Colocar el corazon del joven en el Corazon de Dios

                Acompañamiento Salesiano Juvenil

Unir el corazon del joven al Corazón de Dios

Repaso mi bitácora y los apuntes de clase, lo que atrapa mi atención es esta frase: el acompañamiento es:  colocar al joven en el centro del corazón de Dios. De ahí comprendí con mayor profundidad la tarea educativa de Nuestros fundadores, la visión que ellos tienen del valor de la persona, la importancia del conocimiento de sí mismos, las propias actitudes, las cualidades de cada uno, la riqueza de crear un ambiente propicio para desarrollarse en la verdad, de fortalecer ese rasgo de Dios trinidad que nos hace salir al encuentro del otro con la fuerza del Espíritu, la oración:  en su dimensión de relación filial y de Amistad con DIOS.

“… La AMABILIDAD es el amor mismo de Dios, cuya experiencia personal pone al educador al alcance y a la medida del muchacho.

el amor educativo da un sentido unitario y orgánico a la acción educativa: a los contenidos y criterios, a las actitudes y comportamientos, a las estrategias y recursos, a las estructuras y espíritu que las anima.

  La formación del corazón humano, al centro de la acción educativa.

 La educación del hombre en profundidad exige la educación de su corazón. Es decir, del núcleo fundamental de su afectividad. Este aspecto lo enfoca Don Bosco desde un punto de vista teológico, totalizante: todo se encamina, en último término, a abrir el corazón a Dios y a servir a Dios en el prójimo con el mismo amor gratuito de Cristo. El educador es el primero que, educando, debe educarse a sí mismo, para madurar humanamente superando el egoísmo y la voluntad de imponerse y para crecer como cristiano haciendo suyo el corazón de Cristo, el Buen Pastor, y amar con él a los Jóvenes. 103

La pedagogía preventiva del Sistema es, así mismo, una ascética, una disciplina de sí, que asume el joven en el itinerario de su unión con Dios y de su entrega apostólica. La purificación y liberación del corazón de todo individualismo egoísta, por ejemplo, tiene un sentido bien claro en esta pedagogía "espiritual" de Don Bosco: facilita el que Dios pueda poseerlo y pueda, con la generosidad y la alegría de la libertad interior, seguir a Jesús. 105

la amistad encarna los compromisos solidarios por el bien de los demás, las relaciones que proporcionan la alegría de caminar juntos hacia una meta común, compartiéndolo todo, en la “presencia amorosa de Dios”.

La amistad con el Señor pasa por la relativización y el desprendimiento de las criaturas, crece con la escucha de su palabra y con la obediencia como búsqueda de la voluntad de Dios: ¿qué es lo que quiere Dios de mí en este momento de mi vida? en esto el educador es una segura mediación. 106 …” ^[1]

Por eso es esencial el volver a recuperar esos espacios de encuentro con un Hermano mayor con los compañeros de camino, con el centro que unifica nuestro ser y nuestra acción, para crecer personalmente y en comunidad a favor de nuestra misión Carismática.

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