Técnicas De Terapia Familia
Enviado por VivitalyBardons • 19 de Mayo de 2013 • 1.552 Palabras (7 Páginas) • 744 Visitas
CONSTRUCCIONES
El terapeuta empieza por aflojar la rigidez del esquema preferencial. También desestima muchos de los hechos que la familia presenta y selecciona la «realidad terapéutica» con arreglo a la meta terapéutica. El objetivo es siempre convertir a la familia a una concepción diferente del mundo, que no haga necesario el síntoma, y a una visión de la realidad más flexible y pluralista, que admita una diversidad dentro de un universo simbólico más complejo. Las técnicas para modificar la realidad de la familia se agrupan en tres categorías principales. Estas son la utilización de símbolos universales, de verdades familiares y el consejo profesional.
Símbolos universales
Con esta técnica, el terapeuta presenta sus intervenciones como si se apoyaran en una institución o en un acuerdo que rebasaran el ámbito de la familia. Cuando obra de este modo pareciera que se refiere a la realidad objetiva. En el caso de algunas familias se puede decretar que determinado orden moral, por ejemplo Dios, la sociedad o la decencia, prescribe el camino correcto. Esto mismo se puede lograr apoyándose en el sentido común o en la experiencia común. También puede ser útil decretar que la tradición prescribe determinada manera de obrar. La fuerza de las construcciones universales reside precisamente en el hecho de que se refieren a cosas que «todo el mundo conoce».
Verdades familiares
El terapeuta presta atención a las justificaciones que la familia aduce para sus interacciones y utiliza su misma concepción del mundo para extender su modalidad de funcionamiento.
Consejo especializado
En esta técnica, el terapeuta presenta una explicación diferente de la realidad de la familia y la basa en su experiencia, conocimiento o sabiduría.
PARADOJAS
El empleo que hacemos de las paradojas se basa en tres conceptos que admitimos como supuestos: la familia es un sistema autorregulador; el síntoma es un mecanismo de autorregulación y, por último, el concepto de resistencia sistémica al cambio, que es consecuencia de los dos anteriores. Utilizamos las paradojas sobre todo como instrumento clínico para enfrentar esta resistencia y evitar una lucha por el poder entre la familia y el terapeuta. Las paradojas ni son siempre necesarias, ni siempre deseables. Nuestro criterio para su empleo se basa en la evaluación que hacemos del grado de resistencia al cambio en la parte del sistema que el síntoma regula. Reservamos las intervenciones paradójicas para las pautas interactivas larvadas, de larga data, repetitivas, que no responden a intervenciones directas como serían las explicaciones lógicas o las sugerencias racionales.
Las intervenciones se pueden clasificar como directas o basadas en la aceptación, por el hecho de que el terapeuta espera que la familia las acepte; y como paradójicas y basadas en el desafío, por el hecho de que el terapeuta espera que la familia las desafié.
Intervenciones directas, basadas en la aceptación
Por intervenciones directas se entienden consejos, explicaciones, sugerencias, interpretaciones y tareas, que están destinadas a que se las tome literalmente y a que se las respete como se las prescribió. Su objetivo es modificar de manera directa las reglas o los roles de la familia.
Intervenciones paradójicas, basadas en el desafío
Es paradójica la intervención que, obedecida, tendrá por consecuencia lo opuesto de lo que parece pretender. El objetivo de la paradoja sistémica es esa interacción oculta que se expresa en un síntoma. Las tres principales técnicas utilizadas para idear y aplicar una paradoja sistémica son la redefinición, la prescripción y la restricción. La definición dirá que la conducta mantenedora del síntoma obedece a motivos benévolos. Se prescribirá como conclusión inevitable de la lógica de la propia familia aquel mismo ciclo de interacción que es el que produce el síntoma. Para decirlo con Michael Foucault, la familia «es guiada por un estado en que es cotejada consigo misma y forzada a argumentar contra las demandas de su propia verdad». En congruencia con los dos pasos anteriores, cada vez que la familia presente signos de cambio, el terapeuta deberá refrenarlos. A medida que la familia se muestra renuente a esta prescripción y presiona en el sentido del cambio, el terapeuta regula su ritmo.
Inversiones, basadas en la aceptación y el desafío
En la inversión, el terapeuta imparte directivas a un miembro de la familia para que invierta su actitud o su conducta en un aspecto decisivo, con la esperanza de provocar de ese modo una respuesta paradójica en otro miembro de la familia. Cuando se imparten estas inversiones, no debe estar presente la persona situada en el extremo receptor
El grupo de consulta como coro griego
Es el empleo de un grupo de consulta como refuerzo de las intervenciones del terapeuta. Este grupo se compone de colegas que se turnan observándose del otro lado de un falso espejo. Este grupo actúa como un coro griego: hace
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