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Rerum Novarum.


Enviado por   •  18 de Mayo de 2016  •  Trabajo  •  1.734 Palabras (7 Páginas)  •  252 Visitas

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Rerum Novarum

Estamos ante la primera carta abierta encíclica social de la Iglesia católica, promulgada por el Papa León XIII en 1891 dirigida a todos los catedráticos y obispos, con el fin de abordar temas que consideraba relevantes para la época, como la defensa de la propiedad privada, la justicia social y sobretodo dirigida a tratar sobre las condiciones de las clases trabajadoras, que sufrían la trasgresión de sus derechos que debían ostentar.

Debemos tener en cuenta que en el contexto de la época, el Papa señala las características y orígenes de la crisis social que estaba sufriendo Europa, indicando que sus causas se debían al abandono de la fe.  El Papa dejaba claro, sobre la cuestión obrera que es difícil señalar la justa medida entre las obligaciones que regulan las relaciones entre los que aportan el capital y los que contribuyen con su trabajo, todo debido a la usura de unos pocos hombres avaros y codiciosos. Debe haber una regulación entre sus relaciones mutuas.

  • Socialismo.

La doctrina Social de la Iglesia siempre ha estado en favor de  la defensa de la propiedad privada, vinculándola al derecho natural con una referencia al iusnaturalismo,  chocando con las ideas de los socialistas, que pretendían que los bienes de todos los hombres  pasaran a ser propiedad de todos.  Por lo tanto la encíclica indica que es un derecho natural de los seres humanos la división de los bienes y la propiedad privada.

Conectando con este tema, la Encíclica nos habla sobre el matrimonio y el Estado, llegando a la conclusión de que la familia es regida por una potestad privativa, la paternal, siendo un derecho natural primario de cada hombre, no existiendo ley humana alguna que pueda restringir la finalidad principal del matrimonio. Tener en cuenta que el concepto de familia es anterior al concepto de sociedad civil y que por lo tanto cabe señalar que es un error pretender que el Estado intervenga en lo más íntimo de las familias, aunque con ciertos matices, si existe una extrema necesidad que por sus propios medios no pudiera salir de ella y también si se produjera una grave perturbación de los derechos mutuos; el Estado intervendría porque cada una de las familias es una parte de la sociedad y debe asegurar y defender cada uno de sus derechos.

  • Iglesia y el problema social.

Cuando se plantea el problema de mejorar las condiciones de las clases inferiores, debemos tener en cuenta que el concepto de propiedad privada ha de resultar inviolable. La Iglesia procura que con sus enseñanzas y conocimientos, mejorar la condición misma de las clases  proletarias, solicitando que los pensamientos y actividad de todas las clases sociales se unan en un único fin, mejorar la condición de los obreros. Todo esto con la especial ayuda del Estado que deberá dirigir sus leyes y autoridad propias con la debida justicia y moderación hacia esa misma finalidad. Para ello, se debe respetar la condición propia de la humanidad, es imposible vencer a toda desigualdad, los hombres somos diferentes pero no por ello incompatibles los unos con los otros, pero no por ello debemos caer en el error de enfrentar las clases sociales, estas deben armonizarse concordes entre sí  para lograr el equilibrio.

Partiendo de la idea de que si un trabajador acepta un contrato de trabajo con condiciones precarias, este sería víctima de una injusticia, la encíclica nos da una serie de obligaciones y deberes de justicia para las relaciones de los obreros y los amos; las obligaciones para el proletario y el obrero son las de cumplir integra y fielmente con todo lo pactado, sin causar daño alguno al capital desembolsado ni a la persona de los amos y luego los deberes de los capitalistas y de los amos, no tratar a los obreros como esclavos, respetar su dignidad como persona y por supuesto corresponder los frutos del trabajo realizados con un salario, para que cada trabajador pueda subsistir y tener una vida cómoda y digna.

La abundancia o carencia de riquezas o de bienes no da la felicidad, pero sí importa el uso que de ellos hagamos. El texto nos habla sobre el uso de los bienes y riquezas, el hombre debe ser respetuoso con el reparto de bienes tanto espirituales como materiales realizado por Dios y el hombre debe ser misericordiosos y administrar en beneficio de los demás sus bienes, en resumen debemos ayudarnos los unos y los otros aportando lo que podamos en beneficio de la sociedad al completo.  Tanto los ricos como los pobres deberían seguir los derechos y deberes  que nos enseñó Cristo y comprender que los bienes de naturaleza y de gracia son patrimonio común de la raza humana, de esta forma acabaría cualquier problema.

La Iglesia a lo largo de toda la historia ha contribuido al bien de todos nosotros, ayudándonos  en todo lo que necesitamos  y no pueden pretender suplirla con la beneficencia civil porque no hay recursos humanos capaces de suplir la caridad cristiana.

  • Deberes del Estado.

En este apartado la encíclica nos comenta que, los gobiernos de los Estados deben cooperar con todo el conjunto de leyes e instituciones políticas para que se promuevan tanto la prosperidad privada como la pública, especialmente el Estado tiene el deber de preocuparse del bienestar de los obreros, para así respetar la justicia de dar a cada uno lo suyo.

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