¿Qué tanto influye la voluntad, la afectividad, la autoestima, la antropología personalista y el pudor en la sexualidad?

Sexualidad humana

Gloria Estefania Fontes Villa

Ensayo: ¿Qué tanto influye la voluntad, la afectividad, la autoestima, la antropología personalista y el pudor en la sexualidad?

Me gustaría comenzar este ensayo definiendo algunos conceptos básicos de la sexualidad humana, para poder clarificar y entender de mejor manera el tema y el porqué de mi postura.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad humana se define como: “Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales”.^[1]

Con base en la definición anterior y contestando a la pregunta planteada que da vida a este ensayo, mi respuesta es que de manera unitaria, cada uno de los conceptos que componen la pregunta plantada, forman parte influyente (respectivamente) en el concepto de “sexualidad” y todo lo que la caracteriza.

Por supuesto que todo está relacionado entre sí, ya que cada concepto define nuestra personalidad, lo que es la base para definir nuestra sexualidad y la manera en la que la vivimos, cada experiencia y cada aprendizaje vivido hace lo que cada quien es, llevando consigo y construyendo cada una de las cuatro dimensiones que caracteriza al ser humano.

Como bien Mounier, uno de los más grandes pioneros de la antropología personalista, expresó de manera brillante y profundamente la imbricación de lo corporal y lo espiritual “No puedo pensar sin ser, ni ser sin mi cuerpo: yo estoy expuesto por él, a mí mismo, al mundo, a los otros; por él escapo de la soledad de un pensamiento que no sería más que pensamiento de mi pensamiento. Al impedirme ser totalmente transparente a mí mismo, me arroja sin cesar fuera de mí, a la problemática del mundo y a las luchas del hombre”^[2] Esta cita nos aclara la conexión que hay entre lo espiritual y lo corporal, la inteligencia, la voluntad y el pensamiento, características que de manera fundamental componen al ser humano.

La voluntad, lo que se define como la capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea y lo que no, proviene de la dimensión espiritual y se necesita de la inteligencia para saberla conducir hacia nuestros intereses. Por lo que podemos decir que es parte fundamental para lo que se define como nuestra sexualidad, la sexualidad de cada persona, ya que es parte esencial para tomar nuestras decisiones y con base en eso ir construyendo nuestras experiencias y vivencias.

La afectividad, la cual se define como el conjunto de sentimientos y emociones de cada persona. Estos sentimientos y emociones se van creando con la experiencia y se correlaciona de manera muy íntima con la sexualidad de cada individuo, porque todos frente a un estímulo, reaccionamos de manera totalmente distinta a los demás, experimentando diferentes sentimientos y emociones ante la sexualidad, ante el erotismo y el placer, que son totalmente subjetivos.

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