Trastorno Explosivo Intermitente
Enviado por Bluemoon • 7 de Septiembre de 2011 • 2.303 Palabras (10 Páginas) • 1.451 Visitas
Facultad de Humanidades.
Licenciatura en Psicología.
Psicopatología de la Niñez y Adolescencia.
Trastorno Explosivo Intermitente
Introducción
La elaboración del presente trabajo, es con la finalidad de prestar una información pertinente a un trastorno denominado, explosivo intermitente, el cual está definido mediante una serie de características como la impulsividad, agresividad y el poco dominio del individuo para con estas características.
De igual forma, alertar a la colectividad de las causas, consecuencias, y sintomatología que este puede ocasionar, y las edades (medianamente) comprendidas es donde el mismo suele presentarse, con el objetivo de concientizar un poco a las personas acerca de este, así como también parte de la cultura general que un individuo debe poseer, más si se encuentra en el ámbito psicológico, médico o psiquiátrico.
Aunado a esto, se presentan una serie de tratamientos, para lo cual es necesario la evaluación de diversos aspectos, con relación al paciente y los síntomas presentes, para así determinar cuál es el correcto para aplicar según sea el caso, o la corriente del investigador, o el terapeuta a cargo del mismo.
Por todo lo anterior, se espera que el mismo cumpla los requerimientos establecidos, así como también amplíe la información necesaria para el conocimiento, ejecución, desarrollo, eliminación de todo rasgo, o aspecto que cause el motivo de dicho trabajo.
El trastorno explosivo intermitente se encuentra dentro de la categoría de los trastornos del control de los impulsos. Se caracteriza por el fracaso a la hora de resistir los impulsos agresivos, dando como resultado asaltos graves o destrucción seria de propiedades. Ejemplos de este comportamiento incluyen amenazar o herir a otra persona o romper o dañar intencionadamente un objeto del valor.
El grado de agresividad expresado durante un episodio está fuera de proporción respecto a cualquier provocación o estrés situacional. El individuo puede describir los episodios como "ataques" en los que la conducta explosiva está precedida por una sensación de tensión o activación y seguido inmediatamente por una sensación de alivio. A menudo, tras el estallido aparece un arrepentimiento sincero. Más tarde, el individuo puede sentir también remordimiento o vergüenza por su comportamiento.
La mayoría de estas personas son hombres jóvenes y sus historias muestran a menudo accidentes de tráfico frecuentes, infracciones y posiblemente impulsividad sexual. Pueden exhibir una sensibilidad extrema al alcohol.
Este trastorno está rodeado de cierta polémica porque algunos autores creen que es solamente un síntoma de otro trastorno más que un desorden en sí mismo.
Las personas con un trastorno explosivo intermitente describen a veces impulsos agresivos intensos antes de sus actos agresivos, y no son capaces de resistirse a dichos impulsos, cediendo ante ellos. Los episodios explosivos pueden estar asociados a síntomas afectivos como irritabilidad o rabia, energía creciente y pensamientos que aparecen con gran rapidez, durante los impulsos y los actos agresivos, así como una rápida aparición de un estado de ánimo deprimido y fatiga después de los actos agresivos.
Algunos individuos describen también que sus episodios agresivos van precedidos o acompañados a menudo por síntomas tales como hormigueos, temblores, palpitaciones, opresión en el pecho, presión en la cabeza, o escuchar un eco. Este desorden puede dar lugar a la pérdida del trabajo, a la suspensión en la escuela, al divorcio, a dificultades en las relaciones interpersonales, a accidentes (por ejemplo, de tráfico), a hospitalización debido a lesiones por peleas o accidentes, a problemas financieros, a encarcelamientos o a otros problemas legales.
Criterios para el diagnóstico de Trastorno explosivo intermitente
A. Varios episodios aislados de dificultad para controlar los impulsos agresivos, que dan lugar a violencia o a destrucción de la propiedad.
B. El grado de agresividad durante los episodios es desproporcionado con respecto a la intensidad de cualquier estresante psicosocial precipitante.
C. Los episodios agresivos no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno antisocial de la personalidad, trastorno límite de la personalidad, trastorno psicótico, episodio maníaco, trastorno disocial o trastorno por déficit de atención con hiperactividad) y no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, medicamentos) o a una enfermedad médica (p. ej., traumatismo craneal, enfermedad de Alzheimer).
Etiología
La mayoría de casos ocurren cuando el individuo está entre la última adolescencia y el final de la veintena. Hay cierta evidencia de que el neurotransmisor serotonina puede desempeñar un papel en este desorden. Aunque la prevalencia del trastorno explosivo intermitente es desconocida y es considerado raro, es probablemente más común de lo observado y puede ser una causa importante de comportamiento violento.
Epidemiología
Si bien se trata de un cuadro que no es extremadamente frecuente, las estimaciones de estudios del pasado resultan difíciles de comparar. Según Monopolis y Lion, un 2.4% de pacientes recibieron este diagnóstico; no obstante, una revisión más cercana reduce el porcentaje al 1.1% de los pacientes. Por su parte, para Felthous y colaboradores, el 1.8% reunió estos criterios diagnósticos; en tanto que Coccaro encuentra en la muestra de Zimmerman y colaboradores una incidencia en el diagnóstico del 6.5%, con una tasa en la comunidad del 1% a 2%. Mc Elroy y colaboradores registraron que este cuadro a menudo se inicia en la infancia, adolescencia o adultez temprana (14 años, promedio) y sigue una evolución crónica (duración promedio de 20 años).
Evaluación
El diagnóstico debe hacerse después de haber realizado una evaluación médica completa, que incluya examen físico y neurológico, una cuidadosa revisión de los antecedentes clínicos del paciente y una revisión de las medicaciones prescriptas.
La consulta con el neurólogo puede ser útil en
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