Tabaquismo

El tabaquismo es unos de los problemas de más relevancia en relación a la salud pública desde 1938; ya que esto ha desencadenado distintas enfermedades como por ejemplo: Cáncer de pulmón, accidentes cardiovasculares, cerebrovasculares, etc (Rojas, Gaete, González, Ortega, Figueroa, Fritsch, Araya; 2003).

El consumo de tabaco, señalo la OMS, es la primera causa de muertes prematuras; como también señala que mata alrededor de 5 millones de personas al año, lo que significa a 1 persona cada 8 segundos (Wood, Cano-Vindel, Iruarrizaga, Dongil; 2009)

En el mundo se calcula que alrededor de 450 millones de personas sufren de algún trastorno mental al año; esto significa que al menos 1 de cada 4 personas desarrollara algún trastorno, y así mismo se estima que la cifra continuara aumentando. Inclusive se prevé que para el 2015 las enfermedades mentales serán un motivo importante de discapacidad; alrededor del 15% de estas, de las cuales resalta a gran escala la depresión (Jane-Llopis, 2005).

Estudios EEUU comprobaron que existe una correlación entre la nicotina y los trastornos mentales; alrededor del 30% de la población prevalece la relación entre el tabaquismo y algún trastorno mental (Becoña, Miguez: 2004)

Es sabido que el tabaco es un ansiolítico (Becoña, 2003), ya que actúa de una manera recompensante para el sistema dopaminergico; el cual genera un estado de tranquilidad y saciedad al momento de fumar; aunque también genera un estado de activación y alerta (Mico, Brea, Roca, Rojas, Ortega; 2000).

Alrededor del mundo se han aplicado distintas pruebas para comprobar la relación entre el tabaquismo con algún trastorno mental, pero en especial: En Estados Unidos el 30% de la población reportada con algún trastorno, es dependiente al tabaco y por lo tanto se tiende a pensar de que la nicotina tiende a utilizarse en personas con algún desorden mental (Becoña, 2003).

Según Becoña y Miguez (2004) el papel de la nicotina en el sistema es un antidepresivo, ya que alivia ciertos síntomas relacionados con la depresión mayor por la acción que realiza en el sistema dopaminergico.

Pero generalizando en cuestión a los trastornos mentales y el tabaquismo, se cuestiona la correlación entre el tabaquismo y los trastornos mentales, es decir, si es un indicio los trastornos mentales conjunto al tabaquismo y viceversa.

Dicho esto se plantea que la adicción al tabaco puede ser un indicio de algún trastorno mental, ya que, la ansiedad y el estrés que generan los pensamientos rumeantes es una razón clarificada del porque las personas con tabaquismo se relacionen con alguna psicopatología.

En esta investigación se utilizaría el paradigma cuantitativo, ya que, se piensa medir lo objetivo en el sujeto, sin entrometerse con la persona directamente. Esto se debe a que solo nos interesa saber si existe una correlación entre “tabaco-trastorno”;

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