El celibato como Don Sacerdotal
Enviado por Danielius Kale • 6 de Abril de 2019 • Reseña • 461 Palabras (2 Páginas) • 158 Visitas
Seminario Conciliar de México
-Casa Huipulco-
Materia: Formación Sacerdotal
Profesor: Pbro. Genaro Miguel Chávez Vásquez
Alumno: Daniel Castillo Castillo
Fecha y lugar: 26 de marzo del 2019, CDMX.[pic 1]
El Celibato como Don Sacerdotal
En nuestros días hablar de celibato es uno de los temas que causan aún polémica en nuestra sociedad. Nosotros inclusive nos cuestionamos el porqué, los pertenecientes al orden secular o religioso no se casan, sin encontrar en variadas ocasiones una respuesta puntual.
Detrás de esta pregunta hay un supuesto: que el matrimonio no es tan sagrado como el celibato en el plan divino; se cree que la sola abstención del matrimonio sugiere que éste debe tener alguna imperfección. Tanto el matrimonio como el celibato se constituyen como medios de comunicación y persiguen el mismo objetivo: un éxtasis que no tiene fin, una entrega al enamorado –Dios– haciendo de su vida un cambio. Tanto el matrimonio como el celibato sondean el amor, pero el amor que proviene de Dios mismo.
Ello nos da pie para hablar de la importancia que el celibato tiene para responder a la vocación especifica como lo es el sacerdocio ministerial. Ya lo menciona el Concilio Ecuménico Vaticano II, en varios documentos donde trata formalmente del celibato, en consonancia a la formación de los sacerdotes, pide que desde un inicio los alumnos […] sigan la venerable tradición del celibato sacerdotal y que sean cuidadosos en la educación para este estado, para que en su crecimiento lo acepten con gozo y madurez.
También nos reafirma este vínculo estrecho que existe entre celibato y reino de los cielos, viendo en el primero un signo que anuncia de modo radiante al segundo, un inicio de vida nueva, a cuyo servicio se consagra el ministro de la Iglesia y así pueda unirse más fácilmente a Cristo con un corazón entero y dedicarse con mayor libertad y entrega generosa a Dios y de los hombres, anunciando con un corazón alegre el Reino de Dios.
Como cualquier vocación, el celibato requiere una respuesta, la cual no siempre es fácil de dar y misma que en ocasiones puede tocar nuestra sensibilidad. Sabiendo muy bien que el echo de hacer un cambio de nuestra propia vida se tiene que renunciar a algunas cosas y aceptar otras mas en bien de lo que se ha elegido, sobre todo para tener una mayor coherencia en este caso del celibato que se ha aceptado y abrazado con generosidad.
Continuando en esta vertiente tenemos que también se presenta el celibato como mandato en seguimiento a las exigencias evangélicas, favoreciendo así de manera especial este estilo de vida esponsal y que brota de la configuración del sacerdote en Jesucristo, a través del sacramento del orden.
El celibato no es la ausencia de pasión; es más
bien la intensidad de una pasión.
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