Vínculo madre bebé
Enviado por Bostock123 • 24 de Septiembre de 2018 • Ensayo • 1.337 Palabras (6 Páginas) • 103 Visitas
Rosinda Bostock Ruiz
Apego y psicopatología
Ensayo
Introducción
Freud fue el primero en destacar la importancia de las experiencias infantiles tempranas para el desarrollo emocional de las personas adultas.
El ser humano necesita al nacer el cuidado necesario para cubrir sus necesidades vitales como el afecto, cuidado, alimento, higiene, movimiento, y la función materna, es la que garantiza la vida física y psíquica del ser humano.
Se debe de distinguir el concepto de apego del vínculo; ambos forman parte de un mismo fenómeno: la “intersubjetividad”, en donde a la manera de los sueños, los mitos, etc; el apego es el contenido manifiesto, “lo observable”, mientras que el vínculo es el “contenido latente, lo reconstruido (Lartigue T. 1994).
El apego es un vínculo afectivo que se establece de la madre o cuidadora con el bebé y viceversa. Sería una experiencia recíproca que el bebé inicia desde la vida intrauterina (el reconocimiento de la voz de la madre, el olor, etc). El sentimiento que se busca y se genera en el vínculo es de una seguridad afectiva y el establecimiento de relaciones objetales satisfactorias.
La primera relación objetal del bebé es con la madre o cuidadora y de esa relación depende el vínculo que se desarrolle y las futuras relaciones de objeto del bebé.
Los efectos inmediatos y a largo plazo que median la salud mental del niño, son el resultado de la experiencia de relación cálida, íntima y continua entre la madre y su hijo por la cual ambos encuentran satisfacción y alegría (Bowlby J. 1998).
Mahler sostiene que las relaciones objetales se desarrollan a partir de la unidad dual madre-hijo. Ella le llama simbiosis a la fusión, indiferenciación y total dependencia que el lactante tiene con la madre siendo una fase normal de la simbiosis humana y gradualmente va a ir desprendiéndose de la madre hasta lograr un self independiente si es que es satisfactorio el apego de la madre con su bebé, pero si el proceso del que habla Mahler no es un proceso de una madre suficientemente buena puede desarrollar en el niño psicosis y trastornos limítrofes.
Desarrollo
Para el desarrollo del apego deben de surgir varios elementos:
Sintonía, que la madre tenga ese entendimiento de lo que le pasa a su bebé y valla de acuerdo a lo que suceda con él, señales no verbales que la madre entiende de su bebé.
Bajo la perspectiva de Winnicott, la función de la madre es de proporcionar seguridad al bebé, para que éste no sienta desequilibrio, creando un tipo de sostenimiento seguro (holding). Por consiguiente si no hay un buen cuidado por parte de la madre viene la angustia infantil ocasionando una desintegración en el niño como defensa. El bebé es el núcleo y el ambiente externo es la cascara que lo envuelve y el bebé absorbe todo lo de su alrededor para bien o para mal.
En casos clínicos se percibe la angustia de la que habla Winnicott en niños con mucha ansiedad y nervios, con características de despersonalización, no pudiendo mostrar sus sentimientos padeciendo depresión.
Cuando no existe un vínculo de apego adecuado, las figuras de cuidado no pueden sintonizar con el bebé, ya sea por que no pueden cuidar adecuadamente al bebé siendo madres no presentes, ambivalentes, demasiado protectoras, que tengan un trastorno mental, que sean depresivas, estamos hablando de un vínculo no adecuado que pudiera ocasionar cierta patología, disfunciones, retrasos en el desarrollo, e incluso la muerte al niño.
Durante los primeros años de vida, la interacción con la figura materna va construyendo gradualmente un conjunto de conocimientos y expectativas sobre la forma cómo esas figuras actúan y responden a sus pedidos de ayuda y protección, de esta manera Bowlby considera que las relaciones en el apego en la etapa primaria constituyen las primeras experiencias emocionales que funcionarán como prototipos para las relaciones íntimas durante todo el proceso de desarrollo de los individuos. Cuando los niños desarrollan representaciones negativas de sí mismos y de los otros, tienden a ser más vulnerables a la psicopatología, ya que esos modelos operativos internos afectan la experiencia y el comportamiento, y por ende al autoconcepto, la autoestima y las relaciones interpersonales.
Durante la infancia, un apego satisfactorio fomenta el desarrollo psíquico, psicomotor y el aprendizaje en el niño. En la adolescencia, la maduración del autoestima y la conciencia del propio yo, con un desarrollo de la personalidad. La etapa adulta también está relacionada con los vínculos afectivos, ya que en esta etapa se escoge a la pareja y vienen los hijos, y ellos mismos vuelven a ser objeto del mismo apego que recibieron los padres.
Todas estas relaciones son de vital importancia, no solo para el potencial desarrollo personal, sino por que su alteración repercute de forma global en el comportamiento posterior de la persona, ocasionando una patología.
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