Trabajo Práctico N°2 “Estudios sobre el amor” y “El amor. La última frontera del hombre”

Trabajo Práctico N°2
“Estudios sobre el amor” y “El amor. La última frontera del hombre” 

Ortega y Gasset

1. Según Ortega y Gasset existen diferencias entre los conceptos de amor, enamoramiento e instinto/atracción sexual. El amor es obra de arte mayor, magnífica operación de las almas y de los cuerpos que, para producirse necesita apoyarse en una porción de procesos mecánicos, automáticos y sin espiritualidad verdadera, que constituyen el instinto sexual. Este es una fuerza bruta que usa el amor y que tiende a ampliar indefinidamente el  número de objetos que lo satisfacen, a diferencia del primero que se caracteriza por el exclusivismo. Por otro lado, el amor es, por su misma esencia, elección y brota del centro personal, de la profundidad anímica. Por lo tanto los principios selectivos que lo definen son las preferencias más íntimas y arcanas que forman nuestro carácter individual.

El enamoramiento, en tanto, es definido como un fenómeno de la atención que anómalamente se detiene en otras personas. Se trata de un primer movimiento porque parte de la periferia misma donde se ha recibido la excitación sin que en él tome parte lo interno de la persona. Este es definido como un estado inferior de espíritu, una especie de imbecilidad transitoria que hace al hombre caer en un proceso de angostura mental,  de angina psíquica que puede llevarlo a la perdición.

1. El enamoramiento constituye un fenómeno anómalo de la atención (instrumento supremo de la personalidad) que es paralizada dejando al hombre sin libertad alguna de movimiento.

El autor asemeja este concepto a los de encantamiento e hipnosis. Postula que es encantamiento, ya que lo que enamora es siempre algún “encanto” (de incantatio: acto y efecto mágico milenario), que produce un fenómeno de  ensimismamiento y concentración: los ojos quedan inmovilizados, la mirada rígida, la cabeza propende a inclinarse sobre el pecho  y el cuerpo si puede se recoge, dando un aspecto de cóncavo y cerrado para encubar la imagen del amado. El enamorado manifiesta una concentración hacia su propio interior que lo hace aparecer como sonámbulo o lunático, fijando la atención en un objeto, que lo retrae de todo lo demás y vacía la mente.

Respecto de las semejanzas con el hipnotismo, y basándose en los estudios de Pablo Schilder, postula que ambos fenómenos requieren ser “queridos” e implican un deseo de entregarse y descansar en el otro. Por otro lado, existen semejanzas entre la recaída en un estado mental de relativa infantilidad y el angostamiento del espíritu que provoca el enamoramiento a raíz de la contracción y el empobrecimiento del campo atencional.

1. Cuando Ortega y Gasset sostiene que “el amor es una de las situaciones en las que el ser humano confiesa grandes porciones de su decisiva intimidad”, hace referencia al hecho de que en la elección del ser amado se revela el fondo esencial de la persona. Es decir, que el tipo de humanidad que en el otro ser preferimos dibuja el perfil de nuestro corazón, nos define. De este modo, el amor es, en esencia, elección que brota de la profundidad anímica y que se vincula con las preferencias más íntimas y antiguas que forman nuestro carácter individual.

Esto se relaciona con el hecho de que los detalles de la fisonomía y del gesto juegan un papel muy importante en el amor, porque son el elemento más expresivo donde se revela el ser auténtico de la persona que preferimos. Así, la otra belleza, la que se percibe a distancia, sin dejar de poseer significado expresivo y exteriorizar un modo de ser, tiene un valor estético independiente. La gracia expresiva, en cambio, sería el objeto que eficazmente provoca el amor y viceversa.

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