CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA DEI VERBUM SOBRE LA DIVINA REVELACIÓN
Enviado por Cristina Ventura Ramos • 23 de Octubre de 2016 • Documentos de Investigación • 363 Palabras (2 Páginas) • 250 Visitas
CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA
DEI VERBUM
SOBRE LA DIVINA REVELACIÓN
CAPÍTULO I
LA REVELACIÓN EN SÍ MISMA
Dios se revela a los hombres mediante su hijo Jesucristo, encarnado en hombre, por el cual tienen el acceso al Padre en el Espíritu Santo siendo partícipes de la naturaleza divina.
La revelación se desarrolla por medio de hechos y palabras, es decir, Dios nos da pruebas de su existencia en todas aquellas cosas creadas y, además, se manifiesta alentando la esperanza de la salvación en Abraham, los Patriarcas, Moisés y los profetas preparando así el camino del Evangelio.
En Cristo culmina la revelación pues Dios envío a su Hijo a vivir entre los hombres para llevar a cabo la obra de la Salvación. Completa su revelación enviando su Espíritu de verdad y, por lo cual, no hay que esperar ninguna revelación pública hasta la próxima manifestación de Jesucristo.
La revelación se debe recibir con fe y para profesar dicha fe es necesaria la gracia de Dios.
CAPÍTULO II
Dios quiso que todo aquello que había creado para la salvación de los hombres se mantuviese por generaciones. Es por ello, por lo que Cristo manda transmitir fielmente el Evangelio a todos los hombres. Comprende “todo lo necesario para que el Pueblo de Dios viva santamente y aumente su fe, y de esta forma la Iglesia, en su doctrina, en su vida y en su culto perpetúa y transmite a todas las generaciones todo lo que ella es, todo lo que cree” Esto fue recibido por los apóstoles y, para que se conservase íntegro y vivo en la Iglesia, fue transmitido a sus sucesores los Obispos.
Esta Tradición avanza en la Iglesia con la presencia del Espíritu Santo y las enseñanzas de los Santos Padres la certifican. Es por ello que la Iglesia conoce el Canon íntegro de los libros sagrados.
La relación entre la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura es debido a que surgen de la misma fuente divina y tienden a un mismo fin. La Sagrada Escritura es la palabra de Dios por escrito y la Sagrada Tradición transmite, de manera íntegra, esa palabra de Dios. Es por ello que se ha de adorar y recibir ambas por igual.
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