SOLO DIOS PUEDE QUITAR LA VIDA?

SOLO DIOS PUEDE QUITAR LA VIDA?

Existen diferentes posiciones con respecto a la eutanasia, pero alguna vez nos hemos puesto a pensar que haríamos si nos encontráramos en aquella situación donde está en nuestras manos alargar el dolor de esa persona que tanto amamos o darle una muerte libre de dolores o una muerte dulce como significa la eutanasia…

La legalización de la eutanasia es repudiada por quienes creen que es una declaración de derrota ética, religiosa, social, política y médica ante el enfermo que no acabará con las perplejidades de la vida, ni de la muerte, ni con las dudas de conciencia de los médicos, de los pacientes y de los familiares, ni mucho menos con la culpa por haber faltado a las leyes divinas.

Empezaremos a analizar la parte ética y moral que está en contra de la eutanasia ya que constituye uno de los principales factores que sirve como fundamento para su no legalización, porque establece que es una ofensa el considerar indigna la vida de algunas personas enfermas o intensamente disminuidas. Al echar por tierra algo tan humano como la lucha por la supervivencia, la voluntad de superar las limitaciones, la posibilidad incluso de recuperar la salud gracias al avance de la Medicina, se fuerza a aceptar una derrota que casi siempre encubre el deseo de librar a los vivos del «problema» que representa atender al disminuido.

Este problema moral toma mayor vigor con respecto a la medicina ya que el principal deber de un doctor es hacer hasta lo imposible por preservar la vida del paciente y velar por su posterior recuperación, por lo tanto la eutanasia hace que se viole el juramento hipocrático de la ética médica con nuestro lema que impone a los médicos “proteger a las personas si están débiles, vulnerables o amenazadas en su integridad o en su dignidad”, y de “no provocar deliberadamente la muerte” convirtiendo al médico que la practica en el verdugo de los pacientes.

Para la iglesia y para todos los creyentes dios nos da la vida y el mismo nos la quita, la vida de nosotros depende de la voluntad del padre y si nosotros sufrimos en vida y padecemos de alguna enfermedad simplemente debemos de esperar nuestra muerte y pagar por los pecados cometidos siguiendo el castigo de dios todo poderoso que todo lo sabe y todo lo hace.

La eutanasia se ha desarrollado en países (Holanda…) como la salida más fácil para quienes ya no quieren vivir, para quitar la vida a enfermos mentales, a personas discapacitadas y hasta ha recién nacidos con males congénitos. Entonces como podríamos definir la eutanasia? Como la muerte dulce o como una muerte cruel y digna de ser condenada por quienes la practican, ya sean médicos, enfermeras o personas civiles y comunes que parece ser que consideran la vida como pompas de jabón que nacen, vagan por el mundo y finalmente las desvanecen e intentan hacer otra pompa y repetir el ciclo, sin tener en cuenta que es un daño irreversible no tan solo para el paciente sino que también a su familia y entorno social.

Hemos establecido que la eutanasia es quitar la vida a las personas; pero ahora nos toca definir que es la vida:

La vida es un camino, es aprender, es una meta, o como diría pedro calderón de la barca “Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”; donde se cuestiona todo el tiempo si realmente la vida es un sueño, si vivimos lo que soñamos o si soñamos lo que queremos vivir. La vida es maravillosa y es digna no para el que sobrevive sino para el que vive realmente.

Lo que diferencia a un individuo de una persona digna de vivir es esa libertad con la que fuimos creados,

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