EL BAUTISMO CRISTIANO: MUERTE AL PECADO, VIDA PARA DIOS. Reflexiones Exegéticas Sobre Romanos 6
Enviado por SamUltimaMirada • 1 de Diciembre de 2012 • 8.225 Palabras (33 Páginas) • 926 Visitas
EL BAUTISMO CRISTIANO: MUERTE AL PECADO, VIDA PARA DIOS.
Reflexiones exegéticas sobre Romanos 6
Samuel Gallegos
INTRODUCCIÓN: Dentro de los muchos temas que trata la carta a los Romanos, está el que tratamos en el presente trabajo: el bautismo cristiano. Como sabemos, la carta es considerada como uno de los escritos más importantes de todo el Nuevo Testamento. Leerla hoy, a casi veinte siglos de distancia de haber sido escrita, nos deja la sensación de frescor y novedad, sobre todo en lo que concierne al bautismo cristiano. Pareciera que Pablo conoce la problemática del hombre actual y que hubiera buceado en las profundidades del mensaje de salvación de Jesús, para cambiar la angustia de los hombres en búsqueda de significados de vida. Antes de pasar al texto que nos ocupa, sobre la explicación e implicaciones del bautismo, hago un breve resumen de lo que le antecede, para situarlo en el desarrollo de la carta.
Pablo afirma que lo que él escribe es una buena noticia, que tiene que ver con Jesucristo, el hijo de Dios, la cual quiere dar a conocer a todo el género humano . La razón de querer hablar de ésto, es decirle a todos que acercarse a Dios es posible, porque Dios mismo lo otorga como un regalo . Entiende que ésto parece absurdo, dado que la gente prefiere otras cosas en su vida que a Dios, pero asegura que ésta preferencia es el camino seguro a la muerte .
Explica que no basta conocer a Dios, sino que hay que someterse a él. Añade que de nada vale señalar las buenas acciones de la gente, pues éso solo demuestra que conocen la diferencia entre el bien y el mal, de manera que no se puede alegar ignorancia de lo malo como excusa. El hecho es que todos hacemos lo malo y no podemos cambiar por nosotros mismos. Ésto nos hace culpables ante Dios y por tal razón él nos condena a todos .
Por otro lado está lo que hizo Jesucristo al morir en la cruz: reconciliarnos con Dios. Únicamente a través de la obra de Jesucristo, Dios nos hace justos delante de él, estableciendo una amistad entre Dios y la persona que cree . Un ejemplo de ésto está en Abraham, quien tuvo fe y Dios lo hizo justo y se hizo famoso como amigo de Dios .
Pablo concluye que la vida del justo es una vida de paz, porque en Jesucristo la lucha entre la humanidad y Dios ha terminado; Dios nos ha dado una nueva relación con él. Ahora sabemos que nos ama porque nos lo demuestra en la muerte de Jesucristo, su hijo único. Jesús murió por los que estabamos en contra de Dios. Su muerte fue el costo de hacernos amigos de Dios y éso es el verdadero amor. Pero falta más; Cristo no está muerto sino vivo, y nos guardará en ésta correcta relación con Dios para siempre .
En todo ésto hay un cambio. Pablo lo declara diciendo que hemos llegado a ser miembros de una nueva familia, que tiene un tipo de vida completamente diferente. Estabamos en la familia del primer hombre, Adán. Todos sabemos como él fracasó ante Dios. Nosotros participamos en ése fracaso y en sus consecuencias. Pero Cristo vino a cancelar el fracaso de Adán y a iniciar una nueva familia. A diferencia de Adán, Cristo obedeció a Dios. Así como participamos del pecado de Adán, así ahora se nos ha dado participación gratuita en la obediencia de Cristo. Esto significa amistad con Dios y vida eterna .
Aunque algunas personas pueden interpretar mal esta buena noticia. Quizá crean que si Dios perdona gratuitamente, entonces se puede vivir como les plazca. Entonces viene la explicación de lo que significa ser bautizados en Cristo Jesús.
6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
Detrás de ésta pregunta seguramente hay una alusión muy concreta a lo afirmado en Rom. 5: 20b: “Mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia”. Tal afirmación pudo haber despertado controversia en su tiempo, pues podría ser interpretada como que los cristianos, que ya no estaban bajo la ley sino bajo la gracia, podían hacer lo que les viniera en gana. Otra posible interpretación, mejor intencionada pero no por éso menos errónea, pudo haber afirmado que pecar era bueno, porque de ésa manera tenían oportunidad para arrepentirse más seguido y así recibir más gracia de Dios .
Estas posibles interpretaciones, reflejan una confusión, es decir, pudieron poner a los cristianos ante un cuestionamiento muy básico: si la salvación viene única y solamente por Jesucristo , y ésto los introduce en la gracia, y si la ley, bajo la cual el creyente ya no se encuentra , es puesta para que el pecado abunde y al abundar el pecado abunda la gracia ¿qué hacer entonces con el pecado? ¿cómo situarlo dentro de la vida cristiana?
Pablo se dá cuenta de la cuestión . Se trata de definir el estilo de vida del salvo en Jesucristo y de situarlo dentro de un marco existencial que toma en cuenta la realidad del pecado, pero también la realidad de la gracia.
6:2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
No se trata de pecar sistemática e insistentemente para que la gracia sea abundante, pero tampoco se trata de pecar simplemente de algún modo. Se trata de no pecar en ninguna manera. Pablo razona de un modo contundente; no podemos pecar de ninguna manera por que hemos muerto al pecado, es decir, a estar en contra de Dios . Utiliza una de las realidades más tremendas de la existencia humana para referirse a la relación con el pecado: la muerte. Inmediatamente hay que añadir que Pablo no está diciendo que el pecado ya no existe en él y en los demás , pero si utiliza la imagen de la muerte, significa que nos llama la atención a la trascendencia de entender la relación del creyente con el pecado, concretamente con estar en contra de Dios. Es una relación que tiene tanta importancia, como lo tiene el hecho de la muerte. Relacionarse con el pecado, estar en contra de Dios, afecta tanto la vida de una persona, como afecta encontrarse con la muerte. Es claro que Pablo no se refiere a la muerte real, ya que éso significaría que el creyente dejaría su existencia terrena en cuanto se convierte. Tampoco se refiere a una muerte espiritual, en el sentido de una pérdida del discernimiento del pecado en tanto que sigue afectando la realidad humana en su relación con Dios. ¿En qué sentido muerte, entonces? ¿Cómo alguien que no ha muerto puede entender que muere al pecado? ¿Cómo alguien a quien no se le ha muerto nadie, ni ha pasado por experiencias de muerte de alguien, puede entender lo que es morir al pecado?
Creo que aquí entra la realidad humana de “que nuestras decisiones están limitadas por nuestra anatomía y por el sentimiento de culpa; que
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