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Victor Frank


Enviado por   •  24 de Junio de 2013  •  1.544 Palabras (7 Páginas)  •  357 Visitas

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Introducción

¿Qué tan fuertes seriamos para resistir una guerra mundial? Esto es, parte fundamental del tema principal que aborda este libro, en el cual, nuestro autor, Viktor Frankl nos muestra los horrores de la guerra, pero vistos desde un punto de vista crítico, con una fuerte determinación de aferrarse a la vida a pesar de que todo esté en su contra.

Sin lugar a duda, el simple hecho de mencionar la palabra “guerra” es algo que estremece hasta al más valiente, sin embargo, y aunque se escuche cruel, es ahí donde se refleja el carácter, la determinación y sobre todo, las ganas de vivir de cada persona, el amor, respeto y cariño que se le debe tener a la vida misma, de tal manera que nos aferremos a ésta.

Desarollo

Como se ha mencionado, la guerra es un acontecimiento de sufrimiento y que al menos la mayoría de la población trataría de evitar, sin embargo, no por esto significa que no sea posible que se dé.

Viktor Frankl vivió esos horrores en campos de concentración de la antigua Alemania nazi, donde nos explica los maltratos que se sufrían por parte de quien poseía el poder, de soldados y de cualquiera que se sintiese superior en cuestión de “raza”, incluso de otros prisioneros, y esto, debido a que entre ellos mismos, había un rango, había los prisioneros que eran tratados de una manera brutal y sin piedad, y también aquellos que se les trataba con un poco de mas consideración.

Se narra que, al momento de llegar a un campo de concentración, (en este caso Auschwitz), inmediatamente se despojaba de sus vestimentas a todo prisionero, y se le era asignado un número de identificación, dejando a un lado los nombres y apellidos. Así como también, se discriminaba a los enfermos, deformes y débiles, pero no de una manera sencilla, si no eliminándolos de forma inmediata en cámara de gases.

Dentro de todos los protocolos que se hacen para en principio, ingresar a un campo de concentración, de qué manera se vive ahí, y en caso de sobrevivir, como seria la vida después de un campo, el autor la divide en estas tres partes.

Primero, es el “internamiento en el campo”, en el cual se traslada a una cantidad de aproximadamente 1500 prisioneros, ninguno de ellos sin saber de su destino, hasta llegar a Auschwitz, donde son clasificados según sus habilidades, o según sea el caso, sus debilidades.

Así que, a los que eran considerados débiles, se les era engañados y llevados a cámara de gases, para morir de una manera inmediata; aquí el autor hace mención de “La ilusión del indulto” en la que el inocente a morir, tiene una última esperanza de sobrevivir, aunque sea falsa y desafortunadamente nada probable.

Después de eso, se les “desinfectaba” llevándolos a amplias regaderas donde todos entraban desnudos, y es ahí donde, como otro rayo de luz, bromeaban entre ellos para levantarse un poco el ánimo. Aun a pesar de haber pasado esto, la amenaza sigue latente, y los prisioneros, en caso de no pensar en el suicidio, deberán preocuparse por el aspecto físico, aparentar ser jóvenes y fuertes para así evitar ser llevados a la cámara de gas.

Para los que habían pasado por estos protocolos de selección, venia algo aun mas difícil, la “fase dos”, que era la vida en el campo, en la cual, todos los prisioneros se veían sumamente afectados por todo lo vivido en el campo, perdían toda sensibilidad acontecimientos tristes y que necesitaran de su ayuda, ya que se habían acostumbrado a ello, y era cosa de todos los días, solo se les era necesario conservar la propia vida y, en caso de que aun tengan, resguardar la de otros familiares o amigos.

Frank menciona que los deseos y necesidades más básicas de cualquier ser humano desaparecían por completo, y se les dejaba de dar interés alguno, como por ejemplo comida, un baño e incluso el apetito sexual, esto eran solo sueños.

Para aquellos que eran fornidos, tuvieron la suerte de prevalecer con mayor facilidad, aunque no tan fácilmente, mientras que los que eran un poco más delgados, les era más difícil seguir con el trabajo diario que se les era impuesto.

Igualmente, y aun con todo lo que pasaba en el campo, había personas que seguían practicando su religión, rezando y orando porque al final, todo saliera bien.

Algo que fue creado muy inteligentemente, fue el de tratar de hacer que las cosas parecieran bien, haciendo chusco cualquier acontecimiento aun cuando este fuera doloroso. Viktor Frankl fue teniendo un poco de suerte con cada día que transcurría: paso de la cocina a atender enfermos de tifus, desempeñando tareas sanitarias.

Frankl

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