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Trastornos Emocionales


Enviado por   •  24 de Abril de 2014  •  35.938 Palabras (144 Páginas)  •  260 Visitas

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TRASTORNOS EMOCIONALES Y DE CONDUCTA

Es bastante difícil definir el término de “trastornos emocionales” o afectivos, ya que es un fenómeno que está interrelacionado con muchos otros trastornos; del carácter, de conducta y dificultades de aprendizaje. En este sentido, existe cierta confusión entre sus causas, sus efectos y los efectos asociados a él.

Tomando en cuenta lo anterior, se ha usado este término para referirse indistintamente a otros trastornos, como desadaptación emocional y desorden mental entre otros.

Intentando una delimitación de perturbación emocional, la entenderemos, centrándonos en los estudios de Newcomer, como:

“Un estado del ser, caracterizado por aberraciones en los sentimientos que tiene un individuo con respecto a sí mismo y al medio ambiente. La existencia de la perturbación emocional se deduce del comportamiento. Por lo general si una persona actúa de una manera que le es perjudicial a ella y/o a los demás, puede considerarse en un estado de perturbación emocional.” (Newcomer, 1993)

CARACTERÍSTICAS DE LOS TRASTORNOS EMOCIONALES Y DE CONDUCTA

-Trasgresión de las normas sociales.

-Agresividad.

-Impulsividad.

-Ausencia de sensibilidad a los sentimientos de los otros.

-Carácter manipulador.

-Permanencia en el tiempo de las conductas.

-Falta de respuesta a los premios y el castigo.

-Carácter inapropiado para su edad.

ORIENTACIÓN A LOS PADRES PARA FORMACIÓN DE LA PRIMERA INFANCIA

A los niños hay que educarlos desde la cuna, pero cuando esto no se hace por algún motivo, sea el que fuera, requerirá más

adelante mayor firmeza para recuperar el control y demostrarle quienes son los que ponen las reglas en la casa que deberá aprender a respetar y cumplir.

Las personas mayores en una sociedad, debemos cumplir con las leyes para poder convivir. En el hogar es lo mismo. Se deberán poner las reglas que deberán ser muy claras y precisas y las sanciones que se aplicarán si no se cumplen.

En primer lugar nadie debe gritar, principalmente los niños. Los padres también se tendrán que abstener de hablar a los gritos cuando pierden la paciencia.

En segundo lugar no podrá decir groserías y tendrá buen modo para hablar y los padres deberán hacer lo mismo.

No recibirá ningún regalo o gratificación que no haya merecido y sólo se harán obsequios para los cumpleaños, y para Navidad.

En la calle no deberá pedir nada porque no se le comprará nada, porque desde ahora no recibirá nada sin motivo que lo justifique.

No habrá insultos en la casa de ninguna clase y menos castigos físicos.

Cuando el niño esté en casa tendrá un tiempo para hacer la tarea, leer, o dibujar y otro tiempo para jugar.

El buen comportamiento será gratificado con cosas pequeñas, besos, abrazos, o permisos para ver televisión, u otra cosa que le guste y si no cumple las reglas habrá una sanción que se deberá cumplir con mucha firmeza.

Una gratificación puede ser un puntaje que se le adjudicará cuando haga lo correcto, de manera que al llegar a una determinada cifra pueda ser recompensado con algún premio o permiso.

La sanción no debe ser demasiado severa de manera que se pueda cumplir, como por ejemplo, permanecer sentado sin hablar hasta que se lo permitan y luego pedir disculpas.

Estas reglas deberán estar escritas y a la vista, lo mismo que las sanciones, para que no haya ninguna duda.

Frente a la primera trasgresión se le advertirá primero, diciéndole que no se le permitirá volver a hacer lo que hizo porque recibirá la sanción correspondiente. De manera que si lo vuelve a hacer hay que aplicársela de inmediato sin más vueltas.

Si llora y patalea los padres no deberán involucrarse con él en una pelea sino que tratarán de que se cumpla la sanción, sin gritos y volviéndolo a sentar si se levanta.

Perder la paciencia es perder una batalla que ganará él, perdiendo también todos los resultados obtenidos hasta ese momento.

Los padres deben formar un equipo y estar de acuerdo. Si se apoyan mutuamente el niño no podrá enfrentarlos a los dos y tendrá que aceptar lo que se le indique.

Esto es esencial, porque si el padre dice una cosa y la madre otra el niño aprovecha la división de opiniones para ganar.

Si los padres no se deciden a actuar ahora, cuando su hijo llegue a la adolescencia se atreverá a hacer aún cosas peores porque nunca ha tenido límites.

A los niños no hay que tenerles lástima por ser severo, hay que amarlos y la mejor demostración del amor de un padre es ocuparse de ellos poniéndoles límites y gratificándolos cuando hacen lo correcto.

Si los padres abandonan el rol los niños se dan cuenta y se toman las atribuciones que no les corresponden.

Recuperar elineludible y absolutamente necesaria para evitar males mayores.

* Si los padres establecen normas de disciplina es muy importante que las hagan explícitas, es decir, que el niño sepa exactamente qué es lo que se espera de él.

* Las instrucciones y respuestas verbales de los adultos han de ser breves, precisas y concretas.

* La respuesta de los padres ante la violación de las normas ha de ser proporcional a la importancia de la infracción.

* Es aconsejable que, antes de responder, los adultos se detengan unos instantes a pensar y valorar desapasionadamente lo ocurrido.

* Es conveniente que los padres respondan a los actos de indisciplina con comportamientos concretos y previstos. No es aconsejable que lo hagan con castigos físicos. Por el contrario, es muy efectivo en los casos de incumplimiento de responsabilidades, como, por ejemplo, no acabar una determinada tarea comprometida de antemano, que los niños pierdan algunos privilegios ya adquiridos.

* Los castigos deben tener una duración limitada, no es útil prolongarlos sistemáticamente, pues son difíciles de cumplir, pueden originar en el niño ansiedad y sentimientos negativos.

* Tratándose de niños hiperactivos, no es aconsejable que los padres limiten las salidas de casa y los contactos con amigos.

* Conviene establecer hábitos regulares, es decir, horarios estables de comida, sueño, para ver la televisión, hacer los deberes, etc.

* Los adultos deben estar atentos y discriminar las señales que prevén la proximidad de un episodio de rabietas,

ineludible y absolutamente necesaria para evitar males mayores.

* Si los padres establecen normas de disciplina es muy importante que las hagan explícitas, es decir, que el niño sepa exactamente qué es lo que se espera de él.

* Las instrucciones y respuestas verbales de los adultos han de ser breves, precisas y concretas.

* La respuesta de los padres ante la violación

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