EL ORATORIO EN 1842 DON BOSCO
Enviado por Cludemsayo • 17 de Junio de 2018 • Apuntes • 351 Palabras (2 Páginas) • 215 Visitas
EL ORATORIO EN 1842 DON BOSCO
Durante aquel invierno traté de consolidar el incipiente Oratorio Aunque su finalidad era recoger solamente a los chicos en mayor peligro y, los salidos de la cárcel no obstante invité a algunos de buena conducta para apoyar la disciplina y la moralidad a guardar el orden y también a leer y cantar canciones religiosas en la fiesta de la Purificación (2 de febrero de 1842), que en aquel momento era fiesta de precepto, ya tenía una veintena de niños con los que alcanzamos a cantar por vez primera el Load a María. En la fiesta de la Anunciación contábamos ya con treinta Aquel día realizamos una pequeña fiesta el Oratorio se organizaba de esta manera: los días festivos se daban facilidades para acercarse a los santos sacramentos de la confesión y de la comunión; además, establecimos un sábado y un domingo al mes para cumplir con este deber religioso. Entre los jóvenes que frecuentaron el primitivo Oratorio, quiero señalar a Giuseppe Buzzetti, se apegó de tal manera a Don Bosco y sus reuniones festivas, que renunció a ir a su casa con la familia también sobresalían sus hermanos Carlo, Angelo y Giosué; Gioanni Gariboldi y su hermano, entonces simples peones y hoy maestros de obras en general, el Oratorio se componía de picapedreros, albañiles, estucadores, adoquinadores, canteros y otros que venían de pueblos lejanos.
El buen teólogo Guala y Don Cafasso estaban contentos proporcionaban con agrado imágenes y pequeños crucifijos para los regalos. El teólogo Guala, deseando que celebráramos una bonita fiesta en honor de santa Ana, patrona de los albañiles, después invitó a todos a desayunar con él. Les ofrecieron en abundancia café, leche, chocolate, galletas, panecillos, pastas y otros dulces Dedicaba enteramente los días festivos a estar con los muchachos; durante la semana, los visitaba en pleno trabajo, en talleres y fábricas esta iniciativa constituía un gran consuelo para los chicos Los sábados me desplazaba a las cárceles con los bolsillos llenos de tabaco, fruta afecto de los jóvenes que vivían la desgracia de estar encarcelados
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