Sigmund Freud. El Siglo del Psicoanálisis

Rodrigo Pérez Andrade                Vida y Obra de Freud

Sigmund Freud. El Siglo del Psicoanálisis.

Capítulo XXIV: Dora (parte 1)

Todos en algún punto de nuestra vida nos hemos llegado a sentir estancados, en que no estamos progresando como desaríamos por distinas circunstancias. Ahora, tratando de pensar en un hombre que se ve a sí mismo como un conquistador, el hecho de estar en un continente amplio por conocer, pero sin saber como recorrerlo ante la carencia de un mapa que facilite el camino, debe ser simplemente desesperante y angustiante. Por otro lado, si añadimos a la ecuación una compensación ante la sensación de no saber a donde ir que nos hace recurrir a compararnos con un genio como Einstein, nuestro juicio puede estar nublado en ver aquello que deseemos entontrar. O mejor dicho, el desesperadamente encontrar algo. Bajo este fundamento, creo que de ahí podríamos explicar el lado sombrío y lugubre que Freud portaba, porque tal vez no lograba encontrar las respuestas que buscaba en el psicoánalisis, que eran la forma en no solo trataba de ver el mundo, si no a sí mismo.

Dora por su parte, en paralelismo al padre del psicoanálisis, era una jóven que no se sentía apoyada por nadie en su familia ante acosos sexuales. Cabe que la adolescencia es una etapa del desarrollo que se caracteríza por el intendo de consolidar la identidad. Es decir que ambos, tal vez estaban tratando de encontrar en el otro el mapa que los ayudara a saber a donde tenía que ir, o como solucionar sus propios problemas que no sabían como exteriorizar.

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