Moisés y la liberación del pueblo judío
Enviado por santiagojuarezl • 11 de Junio de 2021 • Ensayo • 1.838 Palabras (8 Páginas) • 203 Visitas
Moisés es, a mi parecer, una de las figuras más interesantes e importantes que aparecen en la Biblia. Incluso si solo se toman en cuenta los primeros años de su vida, tiene una historia apasionante e increíble. Sin embargo, por más asombrosa que sea esta parte de su vida, pasa a segundo plano cuando vemos su relación con Dios y la influencia que tuvo y aún tiene – más de tres mil años después – no solo en la gente católica, judía o religiosa en general, si no en todo el mundo.
A continuación, se buscará exponer la vida de Moisés, desde su nacimiento en tiempos llenos de conflicto hasta su la liberación del pueblo judío, pues hablar de toda su vida sería una tarea que necesita más tiempo y espacio. Se mencionarán los detalles de todos los acontecimientos que hacen de él un personaje tan especial.
Moisés nació en un momento histórico plagado de dualidades. Por un lado, el imperio Egipcio entraba a lo que llamamos el Nuevo Imperio, su época de mayor poder, prosperidad y apogeo. Construían templos y monumentos enormes como La Esfinge o el Templo de la Reina Hatshepsut. Esta época estuvo también marcada por la guerra, impulsada por un hambre feroz de expandir el imperio hasta donde les fuera posible. Sin embargo, muchos de los logros de los egipcios y todo lo positivo que tenían estaba manchado por una situación contrastante: la esclavitud del pueblo judío. Empujados por una sequía, se vieron obligados a asentarse en Egipto, 400 años antes de Moisés. Ahí fueron todos esclavizados por los egipcios, quienes los utilizaron desde constructores para sus templos más grandes hasta soldados en sus peores guerras.
Unas semanas después del nacimiento de Moisés, el Faraón dio una orden terrible. Al ver que la población de los judíos comenzaba a alcanzar o incluso rebasar la de los egipcios, sintió miedo de que aquel pueblo pudiera rebelarse contra sus opresores y destronar al Faraón, pues por mucho que tratara de negárselo a sí mismo, veía un poder especial en el pueblo de Israel. Así que se les instruyó a los soldados egipcios buscar a todos los varones recién nacidos o que aún no tuvieran la edad para trabajar y matarlos a todos. La hermana de Moisés, aterrada por el que sería el futuro de su hermano, tomó una canasta, metió dentro a su hermano y lo puso a flotar en el río Nilo, pues cualquier riesgo era mejor que el destino que le esperaba.
La hermana de Moisés nunca se imaginó que aquel niño terminaría donde, irónicamente, se originó la orden que lo puso en esta situación. Moisés terminó en el palacio del Faraón, donde fue adoptado por la familia Real. Se le trató como uno de ellos, ya que el secreto de su origen estaba celosamente guardado. Creció junto al heredero al trono Ramsés III como su hermano y vivió una vida como la de cualquier miembro de la realeza.
La vida relativamente pacífica que vivió Moisés desde que fue adoptado llegó a un abrupto fin en una situación en la que se pudo ver el verdadero carácter y persona de Moisés. Al observar a un capataz flagelando y tratando con extrema brutalidad a un esclavo hebreo, Moisés decidió intervenir para parar el inhumano acto. Al forcejear con él, Moisés lo mata y lo esconde en la arena, pensando en que nadie había sido testigo de su crimen. Al día siguiente, Moisés escucha de dos hebreos que ya se sabe que ha matado a un egipcio y teme que se entere su padre, el Faraón. El miedo de Moisés se volvió realidad, pues su padre se enteró y ardiendo en colera, se dispuso a matar a Moisés para matarle, por lo que se ve obligado a dejar Egipto.
Al huir por el desierto, Moisés se topó con un abrevadero donde se dispuso a tomar agua. Ahí se encontró a 7 mujeres que estaban siendo acosada por pastores que se aprovecharon de ellas, hasta que Moisés los ahuyentó para que ellas le dieran de beber a sus animales. Las 7 eran hijas del mismo hombre, quien recibió a Moisés en su casa. Tiempo después, Moisés se casó con la hija mayor, Seforá. Permaneció ahí como pastor durante 40 años.
Tiempo después, mientras Moisés se encontraba pastoreando un rebaño, divisó a la distancia una zarza quemándose, en la montaña de Horeb. Al acercarse a la zarza, se manifestó Dios, diciéndole que se quite las sandalias ya que está pisando suelo sagrado. Dios le dio una misión: liberar el pueblo de los judíos de la opresión de Egipto y conducirlos a la Tierra Prometida.
“Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.”
Éxodo 3:13-15
La misión de Moisés comenzaría por hablar con los ancianos judíos, para convencerlos de que Yahvé habló con él y que tienen que hacer un viaje por el desierto. Evidentemente los egipcios no dejarían a los judíos ir, pero Moisés dijo que los heriría para no solo poder partir, si no también para obtener su favor y despojarlos de objetos de valor, como oro,
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