Valor terapéutico de la externalización

TRABAJO MODULO 6

        La externalización es un proceso en el cual un cierto atributo o cualidad se "saca fuera" de las personas, y se convierte en algo con entidad propia, es decir, se rompe la creencia de criterio de verdad al decir que son el problema o el diagnóstico; se termina de esta manera con la relación del problema. Si la persona cree que es depresiva, pero al externalizar la depresión se construye fuera del consultante, se modifica la relación de la persona consigo misma y con los otros.

        Una manera interesante de describir lo que ocurre en una sesión de psicoterapia es que los clientes acuden con “puntos de vista” , que están en buena medida contribuyendo a mantener sus problemas, y que parte de la tarea de los terapeutas es ayudar a generar interpretaciones diferentes de las que los clientes aportan inicialmente. Cuando las personas acuden a una consulta con discurso que está saturado del problema, el terapeuta da paso a que nazca un discurso alternativo; a partir de la intervención las personas comienzan a darse cuenta que es capaz de hacer frente al problema, una persona depresiva deja de verse como la depresión, viendo la depresión fuera de ella.

        A través de esta técnica, el lenguaje es un elemento principal que facilita la construcción de significados opuestos, historias alternativas que favorezcan la disolución de los problemas. Las personas por medio de la conversación son capaces de establecer una nueva distinción de sí mismas, es decir, cambian su orientación original a la que comentan en la consulta. Luego de conversaciones externalizadoras, se abren pasos a relatos más amplios que les permiten visualizarse con un comportamiento diferente, frente a lo que antes eran sus problemas originales.  

        Por lo tanto, el valor terapéutico de la externalización reside en que crea un espacio entre el consultante y el problema, espacio desde el que las persona puede volver a asumir un papel activo y enfrentarse al problema. La creación de esta distancia entre las personas y sus problemas sería por tanto el elemento central en toda externalización. 

        Con esta técnica, se quiere lograr crear una realidad separada del consultante, a la que se le atribuye imaginariamente la responsabilidad sobre los problemas. Es decir, tendremos que suponer que al convertir lo interno en externo, estamos favoreciendo que el consultante se sienta más motivado para enfrentarse a sus problemas, o las familias empiecen a trabajar unidas contra el enemigo común que amenazaba sus relaciones.

        Junto con esto no solo se externalizan los problemas o síntomas, sino que también se pueden analizar cualidades, recursos o fortalezas desde este nuevo ángulo o perspectiva. El consultante podrá alejarse de lo que le agobia y ver su situación desde un punto de vista más constructivo. Es por eso que en terapia se debe indagar con la persona cuando la influencia del problema fue distinta o estuvo ausente, donde la pauta del problema fue distinta. Ayudar a la persona a descubrir que hay momentos de ausencia del problema, y un apartado que facilita este trabajo es descubrir junto con el consultante los eventos extraordinarios. Cuando esto ocurre aparecen dos cambios importantes: en el comportamiento y la identidad de la persona.

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