Social- prejuicios de tatuajes

Hoy en día, es un tanto casual observar a una persona con tatuajes, pero ¿cómo responde la gente ante estas marcas en la piel?

Si bien es sabido, el que tengas un tatuaje es mal visto para la sociedad actual. La gente asocia de inmediato que las personas tatuadas tienden a tener intenciones negativas, a ser rebeldes, a no quererse a sí mismos o a ser violentos.

Las personas con tatuajes son propensas a crear grandes prejuicios en la sociedad, sin importar el grado de escolaridad que han obtenido, o su forma de ser. El portar un  tatuaje no depende en lo absoluto para que seas una persona “violenta” o “rebelde”, es una forma de expresión, que involucra un significado especial para quien se lo hace, es una decisión muy propia, en la que ninguna otra persona debe interferir.

Pero, ¿Por qué llegamos a estos extremos si bien sabemos que somos iguales? Según el autor José Antonio Pérez Islas (2010) menciona que los procesos de discriminación se dan a raíz de la diferencia, con el reconocimiento del otro “diferente” y el nosotros como homogeniedad, dando a entender con esto, que no tenemos un motivo realmente específico por el cual discriminar, más que la diferencia que tiene aquella persona en su cuerpo. Si bien, luego de esta diferenciación se pasa a la discriminación frente a estas personas, excluyéndolas de nuestro ambiente y reusándonos a conocerlas.

Los estereotipos están bien marcados, y una vez fijados es muy difícil borrarlos. Nadie duda que sea un tema muy complicado de tratar hoy en día, y a pesar de que hemos ido progresando y poco a poco aceptando estas expresiones, sigue latente la discriminación en todos los ámbitos con estas personas, y ya que no se sienten libres de mostrarlos, los esconden por miedo a estas opiniones. Son juzgados en cualquier lugar al que van, observados fijamente y hasta reciben ofensas.

Un ámbito importante en este tema es el laboral. Si bien es sabido, se les cierran las puertas de empresas a grandes profesionistas por estar tatuados.

¿De qué servirían entonces todos los años de preparación curricular para que al final del día, un tatuaje defina que tan bueno eres para un puesto de trabajo? Tu apariencia no define en lo absoluto lo capaz que puedas ser para desempeñarte libremente en el ámbito laboral, sin embargo, las compañías te dicen que no con absoluta serenidad, o te solicitan quitarte el tatuaje y esto provoca inconformidad en todos los sentidos, porque a pesar de que es un rasgo físico que ellos eligen para tener para siempre, no deja de ser rasgo físico, y el hecho de que te nieguen un empleo por lo mismo es realmente triste.

Hoy en día, las empresas tienen requisitos o estándares de vestimentas para entrar, y es totalmente comprensible, pero el hecho de que una persona esté tatuada no es razón para denegarle el trabajo, estas personas son totalmente iguales que nosotros, con los mismos derechos y obligaciones, y el estar tatuado no los convierte en una persona ni “más” ni “menos” que nadie, al contrario, sigue siendo totalmente igual ante la ley, ¿por qué no ser iguales ante nosotros?

Se necesita enormemente hacer conciencia y trabajar con la tolerancia, ya que las personas tatuadas sufren de discriminación y prejuicios a diario, cosa que debemos corregir, y aún más siendo que generación tras generación es mucho más frecuente el tatuarse, debemos lograr que esto no sea un impedimento al momento de conseguir empleo.

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