Transpersonal

I. INTRODUCCIÓN

La Psicología occidental, influida por el paradigma clásico de la ciencia, desde sus inicios

ha tratado de validarse como ciencia positiva. Para lograrlo ha privilegiado el estudio de

fenómenos observables y objetivables, los que han sido investigados dentro de los parámetros

de la ciencia tradicional. Es así como las temáticas de reflexión existencial y las dimensiones

espirituales, quedaron fuera de su campo de análisis durante mucho tiempo.

Sin embargo, durante la primera mitad del siglo XX, investigadores como William James,

autor de “Las Variedades de la Experiencia Religiosa” y Carl Gustav Jung, quien consideró la

dimensión de la trascendencia un potencial inherente al ser humano, por medio del desarrollo

constante y sistemático de sus planteamientos, crearon un espacio para el estudio de las

dimensiones trascendentes de la psiquis, elaborando un cuerpo teórico acerca de la

comprensión de las vivencias de trascendencia del ser humano y la búsqueda del sentido

existencial, como aspectos constitutivos del ser.

A los postulados de éstos y otros autores, se fueron sumando investigaciones en el

campo de las ciencias sociales, como observaciones de diversas culturas y antiguas tradiciones,

estudios comparados de mitos, símbolos y religiones, así como la recopilación de las

cosmovisiones de las grandes tradiciones espirituales. De esta forma, se fue constituyendo un

enfoque teórico que impulsó a muchos investigadores a estudiar las convergencias de las

distintas tradiciones de conocimiento espiritual de todo el mundo.

Estos estudios nutrieron los inicios del Enfoque Transpersonal, el cual emerge en el

campo de la Psicología a fines de los años sesenta, por obra de un grupo de psicólogos y

profesionales de diferentes disciplinas, quienes se interesaron por el estudio de

potencialidades de la conciencia y la experiencia humana, no consideradas hasta ese momento

por la Psicología.

La Psicología Transpersonal incorpora a la Psicología Occidental, el estudio científico de

los fenómenos de la conciencia y de las dimensiones espirituales o trascendentes, investigando

la visión de antiguas tradiciones espirituales, a la vez que modifica la concepción tradicional de

la conciencia, reconociendo un amplio espectro posible de niveles de conciencia. Estos niveles

comprenden ámbitos en los diferentes dominios de la psique: pre-personales (antes de formar

una identidad), personales (expresión de la personalidad) y transpersonales (niveles en que se

trasciende la personalidad).

Al respecto, la Psicología Transpersonal considera que dependiendo del nivel de

conciencia y del entorno cultural de una persona, la dimensión de la trascendencia puede ser

vivenciada como recesiva. Según el psiquiatra Stanislav Grof, académico del Esalen Institute,

“el potencial para vivenciar la trascendencia, es una característica innata de los seres humanos,

la capacidad de crecer espiritualmente es tan natural como la disposición de nuestros cuerpos

hacia el desarrollo físico, y el renacimiento espiritual es una parte normal de la vida humana

como el nacimiento biológico”.

Alcanzar los niveles en los cuales es posible trascender la personalidad (niveles

transpersonales), sería una de las metas deseables dentro del enfoque transpersonal, ya que en

toda persona se encontraría latente un ámbito del ser, más allá de la experiencia fenoménica

común: la transpersonalidad. Desde esta perspectiva, la búsqueda interior y de sí mismo,

representan una auténtica y verdadera “praxis” o “camino”, que activa la experiencia de una

dimensión de conciencia trascendente. Assagioli, considera que esta posibilidad no es un

artificio para eludir los problemas de la “personalidad”, sino que es una consecuencia de la

comprensión de lo que es mutable (self), y lo que es permanente (Self), en la estructura de la

persona.

Para la comprensión del aporte de la Psicología Transpersonal al entendimiento del

potencial curativo de las Esencias Florales, se ha tomado como referencia, el modelo de

desarrollo evolutivo del ser humano propuesto por Ken Wilber, sistematizador teórico del

Enfoque Transpersonal y la descripción propuesta por Roberto Assagioli, psiquiatra

transpersonal italiano, del “proceso del despertar espiritual”. Ambas perspectivas aportan

aspectos diferentes del fenómeno de la trascendencia, ya que Wilber propone un mapa

conceptual de los niveles de conciencia y la forma del desarrollo psicológico hacia lo

trascendente, así como Assagioli, aporta el ámbito experiencial de este proceso, refiriendo las

vivencias y transformaciones que involucran la apertura a lo trascendente.

Desde la perspectiva de Wilber, el ser humano sería la manifestación o expresión en

múltiples niveles, de una sola Conciencia o Sustrato Esencial, el cual se manifiesta en cada

persona a través de distintos estadios o niveles en un orden o jerarquía ascendente. A lo largo

de su desarrollo consciente, un individuo evolucionaría a través de distintos niveles de

conciencia, en forma ascendente. Cada nivel de conciencia constituye una totalidad integrada

por elementos interdependientes estables en el tiempo, como un modo coherente de

funcionamiento consciente. El desarrollo de la conciencia hacia la dimensión de la

trascendencia en el individuo, es entendida en este modelo, como un tránsito por niveles que

evolucionan desde los más globales, densos y fragmentarios, hacia los más integrados,

complejos y sutiles.

Por su parte, Assagioli, postula que el elemento fundamental de la trascendencia, es lo que

denomina el Espíritu, el cual considera es en sí mismo la realidad suprema en su aspecto

trascendente, lo absoluto y desprovisto de cualquier limitación o determinación concreta. Esta

Realidad Trascendente para el autor, no puede ser conocida intelectualmente, sino que puede

ser postulada y cultivada intuitivamente de manera de llegar a experimentarla. Para Assagioli

lo “espiritual” o trascendente, abarca no sólo lo tradicionalmente considerado religioso, sino

que incluye los estados de conciencia, y actividades humanas que poseen valores éticos,

estéticos y humanitarios, que le permiten al ser humano manifestar su potencialidad de

creatividad, interioridad y armonía, tanto individual

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