ENCÍCLICA RERUM NOVARUM
Enviado por Maikel Ansted • 30 de Julio de 2020 • Documentos de Investigación • 1.342 Palabras (6 Páginas) • 154 Visitas
ENCÍCLICA RERUM NOVARUM
Una encíclica es una carta solemne que el Papa dirige a todos los obispos y fieles católicos adoctrinando en cuestiones de fe o de costumbres.
Rerum novarum es la primera encíclica social de la Iglesia católica. Fue promulgada por el papa León XIII el viernes 15 de mayo de 1891 con el título "De Conditione Opificum", aunque se la denomina por sus dos primeras palabras. Fue una carta abierta dirigida a todos los obispos y catedráticos, que versaba sobre las condiciones de las clases trabajadoras.
El Papa León XIII discutía sobre las relaciones entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una organización socioeconómica que más tarde se llamaría distributismo, que en síntesis no es ni capitalismo ni socialismo.
El Papa León XII, no solo desarrolló su encíclica en el análisis de la situación que vivía la clase obrera de la época del Siglo XIX, sino que dibujó las líneas sobre temas tan importantes para el hombre, como el fundamento de toda sociedad humana, que siempre era, es y será la familia, el sacramento del matrimonio, tan despreciado en la época actual, y al parecer desde hace más de 200 años, sobre el origen del poder civil, sobre los deberes de los ciudadanos y la libertad del hombre por encima de todo planteamiento económico y político.
León XII, por medio de esta encíclica, dio comienzo en la Iglesia a la creación de un cuerpo doctrinal, que en un futuro se llamaría la Doctrina Social de la Iglesia, que buscara soluciones a los problemas del hombre, al desarrollo de los pueblos, a la justicia social, y en definitiva a instruir a los hombres en el descubrimiento de que son ellos los que verdaderamente tienen que contribuir a la creación de una sociedad que viva en comunión y no en permanente conflicto, esto lo afirmó el Papa ahora San Juan Pablo II en su encíclica “Sollicitudo Rei Socialis” en 1987.
Existen principalmente 3 novedades fundamentales en dicha encíclica, las cuales se dividen en:
- El reto de la Iglesia ante la cuestión social.
- El papel del Estado.
- El comportamiento de las partes interesadas en el conflicto.
Una de las afirmaciones que fundamentan el análisis de la cuestión social y del conflicto de clases del mismo, es que tal como afirma el mismo Papa León XIII “Es mal capital, en la cuestión que estamos tratando, suponer que una clase social sea espontáneamente enemiga de la otra, como si la naturaleza hubiera dispuesto a los ricos y a los pobres para combatirse mutuamente en el perpetuo duelo…: ni el capital puede subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital”. (RN, 14).
La solución que se aporta en esta encíclica al conflicto de las clases sociales enfrentadas, pasa por el llamamiento al cumplimiento de sus deberes respectivos, respetando los términos de la justicia social.
“Han de evitar cuidadosamente los ricos, perjudicar en lo más mínimo los intereses de los proletarios, ni con violencias, ni con engaños…, mientras más débil sea su economía, tanto más debe considerarse sagrada”. (RN, 15).
Sobre el papel del Estado, se entiende que su misión es relativamente sencilla, ya que lo único que se espera de los que gobiernan es que cooperen con la fuerza de las leyes que producen, en la creación de una sociedad, de la cual nazca espontáneamente la prosperidad del hombre, de su familia y por tanto de la sociedad que les rodea, ya que esta es la misión del servicio “público” que lleva intrínseco la política y el deber de los gobernantes que la forman. El Estado como “padre” de los miembros de una sociedad, debe preocuparse por todos sus “hijos”, pero en el ejercicio de su responsabilidad como “padre”, debe poner especial interés por aquellos “hijos” más débiles o desprotegidos.
Durante su mensaje sobre el papel del Estado, también menciona que la familia o sociedad doméstica, aunque es pequeña, pero de manera junta es verdaderamente sociedad y más antigua que cualquier otra, es de absoluta necesidad que posea unos derechos y unos deberes, totalmente independientes de la potestad civil.
En nuestros días, resulta alarmante ver como uno de los principales objetivos de muchos gobiernos ha sido controlar la natalidad por medio de la difusión de agresivas campañas en contra de ella y del papel de la mujer dentro de cualquier familia, en contra de la identidad cultural y religiosa de la sociedad a la que ataca y coartando de una manera cobarde la libertad de decisión de las personas afectadas, con el fin de someterlas a esta nueva forma de opresión y control injustificado.
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