SOCIOAFECTIVO

Algo fundamental en este desarrollo afectivo y social es el apego, como una necesidad primaria no aprendida y que es la necesidad que tenemos de establecer vínculo afectivos que percibimos como incondicionales y duraderos. Cuando la cara, el llanto o la sonrisa, el abrazo, el beso o la caricia del niño pregunta a su madre o a su padre: “¿Estás ahí?”, reciben una caricia, una sonrisa o un abrazo que les comunica: “”Estoy aquí, puedes estar tranquilo”.

Las primeras melodías que surgen de los padres hacia los bebés y de éstos hacia los padres están realizando este apego, esta búsqueda de interacción y contacto que “está cargada de interés y afecto mutuo, orientada a producir bienestar y a satisfacer las necesidades básicas, et.” (López y Ortiz, 47)

El apego favorece la supervivencia y busca la seguridad, como elementos primarios. Pero, además: ofrece y regula la cantidad y calidad de estimulación necesaria para el desarrollo, fomenta la salud física y psíquica, evitando las carencias afectivas, influencia positivamente el desarrollo social o son, a veces, simplemente un juego placentero.

REFORZAR EL VÍNCULO CON LA MÚSICA

La música, utilizada en musicoterapia, es una poderosa herramienta para elaborar con los niños el apego, hacerlo evolucionar. El ambiente lúdico que genera la música nos facilita la transmisión de sentimientos, los contactos, caricias y demostraciones de cariño. Nos ayuda a reforzar el sentimiento de apego en los niños que van experimentando poco a poco la separación de los padres con el ingreso a la guardería y colegio. Nos permiten elaborar las etapas de celos con los hermanos más pequeños y, por supuesto, nos ayudan a crear el mejor ambiente posible para trabajar en todos los niveles de su desarrollo (motriz, socio-afectivo, intelectual o de lenguaje).

ACTIVIDADES EN LAS SESIONES DE MUSICOTERAPIA

Las sesiones suelen ser bastante estructuradas pues los niños tienen necesidad de sentirse en un ambiente previsible, aunque, conforme avanza el taller los niños tienen más espacios para la improvisación. Solemos comenzar con una canción de bienvenida alegre y donde el contenido central es el nombre de cada niño participante, además de invitarlos a que hagan alguna acción concreta de saludo, movimientos, etc.

Después, en la fase de desarrollo de la sesión, los protagonistas son los juegos musicales, las canciones, las improvisaciones con instrumentos o con la voz, las audiciones musicales, la composición de canciones, los viajes musicales, tocar instrumentos o los cuentos musicales. También vamos introduciendo poco a poco momentos para la relajación a los que suelen entrar con una gran facilidad.

La despedida es siempre grupal e individualizada, con el nombre de cada participante otra vez como el contenido importante.

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