Vida Cotidana

Mi vida empieza un martes en la cuidad de Bogotá, donde se desarrollan el resto de mis años de vida y tiene lugar el incio de este relato.

Mis padres, abuelos, mi tío y mi hermano son mis acompañantes de morada de toda la vida. Mi casa, un pequeño recinto ubicado en un pernicioso barrio, lleno de inseguridades, vicios, rumores, gente poco caritativa, poco generosa, personas que se creen burgueses haciendo mal uso de su dinero, gente humilde y cálida, gente que emite un miedo sombrío, amigos de lo ajeno, gente emprendedora llena de sueños, como yo.

Mi día empieza a las cinco de la mañana después de que mi mamá, una mujer jóven y hermosa, emprededora, que haría lo que fuera por sus hijos, con su cabeza siempre en alto, orgullosa, reprimida, ciertas veces se torna fastidiosa, pero siempre querrá el bien para mi, a ella sólo logro verla un par de horas al día, en el momento en que despierto a su lado y cuando llega de trabajar y nos dirijimos a dormir y así todos los días, a excepción de los domingos que tengo la oportunidad de compartir con ella todo el día. Me levanto y me encamino a tomar una ducha; al salir me dispongo a realizar lo que falta para mi partida hacia el colegio. En ese momento mi hermano se levanta, él es un joven solitario, inteligente y soñador, compartimos casi todas las horas del día juntos, generalemente se nos encuentra hablando de diferentes temas de nuestro agrado, lo más común es hablar sobre nuestro futuro ¿qué nos deparará? Sé que él será un gran maestro en lo que he de escoger. Con él, por más que nuestra situación sea buena las peleas predominan en nuestra hermandad, por una u otra cosa, por mi carácter fuerte y sus miles de razones nos hallamos peleando un ochenta porciento del tiempo, pero a diferencia de otros hermanos, nos llevamos muy bien y hemos pasado por los momentos más difíciles juntos, y aunque la mayoría de sus actitudes me molesten, compartir con él es un gran privilegio.

Me ocupo de salir temprano hacia nuestro ámbito de aprendizaje. Y me dirijo rápidamente junto con mi sed de aprendizaje, de un futuro. Y me hallo en las instalaciones tan feliz, en busca de crecer, de ser quien quiero ser, de ser mejor e imagino un mejor futuro donde podré ser quien realmente soy haciendo lo que realmente me gusta, hallo el estudio como un placer, aprender para mi es un deleite que pocos saben digustar, a diferencia de otros jóvenes que se encuentran allí por obligación, a los cuales no me imagino en un futuro muy lejano, y es muy incierta su fortuna a su falta de interés, y yo, yo me imagino siendo mejor, aprendiendo y conociendo hasta las partes más recónditas de mi ser, y me imagino en una Universidad estudiando lo que más me gusta, me imagino más que triunfando, siendo alguien.

Y allí encuentro a todo tipo de personas, altas, bajas, desinteresadas, orgullosas, inteligentes, ignorantes, destinados al fracaso, triunfadores, algunos con un brillo inconfundible en sus ojos, otros que se creen superiores a los demás, soñadores y emprendedores; una sociedad predominada por la moda. La falta de originalidad deja mjucho que desear de las tantas niñas y niños presentes. Niñas que han dejado de ser niñas a tan corta edad, su inocencia se ha perdido en el tiempo a la vez que la feminidad que las caracterizaba,

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