a desempeñar.

De igual manera es importante resaltar que dentro de las similitudes de estos dos roles, se encuentra el hecho requerir la presencia de un ente supervisor que garantice que se está llevando a cabo un buen trabajo, bien sea desarrollando habilidades investigativas que mejoren el conocimiento que se puede tener sobre los diferentes contenidos de las disciplina o en el desarrollo de diferentes estrategias que dirijan al sujeto a la solución del problema o situación (Collings, 1998).

Probablemente para el psicólogo de la actualidad se hace necesaria la presencia de la implementación de estos dos roles, dado que para obtener éxito en uno de los dos necesariamente se encuentra la dependencia del otro. Sin embargo es muy fácil encontrar algunas dificultades que se salen del control de las manos de los profesionales y los psicólogos en formación: la cantidad mínima de práctica clínica, dado que aunque muchas de las instituciones de formación superior cumplen con dicho requisito, no se puede afirmar la suficiencia de la intensidad horaria mínima, para que un profesional obtenga la pericia ineludible para enfrentarse a lo que posiblemente encontrara a puerta cerrada de su consultorio.

El Collings (1998), afirma lo anterior, citando al Chambles (1996), donde se da a conocer que por medio de la práctica se podría aprender mucho más que con los simples manuales que la profesión ha desarrollado. Aun cuando su función es de tipo orientador frente al proceso con el paciente, no quiere decir que todo ocurra de la misma manera como se presenta en dicho manuales. De este modo el autor hace hincapié en la importancia de la extensión del elemento práctico, para poder genera investigación valiosa que aporte a la psicología como ciencia (Collings, 1998).

Por fortuna la discusión no termina en este punto, ya que aunque desde los inicios de esta disciplina como ciencia, se ha promovido la pertenencia a una de las tendencias explicativas (para abordar las diversas patologías y su respectivo tratamiento), el AUTOR pretende de una manera implícita incitar al lector a identificar la necesidad del psicólogo por tener una mente flexible, que le permita llevar a cabo cualquier tipo de patología desde los diferentes enfoques en que han sido abordados. Ya que se ha comprobado que muy difícilmente un mismo enfoque es útil para todas las patologías.

De hecho esto es lo que significa directamente la parte aplicada: empezar a desarrollar aprendizaje por contingencias en los pacientes, lo que lo lleva a ser mucho más moldeable de

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