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Situaciones De Vida De Los Menores Infractores En Un Centro De Readaptación Social


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2013  •  3.253 Palabras (14 Páginas)  •  479 Visitas

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La adolescencia es un periodo de cambios en el individuo, es un momento de desarrollo crucial en su vida y constituye la etapa decisiva de un proceso de posición de desprendimiento que comenzó con el nacimiento. Según Aberasturi (2004) la adolescencia en un periodo de transición entre la pubertad y estadio adulto del desarrollo, es una etapa de la vida durante la cual el individuo busca arduamente establecer su identidad adulta, para esto busca el apoyo de las primeras relaciones objétales-parentales internalizadas y verifica la realidad que el medio social les ofrece.

Los cambios psicológicos como los corporales que aquí se producen, llevan al adolescente a una nueva relación con los padres y con el mundo, esto es posible mediante la elaboración de lentos y dolorosos duelos, los principales son:

• Duelo por el cuerpo infantil perdido: Al iniciar los cambios corporales se crea en el adolescente un sentimiento de impotencia por la pérdida de su cuerpo infantil, por lo que su mente le impide asimilar los cambios dando como resultado un fenómeno de despersonalización.

• Duelo por el rol y la identidad infantiles: El adolescente busca una identidad y una ideología, sin embargo no las tiene. Esta confusión de roles se presenta como una combinación inestable de diferentes personajes, no pudiendo renunciar a los aspectos infantiles e integrar los nuevos aspectos, su vida exige un reacomodo de los valores éticos, morales, intelectuales y afectivos para poder entrar el mundo adulto.

• Duelo por los padres de la infancia: El adolescente trata de retener las identificaciones de sus padres en su personalidad buscando el refugio y la protección brindadas anteriormente, debido a la actitud de los padres de “abandono” el adolescente manifiesta un cierto grado de hostilidad hacia ellos por la lucha de dependencia e independencia, el hecho de sentirse incomprendido por ellos.

Debido a la crisis esencial del adolescente esta es la etapa más apta para sufrir los impactos de una realidad frustrada, por lo que los factores del medio determinan la expresión de la normalidad del adolescente, ya que, atraviesa por desequilibrios e inestabilidad extrema, lo que configura una entidad semipatológica que Aberasturi denomina “síndrome normal de la adolescencia”, necesario para el adolescente que mediante este proceso va a establecer su identidad. En esta etapa también se pueden suscitar conductas de tipo antisocial, debido a que su origen y desarrollo se ve influido por factores sociales, biológicos y psicológicos, siendo el factor psicológico muy importante, pues influye en la persona desde una edad temprana en la formación del carácter antisocial, resaltando aquellos vínculos conflictivos que el individuo haya formado con sus padres y que sean reavivados en la adolescencia.

La conducta antisocial es cualquier acción que viole las reglas y expectativas sociales o vaya contra los demás, independientemente de su gravedad, muchas de estas acciones son contra el entorno, las personas y propiedades. Incluye, según Silvia (2004), un amplio rango como crueldad con individuos, o animales, mentiras, falsificación, engaño, robos, desafíos de la autoridad, peleas, escapar del colegio o casa, cometer actos agresivos, etc. Es un término que engloba conductas abiertas y encubiertas.

Winnicott (1964) se refiere a la conducta antisocial como una tendencia existente en un individuo normal, psicótico o neurótico; que se presentan en todas las personas. De estas tendencias humanas, la que predomina es la agresión, que para el autor posee dos significados:

a) La agresión que puede ser directa o indirectamente una reacción ante la frustración;

b) Es una de las dos fuentes principales de energía que posee el individuo.

La agresión es la que genera el sentimiento de desposesión, el niño siente esta desposesión cuando se ve privado de ciertos rasgos esenciales de la vida hogareña, manifestando esta pérdida de una experiencia grata abriendo paso a la tendencia antisocial en el individuo.

August Airchhorn (1925), señala que la agresión es la verdadera amenaza para la socialización o adaptación social, ya sea por no haberse fusionado con la libido o por una separación después de la fusión, ocurre entonces una fijación de las actitudes provocativas y voluntariosas en la personalidad con una tendencia a la disputa, a conseguir lo que se desea a cualquier precio y a las relaciones hostiles. La agresión en esta forma separada no es controlable, externamente por los padres e internamente por el yo y el superyó. Si no es estable la fusión por medio del refuerzo de procesos libidinales y nuevas catexis objetales, las tendencias destructivas se convierten en la causa principal de delincuencia y criminalidad.

Conviene señalar que, “la delincuencia juvenil consiste principalmente en las formas menores de conducta criminal, y con poca frecuencia implica delitos graves. Concierne a un grupo de infracciones que pueden ser referidas en términos de criminalidad pequeña. Sin embargo, los delincuentes juveniles comenten frecuentemente grandes daños materiales e inmateriales” (Angenent, 1988). Al intentar definir el término delincuencia, se presentan ciertas dificultades, pues es poco preciso y su significado no es sólo desde el punto de vista psicológico, sino también sociológicamente, cada ciudad, pueblo, cultura entiende la delincuencia de una forma diferente, por lo tanto, es conveniente tomar la concepción jurídica formal del delito que hace Horace (1972), que incluye cuatro rasgos característicos: a) es una acción humana dañosa antijurídica que lesiona un bien protegido legalmente por cuanto esa conducta ejecuta una violencia sobre la norma; b) al realizador de ese acto les es atribuible física y psíquicamente culpabilidad e imputabilidad; c) tal conducta está descrita en la ley como figura específica delictiva constituida por elementos fundamentales de dicho comportamiento; d)como consecuencia de operar en esas condiciones se alcanza el efecto de una pena jurídica.

Una carrera criminal no se inicia en edad avanzada, el psicoanálisis ha puesto en descubierto que las raíces de las tendencias inconscientes que determinan nuestros actos se remontan a las primeras experiencias de nuestra infancia. El psicoanálisis refiere a problemas formados a partir de los primeros años de vida. Al momento de cometer un acto delictivo el sujeto sufre un previo sentimiento de culpabilidad de origen desconocido y, una vez cometida la falta, siente mitigada su presión. Paradójicamente el sentimiento de culpabilidad existe antes del delito y no procede de él, siendo, por el contrario, el delito el que procede del sentimiento de culpabilidad; Freud (1906) designa a estos sujetos con el nombre de “delincuentes por sentimiento de culpa”;

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