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UN EJEMPLO DE PRESENTACION DEL SEGUNDO PARCIAL (individual)


Enviado por   •  30 de Agosto de 2015  •  Ensayo  •  1.567 Palabras (7 Páginas)  •  162 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA

FACULTAD DE PSICOLOGIA

PSICOTERAPIA II

PRESENTACION DEL SEGUNDO PARCIAL (individual)

Alumna: Dick, Candelaria (93226/0)

Profesor: Juan Pablo Catani

Co-pensor: García, Pamela

Fecha de entrega: 10/11/14

Año: 2014

Para la construcción del ensayo luego de la lectura de las crónicas de las clases, elegí una problemática que me llamó la atención y refiere a  la resistencia a abandonar lo instituido y “abrirse” a algo nuevo por parte de los alumnos. Algunos comentarios de la crónica del día 6 de octubre y 27 de octubre reflejan dicho interrogante planteado:

 “Que no sea algo del orden de lo instituido genera desmotivación, desinterés”

“ no me veo copensando el trabajo de otra”

“ a mí me pasa que no vengo motivada, no puedo despegarme de la forma que estoy instituída, yo necesito tener contenido”

 “esto no nos va a servir para nada, olvídate que para el final te sirva”

Pensando elementos que produjeron dicha situación me remito a la forma de evaluación de los parciales, la falta de contenidos específicos y exposición teórica del profesor al comienzo de las clases como estamos acostumbrados en la mayoría de las materias, la modalidad de la clase en la cual el profesor no es disparador de temas específicos sino que son los estudiantes quienes deben pensar acerca de qué conversar.

Todo lo recién mencionado nos genera en algunos integrantes del grupo un conflicto, una dificultad que se traduce en esta falta de motivación, incertidumbre, en la creencia de que no servirá para nada la cursada. Siguiendo el texto de Carmona, estas actitudes denuncian una resistencia al cambio. Creo que en su mayoría, como reflejan los dichos de las alumnas estamos permanentemente obstaculizados por estructuras institucionalizadas.

Haciendo referencia a la postura de Lourau, podemos pensar esta resistencia al cambio en tanto que conformamos lo que el autor llama “grupo objeto”, el cual se encuentra sometido a las consignas instituidas y sostiene la jerarquización institucional. Esto lo visualizo en el deseo de querer que se trabaje alguna temática específica, en la ansiedad que genera el no tener de qué hablar ya que el profesor no es quien determina qué actividad se realizará en la clase. Muchos de nosotros nos encontramos empapados de pedagogías tradicionales y “chocharnos” con esta novedad genera desconcierto afectando de esta forma al grupo.

Si observamos la dinámica de las clases, en el momento en que se pide al profesor una exposición o definición concreta de determinado concepto, éste no “complace” nuestro pedido, por el contrario se nos invita a reflexionar sobre los conceptos y pensarlos. En este punto es importante destacar la noción de tarea que brinda Osvaldo Bonano.

Bonano enuncia “Tal vez ayude a pensarlo la posición de la tarea como un operador vacío. Se trata de pensar sobre la condición inercial en que se plantea la tarea inicialmente, y cooperar para que se pueda pensarla, con lo que se la hace ser cada vez, en cada situación, precisamente para que ésta sea”[1].

Reflexionando sobre estas palabras, el profesor al no tomar nuestro pedido de que se exponga determinado concepto, quizás lo que intenta realizar como tarea es ir en contra de la resistencia al cambio, es decir que podamos posicionarnos, como futuros psicólogos clínicos de la forma en que se hace clínica, como sujetos activos, pensantes, abriéndonos a una visión que vaya más allá de nuestros propios intereses prescriptos.

Esta resistencia al cambio presente en el grupo presenta reticencias frente a la nueva dinámica grupal y en varios integrantes del grupo se denuncia una falta de interés no encontrándole sentido a las clases, lo cual nos genera un “conflicto”.  Siguiendo el texto de Carmona:

Pichón no concibe el grupo como una realidad transparente a sí misma, como una entidad que pueda definirse precisamente por la propiedad de tener una especie de autoconciencia, sino todo lo contrario. El grupo, tal como lo concibe el autor es opaco para sí mismo, tiene siempre una zona de sombra, que tiene sus propias dinámicas, cuyos productos se hacen valer en el grupo sin que haya una apropiación o consenso grupal en torno al sentido de esos productos. La contradicción y la falta de transparencia del grupo en relación consigo mismo son dos aspectos que se articulan frecuentemente, en la medida en que justamente la contradicción se suele presentar entre una dimensión del grupo que tiene que ver con la tarea explícita, con lo que podríamos llamar los propósitos expresos del grupo y esa otra dimensión del grupo que queda en la sombra y de a que el grupo solamente sabe por sus efectos que aparecen operando justamente como resistencias al cambio”  [2]

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