Trastorno Depresión Mayor
Enviado por nataliahe • 9 de Enero de 2018 • Resumen • 5.739 Palabras (23 Páginas) • 128 Visitas
Trastorno Depresivo Mayor |
Trabajo Psicología Clínica |
19/12/2016 |
ÍNDICE
1. Introducción 2
Incidencia 2
Prevalencia 2
Comorbilidad 3
2. Diagnóstico Psicológico del TDM 3
3. Evaluación Psicológica del TDM 6
La entrevista 6
Escalas y Cuestionarios 9
4. Tratamientos Psicológicos Eficaces 10
Terapia de conducta 10
Terapia de solución de problemas 10
Terapia cognitiva o terapia cognitivo-conductual (Beck) 11
Psicoterapia interpersonal 12
Terapia cognitiva basada en Mindfulness para la depresión (MBCT) 14
5. Discusión 16
6. Bibliografía 16
Introducción
El trastorno depresión mayor (TDM) se trata del tipo de depresión prácticamente todos los días durante al menos 2 semanas. Se produce un cambio notable en el estado de ánimo habitual de la persona, que se manifiesta en forma de tristeza y pérdida de placer general. Los pacientes tienden a experimentar y a describir sus vivencias, las de los demás, su ambiente y su futuro de manera cualitativamente distinta durante la depresión. Asimismo, recuerdan el pasado de forma sesgada durante el episodio depresivo y las experiencias positivas son menos accesibles que las negativas (Vallejo, 2015).
En muchos casos el paciente pierde su apetito y le cuesta conciliar el sueño, de hecho algunos sufren de hipersomnia. Además, es común que padezcan una fatiga muy intensa que puede llegar a inmovilizar al individuo, incapacitándole para llevar a cabo las actividades más simples de su día a día. En algunos pacientes los sentimientos de culpa e inutilidad pueden llegar a ser adoptar la gravedad de delirio psicótico (Blesedell, Willard, Spackman, Cohn y BoytSchell, 2005).
Los episodios TDM pueden desarrollarse a lo largo de un día o semanas, y puede llegar a durar meses. Con la remisión, en la mayor parte de los casos, se restablece el funcionamiento premórbido (APA, 2000, citado por Blesedell et. al, 2005); aunque las recurrencias son habituales (Kaplan y Sadock, 1998, citado por Blesedell et. al, 2005).
Un 55% de los pacientes con depresión mayor mejoran solos a lo largo de 6 meses, un 70% en un año, un 85% en dos años, y un 97% en 6 años (Hammen, 1997, citado por Pérez y Montes, 2001).
Incidencia
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud, 2013, citado por GTGCMDA, 2015) la depresión afecta a aproximadamente unos 120 millones de personas, de los cuales sólo el 25% tiene la posibilidad de acceder a tratamientos efectivos.
Prevalencia
El National Comorbidity Survey Replication halló que el 16,2% de las personas han sufrido depresión mayor en algún momento de su vida (prevalencia-vida) y un 6,6% en los últimos 12 meses (prevalencia-año). En España la prevalencia es algo inferior (European Study of the Epidemiology of Mental Disorders), pues la prevalencia-vida se encuentra en el 10,6%, y la prevalencia-año en el 4%; sin embargo la edad de inicio es más temprana y la tasa de comorbilidad es mayor (GTGCMDA, 2015)
Aragonès, Gutiérrez, Pino, Lucena, Cervera y Garreta (2001) encontraron en su estudio que la prevalencia de la depresión mayor de intensidad moderada fue del 10,4%. Además, hallaron una mayor proporción de mujeres en el grupo de pacientes deprimidos y entre los grupos de pacientes deprimidos encontraron una mayor proporción de casos con menor nivel educativo. Para ser más exactos, en dicho estudio encontraron una relación de casi 9 mujeres por cada varón deprimido.
Por otra parte, según recoge ESEMeD, un estudio epidemiológico desarrollado en diferentes países de la unión europea incluida España, la prevalencia de la depresión se encontraba en el 4.0% en el año 2006 nuestro país, siendo la prevalencia vida de un 10.5% (Haro et al., 2006, citado por Cano, Martín, Mae, Dongil y Latorre, 2012).
Comorbilidad
Los resultados de un estudio reciente (Aragonès, Piñol y Labad, 2009) revelan que sólo el 26,2% de los pacientes observados tenían ausencia de comorbilidad; mientras que el 45,7% presentaba otro trastorno comórbido, el 19,9% presentaba dos trastornos y el 8,3% sufría de tres trastornos concomitantes a la depresión. Encontraron además que los pacientes con depresión comórbida son más jóvenes y entre estos pacientes se hace más evidente la desproporción hombre/mujer, ya que la comorbilidad es mayor en hombres (9:1, frente al 3:1 de la depresión sin comorbilidad).
La depresión es un fenómeno habitual la presencia de trastornos concomitantes, sobre todo los trastornos de ansiedad (Aragonès, Piñol y Labad, 2009). Al comparar pacientes deprimidos sin comorbilidad con aquellos con varios grados de comorbilidad, encontraron que la edad de los pacientes con comorbilidad es menor frente a los pacientes sin la presencia de trastornos concomitantes. Además, la depresión es más grave en los pacientes que presentan comorbilidad, es más frecuente la ideación suicida y es más patente el impacto funcional.
Diagnóstico Psicológico del TDM
La DSM-5 (2014) establece que cinco o más de los siguientes síntomas deben haber estado presentes durante al menos dos semanas y representan una variación del funcionamiento previo a la aparición de los mismos. Por lo menos uno de estos síntomas debe ser estado de ánimo deprimido o pérdida de placer o interés. Los síntomas son:
- Estado de ánimo deprimido durante casi todo el día y casi todos los días, según se desprende de la observación que hacen otras personas o de la información subjetiva.
- Pérdida de interés o placer por prácticamente todas o todas las actividades la mayor parte del día y durante casi todos los días.
- Disminución del índice de masa corporal, sin llevar una dieta, o aumento del mismo, o disminución o aumento del apetito casi todos los días.
- Hipersomnia o insomnio prácticamente todos los días.
- Retraso psicomotor o agitación casi todos los días.
- Fatiga o pérdida de energía prácticamente a diario.
- Sentimiento de culpa o inutilidad excesiva o inapropiada casi a diario.
- Dificultad para pensar o concentrarse o, bien, para tomar decisiones casi todos los días.
- Pensamientos recurrentes de muerte, ideas suicidas recurrentes pero sin un plan concreto, intentos de suicidio o planes detallados para llevarlo a cabo.
Todos estos síntomas le causan al paciente un malestar clínicamente significativo o deterioro en su vida social, laboral u otras áreas importantes para el correcto funcionamiento. El episodio de TDM no puede atribuirse a efectos fisiológicos producidos por alguna sustancia o alteración médica (DSM-5, 2014).
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