Teología

Las temáticas de las lecturas realizadas en las cinco sesiones del curso de teología me hicieron reflexionar acerca de mi, así como de mi misión en la vida y la manera en que yo percibía a Dios. Conocí una nueva manera de ver a Dios dejando en segundo plano los textos de la biblia, abriendo y trascendiendo mi mente a nuevas posibilidades de lo que realmente pudiera ser Dios, dándome cuenta de que Dios puede ser y estar en absolutamente cualquier lado donde veamos los buenos valores, las buenas intenciones, la felicidad y el amor. Dios se manifiesta y se está manifestando cuando necesitamos ayuda, es una mano amiga que nos impulsa a continuar en los tiempos más difíciles; siempre está apoyándome, corrigiéndome y acompañándome mediante las personas que me rodean. Me di cuenta entonces, de lo importante que es pensar en Dios como un padre que espera que afrontemos lo triste de la vida para conocer sus dificultades. Dificultades que para cada persona son diferentes, tales como la pérdida de un trabajo, la pérdida de un familiar, una ruptura amorosa, pero más importante aún, la llegada de las enfermedades.

Dichas enfermedades son problemáticas que todo ser humano afronta al menos una vez en su vida, y que es necesario afrontarlo para conocer los errores de nuestras decisiones y de este modo, aprender de ellas para evitarlas en un futuro. Con esto demostramos nuestra capacidad de razonar, de pensar el por qué y para qué sufro lo que sufro, trascendemos y nos permitimos conocer a los otros para acceder a la respuesta del por qué. Esto me permite a mi, como futura médica evolucionar y abrirme a diversas posibilidades del posible sufrimiento de una persona, teniendo presente mis sufrimientos pasados, aquellas veces en las que enfermé y mis padres, médicos amorosos, cuidaron de mi hasta recuperar la salud.

Como médico en formación, el conocer al hombre con todas sus capacidades, habilidades, dolencias y bienestar, me permite comprender el hecho de que yo, como ser humano estoy tratando a otra persona que también es un ser humano, que a pesar de no ser idénticos, compartimos las mismas características que nos hacen ser humanos y frágiles. Y que yo, como individuo de su misma especie, debo ser empático y darle un trato ético, tal cual como me gustaría que me recibieran en un consultorio médico. El ejercer la medicina supone responsabilidades como el sentir empatía por otra persona, ese sentimiento de ponerse en los zapatos del otro y comprender sus dolencias para brindarles una excelente solución a sus problemas. ¿Y cómo logro esa empatía por el otro? En mi caso, el ayudar a las personas con su sufrimiento resulta a partir de mis experiencias con el mismo, gracias a que poseo una discapacidad auditiva que me ha permitido experimentar lo que es el dolor.

Así entonces, concluyo que mi misión en la vida consiste en ayudar a los demás, siendo un médico empático con

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