SUGERENCIAS PARA FOMENTAR LA PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES, FAMILIA Y COMUNIDAD A LA ESCUELA.
Enviado por YELCY • 14 de Diciembre de 2012 • 3.144 Palabras (13 Páginas) • 1.577 Visitas
SUGERENCIAS PARA FOMENTAR LA PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES, FAMILIA Y COMUNIDAD A LA ESCUELA.
La escuela forma parte vital de la comunidad y la familia, una comunidad está conformada por familias y a su vez, esta cuenta con escuelas, por tal motivo no puede entenderse sin ellas, estos son elementos importantes dentro de la comunidad y en ellos se reflejan los valores y la entidad de las personas, lo que permite que cada comunidad defina como es la escuela. Es importante destacar, que la institución escolar no se confunde con la colectividad, pero sin perder su especificidad debe evitar por todos los medios aislarse del entorno social.
Para lograr el verdadero ideal de cohesión entre escuela, familia y comunidad se debe hablar y a su vez tratar de llevar a la realidad el término de comunión que no es otra cosa que “Participación en lo común. Trato familiar, comunicación de unas personas con otras. Congregación de personas que profesan la misma fe o tienen un fin en común” (Arias 1995). Esto significa que deben comulgar en pensamiento y acción todos los actores involucrados (docentes, alumnos, familiares, consejos comunales, entre otros) en la búsqueda de la solución de problemas en común.
Por consiguiente, la comunidad y familia deben tener voz y voto en el proyecto educativo de la escuela, y a su vez, la escuela debe tener voz y voto en los problemas planteados por el entorno; deben estar presentes mancomunadamente en toda actividad o dinámica escuela—familia- comunidad, la comunicación debe ser cada vez más fluida y significativa en dicha relación, en la actualidad se le da el término de Unidad Territorial Integral de la Educación Bolivariana, que para Ovalles (2007) se trata de confederaciones de consejos comunales pertenecientes a una misma parroquia en la cual se encuentra presente un espacio educativo o escuela bolivariana. La familia y la comunidad tienen una gran influencia en el aprendizaje de los niños. Las familias son recursos valiosos en una reforma educativa, y los niños se benefician cuando las escuelas reconocen y estimulan el papel de los padres en la reforma. La investigación ha demostrado que una red interactiva, fuerte, de padres de familia, miembros de la comunidad, compañeros y educadores, promueve el aprendizaje y el desarrollo de los niños. (Bronfenbrenner, 1989).
Los docentes se encuentran hoy frente a nuevas realidades y deben aprender a identificar en los entornos culturales de los estudiantes las pautas de interacción, los valores circulantes y las expectativas con referencia al sentido de la escolarización. Asimismo, deben aprender a diferenciar las situaciones de riesgo o de marginación y desigualdad social que puedan llevar a la exclusión. Además, deben meditar acerca de los contenidos a enseñar a determinado grupo de alumnos, y reflexionar sobre la práctica educativa que realizan con relación a los planteamientos de la institución educativa en la que se desempeñan. Finalmente, deben aprender a compartir las experiencias profesionales y humanas con otros.
Hoy en día, podemos observar cambios en la comunidad que tienen repercusiones en la escuela y la familia, por ejemplo, los avances científicos y tecnológicos según Pardo (1995) han supuesto cambios muy rápidos. Se suceden de forma vertiginosa, no dando lugar a que el hombre pueda interiorizarlos y adaptarse a las nuevas exigencias que estas transformaciones van imponiendo al mundo de la cultura, mucho más lento en su evolución.
Estos cambios científicos y tecnológicos, que afectan a la educación familiar, se sitúan en dos planos: interno y externo:
• Interno. La familia necesita un marco de referencia para guiar, orientar y educar a sus hijos, porque sumergida en un mundo cambiante, cuya inestabilidad e incertidumbre fomenta inseguridad y miedo, se encuentra confundida, las viejas creencias, los valores vividos, en definitiva, la educación recibida no le sirve para educar a su generación actual.
• Externo. La familia se encuentra en medio de contrastes ante los cuales se siente sobrepasada y se pregunta cómo responder a las demandas de sus hijos que están fuera de los esquemas de sus propias experiencias y vivencias.
En este contexto, la familia tradicional aparece desdibujada, ha perdido sus antiguos puntos de sustentación, se han venido abajo los grandes pilares que sostenían sus creencias y cimentaban los roles atribuidos a los diferentes miembros de la familia, por ejemplo: el hombre, en la figura del padre, no representa la autoridad como pilar de fuerza y poder; la mujer, en la figura de madre, no representa el amor como pilar de sumisión y abnegación y la sexualidad, no representa lo puro y misterioso como pilar de reproducción. Esta situación le impide saber plantear pautas educativas que respondan a las necesidades actuales de sus hijos.
Otra consecuencia en los cambios de la comunidad tenemos los conseguidos en las investigaciones realizadas por Palacios y Paniagua, (1993) se obtuvieron datos sobre la existencia, en la realidad de nuestro país, de una baja participación familiar. Estos autores ofrecen la siguiente interpretación del problema: “implicar a los padres supone la puesta en marcha de una serie de medidas frecuentemente trabajosas y de rendimiento no inmediato”. En cierto sentido, tanto padres y madres, como educadores/as y maestros/as se benefician de la existencia de dos mundos separados: los unos porque trabajan sin la interferencia de los padres y madres, seguros en sus espacios y sus funciones, y los otros porque desempeñan sus tareas sin la sensación de que nadie está inmiscuyéndose en sus cosas, etc. (Palacios y Paniagua, 1993).
En definitiva, la familia se encuentra buscando nuevos pilares donde asentar una nueva identidad.
En torno a la relación escuela –comunidad, se han presentado insuficiencias que han incidido en la no materialización armónica de esta relación, entre las que se encuentran (Núñez, 1997):
• Insuficiente empleo de los recursos de la comunidad para vigorizar el currículum de los programas escolares.
• No empleo de las experiencias de aprendizaje directo en el tratamiento de situaciones dentro de la comunidad.
• Limitada participación de la escuela en las actividades de la comunidad, con el objetivo de mejorarla.
• No empleo de las potencialidades de la comunidad para guiar los esfuerzos educativos en la solución de problemas
Otras causas, de la falta de participación de la comunidad en la escuela, según Loza (2008) corresponde:
• No se promueven actividades desde la escuela que motiven la participación de la Comunidad en este proceso.
• El desconocimiento tanto de la comunidad como de la escuela del rol que les corresponde ejercer para lograr consolidar espacios
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