Día 11: Hagámonos los mejores amigos de Dios (Rom 5:10
Enviado por camilomoore1 • 26 de Febrero de 2017 • Ensayo • 5.742 Palabras (23 Páginas) • 309 Visitas
Día 11: Hagámonos los mejores amigos de Dios (Rom 5:10)
Dios quiere ser tu mejor amigo. Nuestra relación con Dios tiene diferentes aspectos, pero la verdad más impactante es que el Dios todopoderoso, ¡anhela ser nuestro amigo! Simplemente una relación sencilla y cariñosa entre Dios y las personas. Dios nos creó para vivir continuamente en su presencia; pero después de la caída, esa relación ideal se estropeó.
En el antiguo testamento, el temor a Dios predominaba más que la amistad. Jesús cambió esa situación y abrió nuevamente el acceso directo a Dios, y ahora podemos acércanos a Dios en cualquier momento. La amistad con Dios sólo es posible por su gracia y el sacrificio de Jesús. Dios nos invita a disfrutar su amistad y comunión con las tres personas de la Trinidad. La amistad con Dios no es un conocimiento ocasional sino una relación estrecha y de confianza. Dios tiene el anhelo intenso de que lo conozcamos íntimamente. En efecto todo lo planificó y estructuró para que pudiésemos ser sus amigos. Conocer y amar a Dios es nuestro gran privilegio; ser conocidos y amados por Él, es su mayor placer.
Como llegar a ser el mejor amigo de Dios: Mediante la conversación constante porque la amistad con Dios se cultiva cuando compartimos todas nuestras vivencias con Él. Dios quiere ser más que una cita en nuestra agenda, Él quiere ser incluido en cada actividad, en cada conversación y en todo. Es posible mantener una conversación continua con Él comentándole todo lo que hacemos, incluso hasta lo que pensamos, en cualquiera de nuestras actividades cotidianas.
En la actualidad a veces sentimos que tenemos que distanciarnos de nuestra rutina diaria para poder adorar a Dios, pero eso se debe a que no hemos aprendido a practicar su presencia todo el tiempo. La adoración es una actitud ininterrumpida, al estar en comunión constante con Dios. Como él está con nosotros todo el tiempo, no hay lugar donde puedas estar más cerca de Dios que donde te encuentras ahora mismo. Un consejo útil es el de pronunciar oraciones cortas y continuas durante el día, en vez de discursos largos y complejos, propios para la distracción. Orar todo el tiempo es una invitación a que las oraciones sean sencillas y compuestas por afirmaciones, frases sencillas o pasajes cortos de las escrituras: “Tú estás conmigo”, “Tú eres mi escudo”. Sólo asegúrate de que tu intención sea honrar a Dios, nunca controlarlo.
Los amigos comparten sus secretos, y Dios compartirá sus secretos contigo si desarrollas el hábito de reflexionar en su palabra durante el día. Cuanto más tiempo dediques a repasar lo que Dios dijo, más entenderás los secretos de esta vida. La oración nos permite hablar con Dios; la meditación permite que Él nos hable, ambas son esenciales para ser amigos de Dios.
Día 11,
Punto de reflexión: Dios quiere ser mi mejor amigo.
Día 12: Desarrolla tu amistad con Dios. (Prov. 3:32)
El Señor al integro le brinda su amistad
Sant. 4:8 Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes
Estás tan cerca de Dios como lo decidas. Como en cualquier amistad, debemos trabajar para desarrollar la nuestra con Dios. Requiere voluntad, tiempo y energía. Si deseas un vínculo más estrecho e íntimo con Dios, deberías aprender a comunicarle tus sentimientos con sinceridad, a confiar en Él cuando le pidas que haga algo, a aprender a interesarte en lo que a Él le interesa, y a procurar su amistad más que ninguna otra cosa.
La primera piedra de la amistad es la sinceridad. Dios no espera que seamos perfectos pero si que seamos sinceros completamente. La franqueza delante de Dios es esencial, así como la autenticidad, esto se traduce en comunicarle a Dios lo que de verdad sientes, no lo que piensas que deberías sentir o decir.
Debo valorar lo que Dios valora. Esto es lo que hacen los amigos: Se interesan en lo que la otra persona considera importante. Mientras más amigo seas de Dios, más te importará lo que a Él le importa, más nos afligirá lo que a Él le aflige, más nos alegraremos con lo que a Él le agrada.
Debo desear la amistad con Dios más que nada: Nuestro deseo debe ser el conocer a Dios por encima de todo. Dios no se ofende cuando luchamos con Él, porque este encuentro requiere contacto personal y eso nos acerca a Él. También es una actividad apasionada y a Dios le encanta cuando nos emocionamos con Él. La verdad es que estamos tan cerca de Dios como tanto lo deseemos. La amistad íntima con Dios es una opción, no es una casualidad. La amistad con Dios es por amor, si lo hacemos por obligación estamos equivocados. La aflicción es como el combustible de la pasión: refuerza la energía interna, que normalmente no tenemos pero que necesitamos para realizar los cambios. El dolor es el altavoz de Dios. Él nos despierta del letargo espiritual mediante el dolor. Nuestros problemas no son un castigo; son los despertadores que usa un Dios cariñoso. Él hará lo que sea necesario para que volvamos a tener comunión con Él.
No hay nada, absolutamente nada más importante, que cultivar la amistad con Dios. Es una relación que durará para siempre. Recuerda que es tu decisión. Estarás tan cerca de Dios como lo quieras.
Día 12,
Punto de reflexión: Estoy tan cerca de Dios como quiero estar.
Día 13: La adoración que agrada a Dios. (Mar. 12:30)
Ama al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas.
Dios quiere todo de ti. Dios no quiere una parte de tu vida, a Él no le interesan los compromisos a medias, la obediencia parcial ni las sobras de tu tiempo o de tu dinero, quiere todo: corazón, alma, mente, fuerzas. El lugar de la adoración no es tan importante, como por qué adoramos y cuanto de nuestro ser le ofrecemos a Dios cuando lo hacemos.
A Dios le agrada la adoración en verdad: No podemos crear nuestra propia imagen de Dios, la que nos resulta cómoda y políticamente correcta, y adorarla. Eso es idolatría. La adoración debe basarse en la verdad de las Escrituras, no en nuestra opinión acerca de Dios.
A Dios le agrada la adoración práctica: Esto implica entregar todo a Dios, empezando por nuestros mismos cuerpos, porque mientras estemos en esta tierra, nuestro espíritu sólo puede estar donde este nuestro cuerpo. Si tu cuerpo no está presente no estás ahí. Dios quiere un sacrificio vivo de nosotros, esto es, que vivamos para Él.
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