LA ILUSIÓN DEL EGO

LA ILUSIÓN DEL EGO

El ego no es más que esa falsa entidad o construcción social aprendida que creemos ser y nos debemos. Ésta falsa entidad se basa principalmente en dos aspectos básicos, en el POSEER y el TENER, de ahí, que al interrogarnos sobre quiénes somos, tendemos a presentarnos por el título de la profesión, la actividad que desempeñamos, el papel que ocupamos en la familia, o bien un nombre,  no obstante, si nos despojamos de la construcción social y con ello, el significado que nos dan los títulos, no queda más que el simple ser humano en su esencia  necesitado de un EGO.

Sin embargo, el ego suele presentarse bastante exigente, considerando los estándares que la sociedad exige como parte de la autorrealización o como sinónimo de felicidad, éstos apuntan a la posesión, ya sea de riqueza, fama, poder, belleza entre otros, que definen el YO SOY, aunque en su naturaleza estos atributos llegan a ser espejismos e ilusiones, sirven como verdaderas columnas para el EGO, pues al poseerlos, muchos egos se vuelven inflados y soberbios, mientras  que ciertos egos al estar faltos de los estándares mencionados, se caracterizan por la conmiseración ó víctimas de las circunstancias.

El termómetro que nos permite medir el ego patológico, es la necesidad imperiosa por controlar todo cuanto se refiera a nuestra vida, y muchas veces no conforme con ello, se intenta controlar otras vidas, es decir, otros egos; por eso, es que los golpes más profundos al ego son las CRISIS, pues crean incertidumbre y pérdida del control aparente, así, Dios permite que las crisis lleguen a nuestra vida y tengamos la oportunidad de vislumbrar nuestra fragilidad humana, pero al mismo tiempo, Dios no se satisface vernos expuestos y confundidos, sino que ofrece en las crisis, consolarnos e invitarnos a depender de su amor y poder inmutable…

BRB

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